El submarino siniestrado nos hundió en tristeza e impotencia
Sí, es cierto, es una nave de guerra, sí, es cierto que quienes la tripulan o la han tripulado, conocen los riesgos a que están expuestos y la confidencialidad de sus misiones, es cierto que las aguas del mar argentino cubre sinuosidades kilométricas y un fondo de mar accidentado.
Sí, por cierto todo eso podrá haber sido tenido muy, pero muy en cuenta, sin embargo no alcanza para llevar consuelo a las familias que día de días han venido esperando el milagro de ver aparecer a sus seres queridos.
Lo que enerva y desazona a los familiares de la dotación del ARA San Juan, es la serie de noticias y contra noticias
propaladas por la autoridad competente u oficial y más cuando, en algún caso, ella es tajante en dictar finales sin fundamentarlos debidamente.
Edificante sí es haber logrado tanta colaboración y alta técnica operativa occidental en la búsqueda e inmersión en las profundidades atlánticas.
De todas formas, este siniestro mayor en el final del 2017 será recordado como uno de los más grandes y dolorosos de la historia náutica argentina y, aunque siempre hay esperanzas de vida mientras no surja una evidencia o prueba en contrario, el ARA San Juan será una perla más de servicio a la patria por parte de esos 44 tripulantes que sintieron la vocación y necesidad de servirla.
Si profundo es el mar, más profunda es la tristeza que embarga a los familiares de las víctimas y a los argentinos de bien que vienen sufriendo por semanas las alternativas de un operativo remiso en logros, tristeza que se instaló con fuerzas en Oberá desde un principio cuando tomó estado público que entre las víctimas de la tragedia que involucrada en el plantel del ARA San Juan, estaba incluida una obereña, Eliana Krawczyk, que abrazó la carrera del mar, integrante de una tradicional y destacada familia obereña y hoy, esa su familia vive la angustia repartida en esperanzas y desconsuelo.
Permítasenos desde esta redacción enviar a sus parientes, y en especial a su padre Enrique, un saludo henchido de patria por la valentía de su hija –primera submarinista argentina y de América Latina- todo un orgullo para Oberá.
Al cierre de esta edición se nos informó que se habría presentado ante la Cámara de Representantes un proyecto del diputado Nicolás Daviña para que el puerto de Posadas “Tt. Eliana Krawczyk y C.P. Jorge Isabelino Ortíz “un sentido homenaje a los héroes misioneros” Justa y excelente propuesta.
No podemos cerrar esta nota sin destacar el aporte en la búsqueda del submarino siniestrado por parte del obereño, buzo profesional nivel I Federico Staudt, convocado al efecto.

De las tinieblas a la luz
No es la primera vez que nos alienta -ante esta lucha socio política armada que alimenta sectores del mundo- la fuerza y el valor de la palabra, la que, como lo venimos repitiendo, cuando es utilizada sencilla, constructiva, armoniosa y sanamente y, por sobre todo, sin desbordes virulentos, adquiere una mayor fuerza de convicción en la gente ¡que hablamos de fuerza de convicción!, en el caso que estamos presentando, esa palabra abre el camino que puede derribar montañas de incomprensión, insensibilidad, discriminación, vasallaje y mucho más que las que puede exhibir el poder de las armas utilizadas a discreción y sin reparo alguno, por ello nos llenó de gozo y de orgullo argentino, la nota noticia que publicó ”Clarín Mundo” días atrás relacionada con el Papa Francisco, en la que éste, haciendo gala de su altísima investidura, y, como es habitual en él en forma humilde, como se ha mostrado desde el inicio, pero exhibiendo una vez más su alto grado de responsabilidad espiritual, social, política y religiosa, con sencillas palabras, salpicadas de hasta fino y sano humor, insuflarle a un angustiado pueblo, hundido en la macabra noche, la conmovedora luz de la esperanza de poder superar las tinieblas en que vivía, a la esperanza de un mañana mejor o, en otras palabras, de salir de las tinieblas a la luz.

En Myanmar (ex Birmania)
“El Papa recibió fuertes aplausos y risas generales cuando les dijo a los presentes: “Les he preparado ocho páginas y para no aburrirlos les voy a dar el discurso y decir lo que se me ocurra” Francisco improvisó de nuevo el mensaje de peligro de las divisiones dentro de las comunidades católicas y “el mal que hacen los chismes”.
“La lengua, la lengua, es esto lo que destruye una comunidad. El hablar mal de otros, el subrayar defectos de otros pero no decírselo y crear así desconfianza, recelos y un ambiente en el que no hay paz”.
“Bergoglio calificó este accionar como “terrorismo” porque “el que va a hablar mal de otro lo hace a escondidas. Tira la bomba y se va y la bomba destruye todo, mientras él se va tranquilo a poner otras”.

La presencia de Cristo también se llama Rohinga
El Papa Francisco instó a los líderes de Myanmar (ex Birmania), un país de mayoría budista que enfrenta una crisis sobre el destino de los musulmanes rohinyá, a comprometerse con la justicia, los derechos humanos y el respeto a “cada grupo étnico y su identidad”.
Recibió a una delegación de 18 miembros de la minoría, los escuchó tomándole las manos y dijo que “la presencia de Cristo también se llama rohingya”, pronunciando por primera vez el nombre de la etnia. A nivel internacional, el gesto del Papa multiplicó el desprestigio de los militares, a los que las Naciones Unidas y los grupos humanitarios acusaron de “practicar un genocidio de manual”.
Aunque en Myanmar (ex Birmania), budista al 90% de sus 50 millones de habitantes, los católicos son apenas el 1% de la población, y en Bangladesh, con 160 millones, islámicos en un 88%, llegan a solo 450 mil fieles, la presencia de Francisco tuvo un efecto shock que reanimó al catolicismo en estos dos países, otorgándole una gran influencia política, con una defensa cerrada de los derechos humanos y la solidaridad social.
El Papa Francisco “creó” en el último consistorio los dos primeros cardenales locales, que son los arzobispos de Rangún en la ex Birmania y de Daca, la capital de Bangladesh, poniendo en el mapa del poder de un futuro cónclave para elegir a su sucesor a dos países hasta ahora marginales.
El Papa emprendió el regreso a su sede de Roma tras una triunfal gira asiática dominada por su defensa de la minoría musulmana rohingya, perseguida con un genocidio por los militares de la ex Birmania y con 700 mil prófugos huidos al vecino Bangladesh.
El Papa demostró así su visión de que “desde la periferia se tiene una mejor visión de los hechos”.

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Categorías: Columnas de Opinión
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