La familia debe costear el tratamiento psicológico prescripto, ya que la profesional policial tiene muchos casos y no da abasto.

Al cumplirse dos semanas de la terrible agresión que sufrió Damaris L. (15), apuñalada por una compañera de curso a la salida de educación física, su madre reclamó asistencia psicológica para la menor y su familia.
El hecho impactó al entorno íntimo de la víctima, ya que previo y posterior al ataque, tanto la estudiante como sus hermanas habrían recibido amenazas por parte de la agresora, la madre y hermanos de ésta. Dichos antecedentes constan en el expediente judicial que se tramita en el Juzgado Correccional y de Menores de esta localidad.
Por el momento, Damaris se recupera en su casa de la lesión corto punzante que le afectó el hígado, mientras que la menor que la atacó recibió el pase a otro colegio, el tercero en lo que va de su trayectoria en el nivel secundario.
El ataque se produjo a metros del acceso al Bachillerato Orientado Provincial (BOP) 105 de Villa Barreyro, luego de la clase de educación física.
En diálogo con El Territorio, ayer Karina Yrepá (35) mencionó que su hija tiene constantes pesadillas que reviven los sucesos, al tiempo que lamentó la falta de asistencia, puesto que debe costear el tratamiento psicológico que le indicó la profesional de la Comisaría de la Mujer que atendió a su hija.
“También le preocupa la parte estética, como a todas las chicas de su edad, porque la pobrecita tiene como 50 puntos en la panza, entre el tajo de la puñalada, la operación y los drenajes que le hicieron”, subrayó su madre.

Contención a medias
En tanto, confirmó que deberá costear el tratamiento en forma privada, ya que la psicóloga de la Policía argumentó que está saturada de casos y no da abasto.
“También me tengo que hacer cargo de los remedios y los elementos para las curaciones de Damaris, porque en el hospital no me dan nada. Hasta ahora tuvimos un montón de gastos, siendo que mi hija es la víctima”, reclamó.
Consultada al respecto, Yrepá se mostró conforme con la atención que recibió por parte de la jueza de Menores, pero al mismo tiempo criticó la actitud asumida por las autoridades escolares.
“En una reunión de padres, la supervisora nos dijo que en este tema tenemos que hacer “borrón y cuenta nueva”, pero para nosotros esto recién empieza. Y la directora ni siquiera nos llamó por teléfono para ver cómo está Damaris”, aseguró.
Llamativamente, en la citada reunión del miércoles pasado, la directora del BOP 105, Ana Casales, impidió con la Policía el acceso a la prensa y de padres de alumnos de otros colegios que querían escuchar a la supervisora, habida cuenta de que la agresora tiene antecedentes y fue traspasada a otro colegio.
Ante el incremento de la violencia escolar, en los últimos meses la jefatura de la Unidad Regional II dispuso de custodia policial a la salida de varios colegios.

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