chicosvanalaescuelaPersonas solidarias se conmovieron con el caso de María Claudia Pereira (36), cuyos hijos no asistían a la escuela por falta de guardapolvos y útiles, situación que lograron revertir con donaciones.
A principios de mes, El Territorio publicó la historia de María, quien nunca fue a la escuela, no sabe leer ni escribir, nunca votó y tampoco pudo gestionar beneficios sociales para sus hijos. Por motivos que desconoce, sus padres no la inscribieron en el Registro de las Personas y por ello nunca tuvo DNI, a pesar que desde hace varios años viene trajinando juzgados y oficinas públicas para obtener su documento.
En ese contexto, tampoco puede gestionar el salario universal para sus hijos, por lo que la familia se sostiene sólo con lo que gana el padre de los menores en la cosecha de yerba y algunas changas.
“Después que me hicieron la nota vino mucha gente para ayudarnos con útiles, calzados y guardapolvos, por eso les pude anotar otra vez a los chicos en la escuela. Empezaron y están muy contentos”, aseguró la mujer.
Los menores en edad escolar tienen 5, 7, 10 y 12 años. Todos concurren a la Escuela 927 de Villa Stemberg, cuya directora es Mirta Abreu.
Además de la ayuda comunitaria, María mencionó que “también se acercó gente de la Municipalidad, miraron mi casita y me prometieron que van a hacer otra pieza. Pero nada de mi documento, que necesito”.
La familia reside en una precaria vivienda de madera en un espacio verde de Villa Stemberg, donde las carencias están a la vista.

Espera el DNI
“Mi marido trabaja en la tarefa y hace changas, y con eso vivimos bastante ajustados. Hace dos años vinimos a Oberá porque pensamos que acá íbamos a estar mejor, que yo iba a conseguir mi documento más rápido y podría cobrar el salario, pero siempre falta una cosa y no consigo”, lamentó Pereira.
Con los papeles en la mano, mencionó que en 2009 inició un expediente de “Inscripción de Nacimiento” en el Juzgado Civil y Comercial Dos de esta localidad, mientras que en octubre de 2014 tramitó una declaración jurada en el Juzgado de Paz para dejar constancia de su identidad.
“Si no tengo mi documento es porque mis padres nunca me anotaron, no por mi culpa. Capaz porque vivíamos en la chacra, lejos de todo y fue pasando el tiempo”, argumentó.

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