estudiante“Cuando me taparon la boca y empezaron a tironearme, pensé lo peor. Eran cuatro policías y yo estaba sola. Ahora tengo pesadillas; me despierto de madrugada, miro mis brazos y no puedo creer lo que me hicieron”, lamentó Daniela Ledesma (22), estudiante de enfermería que denunció que fue detenida sin motivo y golpeada por una comisión policial integrada sólo por hombres.
Hematomas y excoriaciones en los brazos y la cabeza de la chica grafican la brutalidad que padeció a manos de los uniformados.
El hecho se registró el último domingo en Leandro N. Alem, cuando la joven obereña y tres amigos aguardaban un remís en las inmediaciones de un boliche céntrico.
Según denunció la víctima ante la Fiscalía de Instrucción Cinco de Alem, de manera intempestiva los uniformados pretendían que el grupo se retire del lugar, siendo que no estaban alterando el orden público ni habían ocasionado problemas.
De todas formas, los policías se mostraron inflexibles e insistieron con que debían irse, ante lo cual Ledesma tomó su celular y comenzó a filmar el proceder de los funcionarios públicos. Fue entonces que le dijeron que estaba detenida y comenzó su calvario.
Fueron cuatro horas de golpes e intimidaciones, lapso en el que estuvo incomunicada y ni siquiera le permitieron avisar a su familia, que se enteró de su situación por uno de los amigos de la joven.
Las irregularidades cometidas por los uniformados sorprendieron a la propia fiscal que interviene en el caso, al tiempo que las autoridades de la Unidad Regional VI iniciaron un sumario administrativo interno para deslindar responsabilidades.
“Creo que estos policías están acostumbrados a manejarse así, porque sino no actuarían con tanta impunidad. Como me hicieron a mí, le pueden hacer a cualquiera. Por eso, con mi familia decidimos denunciar y pedimos justicia”, subrayó Ledesma.

Relato del horror
La joven precisó que el lunes se presentó ante la fiscal María Gisela Casafus para radicar la denuncia, mientras que ayer acercó el certificado médico en el que constan las lesiones que padece en varias partes del cuerpo, incluida la cabeza.
Su relato confirma un proceder institucional que se reitera y vulnera los derechos humanos básicos. Para colmo, la joven fue golpeada y amenazada por hombres, lo que constituiría un flagrante caso de violencia de género.
Ayer, en diálogo con El Territorio, contó que el “domingo a las 6.30 salimos del boliche con dos amigas y un amigo y estábamos esperando un remís. En eso, llegó un móvil policial y nos dijeron que no podíamos estar ahí, entonces cruzamos la vereda”.
“Al rato volvieron y seguían diciendo que nos vayamos, pero le decíamos que no estábamos haciendo nada y que ya habíamos llamado al remís. Como no nos dieron una respuesta lógica, los empecé a filmar y les pedí que nos digan sus nombres. Me preguntaron qué me creía yo, que ellos eran la autoridad y que me iban a detener. Ahí empezó mi pesadilla”, relató.
Si bien los policías eran cuatro, aseguró que fue golpeada por “Rojas, Suárez y el oficial Villalba”, dejando de lado al chofer del móvil.
Tal como consta en su denuncia, recorrieron un par de cuadras y el oficial le dijo que le entregue su celular, a lo que la chica se negó y comenzó un violento forcejeo.
“El oficial Villalba iba adelante y les dijo a los otros que me peguen en la cabeza porque así no deja marcas”, agregó indignada.
En ese lapso, trató de pedir auxilio a un joven que iba a pie, pero “los policías me taparon la boca. Le pude morder a uno y ahí me tapó el otro. Ahí pensé lo peor y tuve mucho miedo. Llegamos a la comisaría, me bajaron a los golpes y me dejaron en el pasillo con otro policía”.

“Como al peor asesino”
La estudiante fue alojada en la Seccional Primera de Alem, donde la intimidaron y la privaron de comunicarse con su familia.
Tampoco los motivos de su detención fueron claros, ya que primero informaron que había protagonizado un incidente en el boliche y agredió a un uniformado -de lo que no habría testigos-, pero luego le notificaron de una causa por resistencia a la autoridad.
“Me dejaron en un pasillo con un policía que me preguntaba quién es mi papá y qué iba hacer cuando salía, si iba a denunciar lo que pasó. No me dejaron hacer una llamada y quisieron que firme un papel donde se detallaban mis pertenencias, pero faltaba el celular. Les dije que no iba a firmar hasta que figure el celular y ahí anotaron”, comentó. Asimismo, confirmó que borraron la filmación que desató la furia policial.
Contó que durante las horas de encierro la obligaron a caminar por un pasillo, lo que podría constituir un apremio. En ningún momento fue asistida por personal femenino, indicó.
Al respecto, consideró: “Me trataron como al peor asesino. La fiscal no podía creer lo que me hicieron. Fue todo muy feo y me perjudicaron mucho. Ayer (por el lunes) tenía un final y no pude rendir por lo mal que me sentía”.
A su lado, su hermana Yanina Ledesma explicó que la familia se enteró de su detención  gracias a uno de los amigos que estaban con ella.
“Llamamos a la comisaría y nos dijeron que había peleado dentro del boliche, estaba muy alterada y le pegó a un policía, pero llegamos y no sabían qué decirnos. Hicieron las cosas muy mal, las lesiones que tienen están a la vista y uno se pregunta cómo hicieron estas personas para convertirse en policías, porque son un peligro”, alertó.

Crónica de apremios

En menos de un mes y medio, se registraron tres hechos de violencia institucional que tuvieron su correlato en la Justicia, con denuncias por apremios policiales en la zona Centro y el Alto Uruguay.

El 19 de octubre, se conoció un vídeo en el que se observa a tres policías de la Seccional Primera de Oberá golpeando a un joven que ya estaba reducido y esposado. Las imágenes fueron grabadas por un transeúnte que compartió el material en un grupo de WhatsApp y luego se difundió por las redes sociales, despertando indignación e impotencia en cientos de usuarios.

El 1 de noviembre, Orilde Da Cruz denunció que su hijo Axel De Lima (36) fue sometido a crueles sesiones de golpes y torturas en la Seccional Primera de Oberá.
“Nos contó que viene gente de la Brigada de Alem, que investiga un robo, y les pegan a los presos. Cuenta que les llevan a una piecita y le torturan a él y a otro preso, José Olivera. No le dan comida ni agua, y no quieren que le veamos porque está muy lastimado”, remarcó De Lima.

El 19 de noviembre, los padres de Dian Walter Gruhn (15) denunciaron que el menor fue secuestrado y torturado por efectivos policiales de la Comisaría de Alba Posse. Al día siguiente, la Jefatura de la Policía de Misiones intervino dicha dependencia. Luego, otros dos jóvenes se presentaron ante la Fiscalía en turno para denunciar que fueron víctimas de los mismos policías.

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Categorías: Noticias Policiales
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