Se llama S. Machado y en su casa hallaron un revólver 22. La prueba balística confirmó que es el arma con que mataron a Lidia Bezus de Kozakzuk y a su hijo Diego. Trabajó para la familia masacrada en Panambí.

Una prueba balística sobre un revólver calibre 22 complicó la situación procesal de uno de los detenidos por el doble crimen de Lidia Bezus de Kozakzuk y su hijo Diego, acaecido el jueves 16 de julio de 2015 en Los Helechos.
Sin embargo, la trama alrededor de este oscuro personaje no termina ahí. Se lo sindica como el hombre que jaló del gatillo y ejecutó a madre e hijo.
Como si fuera poco, ahora se suman las sospechas acerca de su presunta participación en la masacre a la familia Knack, por su crueldad y porque años atrás trabajó en el aserradero de Oscar Knack.
El hombre en cuestión es S. Machado. Fuentes policiales lo catalogaron como un hombre de temer. Dicen que, cuando la Policía lo sorprendió en su domicilio, lanzó la siguiente frase a los uniformados que participaron en el operativo: “Tuvieron suerte de que llegaron cuando dormía, sino me llevaba cargados a varios de ustedes”.
En la casa se encontró un revólver calibre 22 que, a la postre, sería decisivo en la causa que investiga los asesinatos en Los Helechos.
Una pericia del licenciado Marcelo Maslowski, jefe de la Policía Científica de la Unidad Regional II de Oberá, estableció ahora que con esa arma ejecutaron a Lidia y Diego.
El trabajo se basa en las microestrías que quedan grabadas en el proyectil cuando pasa por el ánima del cañón, según pudo averiguar PRIMERA EDICIÓN.
El cotejo fue entre los proyectiles extraídos de los cuerpos de las víctimas y los que se dispararon con el revólver calibre 22 largo secuestrado en la vivienda del sospechoso.
Lidia Bezus, al igual que su hijo, fueron golpeados y ultimados sin piedad, presumiblemente por una persona capaz, incluso, de protagonizar un episodio así como el de los Knack.
Las víctimas estaban indefensas cuando el pistolero las ultimó a tiros. Lo macabro es que ambas tenían impactos de bala en el pecho y en el rostro, a la altura de los ojos.
Los investigadores consideraron que, lo más probable, es que hayan estado boca arriba implorando clemencia.
Pero el perfil impiadoso de S. Machado no es lo único que lleva a los detectives a creer en la teoría de su presunta participación en la masacre de Panambí.
Antes de que ésta ocurriera trabajó para los Knack. A ese dato se suma otro surgido el miércoles de las entrañas de la pesquisa: el mismo sospechoso se habría jactado de no haber sido detenido por el cuádruple crimen de Panambí.
El expediente de Los Helechos, radicado en el Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, a cargo de la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat, tiene tres detenidos.
Uno de los detenidos es el mencionado S. Machado;?el otro es M. Chiluk y el tercero un hombre conocido como “El Tuerto” Pereyra.
El segundo, casualidad o no, habría sido vecino de los Knack, una arista más que consolida la hipótesis de que estas personas pudieron haber participado en el caso Knack.
De acuerdo con las averiguaciones, los asaltantes hicieron una minuciosa tarea de inteligencia durante días en inmediaciones de la vivienda ubicada en Los Helechos.
Al parecer sabían que los Kozakzuk habían cobrado una importante suma de dinero por la venta de pinos. Esa tarea la habría hecho en moto;?para no despertar sospechas en los lugareños.
Lo cierto es que Diego fue ultimado a tiros en la entrada de la casa. Este dato demuestra que los criminales arribaron al lugar dispuestos a todo, en una conducta deliberadamente impiadosa.
No se quedaron ahí. Lidia Bezus llaveó la puerta y se encerró en la vivienda pero no fue obstáculo para que los criminales ingresaran. Lidia, una mujer de 69 años, intentó esconderse debajo de la cama y hasta llamó a una vecina por auxilio cuando la mataron a balazos.
Una decisión insólita
Los indicios reunidos en el expediente judicial por el doble homicidio de Los Helechos -respecto de la posible implicancia de dos hombres -aparte de los que, efectivamente, están detenidos- en la masacre de Panambí, tienen suficiente entidad, cuanto mínimo, para profundizar esa línea de investigación.
Sin embargo, la instrucción habría optado por no anexar esta arista al voluminoso expediente que investiga el cuádruple homicidio de la familia Knack.
En este sentido trascendió que primó el apuro por elevar la causa a la instancia de debate oral y público que por sacarse la duda de si estos sospechosos son, o no; los que lograron escapar.
El dato no es menor. La jueza Gauchat, al momento de acusar a los detenidos Pablo Paz, Juan Godoy y Marcial Alegre, dio por sentado que al menos otros dos hombres intervinieron en la masacre, a juzgar por las manifestaciones de las víctimas.

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Categorías: Noticias Policiales
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