Momentos de temor y tensión padeció ayer una delegación obereña que viajaba a la ciudad de Córdoba para participar de un Torneo Nacional de Gimnasia Rítmica, cuando el colectivo que los trasladaba sufrió un desperfecto mecánico que derivó en un incendio y la destrucción total del micro. 
El hecho se registró alrededor de las 10, en el acceso la localidad cordobesa de Arroyito.
A pesar de la gravedad del hecho, no hubo que lamentar ningún lesionado y el perjuicio se redujo a daños materiales, tanto del rodado como del equipaje y las pertenencias de las gimnastas y sus acompañantes.
En total, viajaban 49 personas: el chofer, su acompañante y 47 pasajeros entre deportistas, entrenadores y familiares. Las gimnastas tienen entre 11 y 14 años.
El colectivo siniestrado, un Mercedes Benz de dos pisos, es propiedad de la Municipalidad de Campo Grande, comuna siempre colaboradora con instituciones y localidades de la zona Centro de la provincia.
Ayer al mediodía, el intendente de Campo Grande, Carlos Sartori, se trasladó hasta Arroyito para supervisar la atención de la delegación obereña, que a las 18 emprendió el viaje de regreso a Misiones en un micro contratado por la Provincia.
“La verdad que primero fue un gran susto por todo el humo y el fuego; y después por las pérdidas materiales, porque nos quedamos con lo puesto y se nos quemaron los equipajes y los elementos de competición. Pero la gente de Arroyito nos contuvo tan bien, que después de un par de horas las nenas ya estaban corriendo por la parroquia donde nos alojamos”, graficó la profesora Natalia Ottaviano, encargada de la delegación.

Desgracia con suerte 
En diálogo telefónico con El Territorio, comentó que el viaje venía siendo perfecto y nada hacía presagiar el desastre. A las 6 desayunaron en la localidad de San Francisco y el chofer llenó el tanque de combustible.
“Estábamos cruzando Arroyito, a una hora y media de la ciudad de Córdoba, cuando nos avisaron que salía humo de la parte de atrás del colectivo. Ya se empezaba a sentir olor a quemado. El chofer paró y bajamos en tiempo y forma, muy rápido y por eso nadie resultó herido. Bajamos con lo que teníamos a mano y no hubo tiempo para nada más”, precisó.
Ottaviano relató que una vez realizada la evacuación, el chofer y su acompañante recurrieron a los matafuegos para extinguir el primer foco ígneo, pero en un par de minutos se reavivaron las llamas y se tornó incontrolable.
“Fue rapidísimo y perdimos absolutamente todas nuestras pertenencias. Pero gracias a Dios todos salimos ilesos, que es lo que importa. Luego tomé la decisión de que volvamos a Oberá lo antes posible para que cada uno esté con su familia y todos se queden tranquilos. Ya vamos a tener otra oportunidad para competir”, indicó optimista.
En ese sentido y fiel al espíritu emprendedor del grupo, la profesora anticipó que inmediatamente retomarán los entrenamientos para participar de un torneo previsto para el próximo mes. Antes, deberán adquirir nuevos equipos, puesto que perdieron todo el material.

Daño total 
Fuentes locales precisaron que el incendio se produjo sobre la avenida Fulvio Pagani, a metros de una estación de servicio YPF, cuyo personal colaboró en mover el micro varios metros para evitar las posibles consecuencias de una explosión cerca del depósito de combustible.
Fue la primera muestra de solidaridad de los habitantes y funcionarios de Arroyito, quienes en todo momento colaboraron para hacer más grata la estadía de los obereños en las horas posteriores al hecho, tal como destacaron luego los integrantes de la delegación.
Todavía conmovido por la magnitud del siniestro, el chofer Ricardo Kachuk precisó que el incendio se originó en el motor, al tiempo que brindó detalles al respecto.
“Mirando por el espejo vi que humeaba, pero normal, como suele salir del escape. Igual me estaba por parar cuando me pasó una camioneta y un señor me dijo que parecía que se prendía fuego. Paré justo frente a la estación de servicio, levanté la tapa de atrás y ya había un poco de fuego”, detalló.
Fue entonces que alertó a los pasajeros y comenzaron el descenso. Luego, con la colaboración del personal de la YPF, lograron apagar el primer foco con varios matafuegos. Kachuk cortó la corriente y comenzaron a empujar el rodado, pero “lo corrimos unos quince metros de la estación y explotó de vuelta y se prendió fuego. Gracias a Dios pudieron bajar los chicos y las personas mayores, todos”.
“Lo primero era salvar a los chicos y bajar a todo el pasaje. La verdad que tengo impotencia. Hace años que ando en la ruta y nunca vi algo así. No sé qué puede haber pasado. No se pudo sacar nada porque no hubo tiempo para nada”, culminó.

Solidaridad y asistencia

Tanto la responsable de la delegación, como el chofer y otros pasajeros destacaron la buena predisposición de la gente de Arroyito y la contención brindada.
También se movilizó el intendente de Campo Grande, al igual que otros funcionarios provinciales.
Al respecto, Marcelo Caso, subsecretario de Formación y Desarrollo Deportivo del Ministerio de Deportes, expresó que “estamos muy agradecidos por la atención, les dieron comida, un albergue y hasta psicólogos para los chicos. La organización del torneo les ofreció indumentaria y elementos para que puedan competir igual, pero tomaron la decisión de volver, que me pareció lo más correcto”.

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