obispobitarReclamó la apertura de centros de rehabilitación y mayor compromiso del Estado en la lucha contra el narcotráfico. “Creo que acá se esconde bastante el tema”, lamentó

Con la valentía necesaria para afrontar una pelea que se avizora despareja, el obispo de la diócesis de Oberá, monseñor Damián Bitar, alertó sobre el avance el narcotráfico y las adicciones en la zona Centro y sus colonias.
Lejos de minimizar el drama, que el papa Francisco definió como “la tercera guerra mundial”, el obispo lamentó que cada vez es menor la edad de inicio en las drogas, reclamó la apertura de centros de rehabilitación para adictos y un mayor compromiso de las autoridades en la lucha contra los narcos.
Monseñor Bitar se refirió al tema en la previa del primer foro denominado Drogadicción, hablemos del tema, que se realizó el viernes en la Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario. El evento fue organizado por Cáritas y declarado de Interés Público Municipal por el Concejo Deliberante obereño.
No fue la primera vez que el obispo se refirió con dureza a cierta indiferencia que exhibe la comunidad a la hora de tratar temas tan relevantes como los estragos del consumo de sustancias prohibidas.
“Creo que acá se esconde bastante el tema. Lo sufre la gente que ya tiene el tema adentro de su casa. Algunos no saben para qué lado disparar porque son muy pocas las instituciones que se dedican a la atención de los adictos. En ese sentido tenemos mucho para hacer y urge en Oberá y en otros puntos de la provincia la habilitación de comunidades terapéuticas para atender a los enfermos”, subrayó Bitar.
Asimismo, opinó que “existe una negación del tema y un mirar para otro lado que duele mucho y es muy preocupante, porque parte de esa mirada hacia otro lado es evadir el tema por el cual muchos deben estar comerciando. Recordemos que detrás de este tema doloroso, hay una circulación muy grande de dinero ensangrentado con la vida de jóvenes y niños”.
Hace un par de meses El Territorio realizó un informe dominical que daba cuenta de cómo el flagelo había llegado a lugares antes impensados, como las colonias.

“Se está haciendo poco”
Además del consumo y las implicancias negativas para la salud física y psíquica de los enfermos, y el deterioro que ello acarrea en el entorno y la familia, no se debe soslayar el vil comercio que se esconde detrás de las adicciones.
En ese punto, el obispo hizo hincapié que “la droga no viene del aire, alguien la trae. Eso es señal de que hay narcotráfico, y si hay narcotráfico es señal de que se está mirando para otro lado o se está haciendo poco”.
En diálogo con la prensa, contó que forma permanente participa de intercambios pastorales que se realizan con la participación de los cien obispos de Argentina, donde en cada reunión prevalece el tema del narcotráfico y el consumo de drogas como uno de los dramas que más hieren a la sociedad y a las familias. Para colmo, “la edad de inicio cada vez más baja”, lamentó.
En ese sentido, citó al papa Francisco, que dice que la tercera guerra mundial ya comenzó y una de las batallas más dolorosas que se libra en ese marco es la del narcotráfico y el consumo de drogas que produce cientos de miles de víctimas.
“Oberá es parte del mundo, la droga está presente en nuestros barrios y muchos sacerdotes me dicen que la droga ya llegó a nuestras colonias”, alertó con preocupación.
También lamentó los desastres del alcoholismo y la aparición de nuevas drogas. “Es verdaderamente una derrota para la sociedad y exige que empecemos a hablar firmemente del tema y trabajar en red para prevenir las adicciones y curar a los enfermos”, enfatizó monseñor Bitar.

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