La polémica desatada en la localidad de Guaraní tiene sus aristas políticas y abrió el debate en todos los sectores sociales. La jueza de Paz, Myriam Jacquelin Rosciszewski, acusó directamente al intendente, Miguel Ángel Vargas, de “arruinar la fiesta de egresados” del Bachillerato Orientado Provincial (BOP) 1.
El escándalo surgió luego de que el alcalde autorizara el expendio de bebidas alcohólicas en la recepción que se realizó el sábado en la localidad.
El momento de mayor tensión fue cuando la Policía se acercó al polideportivo donde se desarrolló la fiesta para notificar a los presentes que estaban infringiendo leyes y ordenanzas vigentes. En ese instante, el jefe comunal -que se encontraba allí- impidió que los efectivos realizaran su trabajo e incluso se puso frente a la cantina para evitar el decomiso del alcohol.
“Participé como madre y estuve en las primeras reuniones de la comisión organizadora. Desde el principio informé que estaba prohibido el consumo de bebidas alcohólicas y hasta el director le avisó al intendente que no podían vender alcohol”, dijo la jueza en diálogo con El Territorio. Por su parte, el jefe comunal, en declaraciones radiales, se hizo cargo del “error”.
Según Rosciszewski, Vargas autorizó la venta y consumo de bebidas alcohólicas en la recepción del colegio y evitó que la Policía secuestre las bebidas, desoyendo las leyes provinciales y ordenanzas locales.
El polideportivo estaba repleto. Padres, abuelos, tíos, hermanos y, entre ellos, un sinnúmero de menores de edad.
Según algunos participantes y hasta los propios organizadores, la comisión organizadora no tenía prevista la venta de alcohol. “En mi caso, como jueza de Paz, lo que hice fue avisar a la Policía para que actúe bajo la ley e incaute el alcohol que había en la cantina, pero nunca se habló de suspender la fiesta de los chicos”, explicó la letrada.
Además, según relató Rosciszewski, el intendente se puso en la cantina de forma amenazante y los policías se retiraron del lugar sin poder secuestrar las bebidas. De hecho, en el parte policial queda constancia de que informaron de lo sucedido a la Unidad Regional II, entidad que les permite retirarse del lugar “para no continuar en discordia con el intendente”.
Cuando actuó la Policía se generaron momentos de incertidumbre, momentos más tarde a la polémica el animador avisó que el intendente había autorizado la venta de alcohol. “En ese momento me retiré del lugar, me acerqué al intendente y le agradecí porque arruinó la fiesta de egresados, una lástima que por culpa de un intendente que no cumple con las leyes, seamos noticia”, finalizó la jueza.
“Un detalle que me hago cargo”
“Un detalle del que me hago cargo”. Fueron las declaraciones radiales que ofreció el alcalde, Miguel Vargas, quién de esta manera trato de minimizar la polémica.
“Está mal, ahora me doy cuenta del error, fue un detalle que asumo y me hago cargo por el esfuerzo de los padres”, graficó Vargas.
Insistió que en la tarjeta de los egresados estaba detallado que por mesa tenían tres gaseosas y una cerveza para el brindis. Este medio tuvo acceso a las tarjetas y corroboró que no se especificaba que habría bebidas alcohólicas.
Sesión y pedido de informes en el Concejo
El primero en salir a cuestionar la conducta del jefe comunal fue el concejal del PRO Héctor Fuglistaler, quien se enteró de la recepción a las 2 de la madrugada, cuando recibió un llamado de teléfono pidiéndole que intervenga por el consumo y venta de alcohol en la recepción. “Acá hay dos normas que se desoyeron, la ley provincial y la ordenanza que se aprobó este año. Está prohibido consumir alcohol en espacios públicos como el polideportivo”, había destacado el edil en referencia a la Ordenanza 13/16 aprobada en septiembre último.
En ese sentido, anticipó que mañana habrá sesión ordinaria en Guaraní y en ese marco se hará un pedido de informes y se analizarán sanciones para el intendente.
Las fuentes a consultar serán el Juzgado de Paz y la Policía local.
Territoriodigital