Sospechan que el cabo se enteró del crimen el mismo día del hecho. Está confirmado, por varios mensajes de texto, que le entregó un arma a uno de los empleados de la carnicería donde mataron a la víctima.
Bajo un fuerte operativo de seguridad, arribaron ayer a esta localidad los ocho detenidos en el marco de la causa que investiga el brutal homicidio de Nicolás D’Amico (35), cuyo cadáver calcinado fue hallado el 30 de octubre pasado en el baúl de su auto incendiado en la zona rural de Leandro N. Alem.
Como se informó el fin de semana, la jueza Selva Raquel Zuetta se inhibió por cuestiones de jurisdicción y el expediente pasó al Juzgado de Instrucción Dos, a cargo de Horacio Alarcón.
A partir del exhaustivo trabajo realizado por personal de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), se estableció que D’Amico fue asesinado en la carnicería de avenida De Las Américas y luego trasladaron su cadáver a colonia El Chatón. En consecuencia, la continuidad de la instrucción judicial se debe realizar en esta localidad.
Por el momento, el más comprometido de los ocho detenidos sería el ex propietario del comercio donde mataron al preventista de carne, según se desprende de las declaraciones de por lo menos dos de sus ex empleados, quienes lo sindicaron como el autor del hecho.
Hasta la víspera, los acusados estaban detenidos en jurisdicción de la Unidad Regional VI de Alem, pero por el cambio de juez fueron trasladados a diferentes dependencias de la Unidad Regional II de Oberá.
El operativo fue realizado por personal del Grupo de Infantería Zona Centro con cuatro móviles. En tanto, tomaron especiales recaudos en el traslado del cabo de la Policía de Misiones imputado en el hecho, quien quedó alojado en una celda de la Seccional Cuarta.
Si bien hasta el momento el suboficial Guillermo Sebastián R. (27) está sospechado de haber aportado el arma con la que podrían haber ultimado a la víctima, fuentes del caso no descartaron que haya tenido una participación más activa. Incluso, habría indicios para sospechar que se enteró del homicidio el mismo día del hecho.
Por el momento, existirían fundados motivos para imputarlo por “incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento”.
Según las pruebas recepcionadas, habría sido quien le entregó un revolver a uno de los empleados de la carnicería donde asesinaron a D’Amico, tal como lo corroboran una serie de mensajes de texto enviados entre ambos en los días previos al fatídico 30 de octubre.
Fuentes de la investigación, precisaron que el suboficial de la Policía de Misiones es oriundo de Alberdi, al igual que dos de los ex empleados de la carnicería detenidos como sospechosos del homicidio.
Si bien por acción de las llamas no se pudo determinar si el cadáver de la víctima presentaba heridas de arma de fuego, peritos de criminalística hallaron restos de plomo en el baúl del vehículo.
En la autopsia, los médicos del Cuerpo Médico Forense no lograron establecer si tenía lesiones de defensa, heridas de arma de fuego u otra agresión previa a las llamas.
El caso
Las detenciones se produjeron el 7 de abril pasado, luego de una exhaustiva investigación que incluyó el detalle de las empresas de telefonía celular y el informe de la empresa responsable del rastreador satelital que tenía instalado el Volkswagen Bora de la víctima.
Dicha prueba resultó clave, puesto que ubicó al Bora en el estacionamiento de la carnicería de avenida De Las Américas, el viernes 30 de octubre, minutos después de las 20.
Ya en noviembre, la línea investigativa obligó el allanamiento de la carnicería, que duró unas cuatro horas, y donde se incautaron ocho teléfonos celulares, una notebook que intentaba ser escondida por un carnicero y varios elementos de presunto interés para la causa, como registros que probarían la deuda.
En ese sentido, fuentes de la investigación informaron que el empresario obereño admitió ante los detectives que debía una abultada suma al proveedor pero ese viernes le había abonado 120 mil pesos, dinero que nunca apareció. El sospechoso tampoco contaba con un recibo del supuesto pago.
Contrario a eso, en el comercio allanado encontraron un talonario de recibos del fallecido, que terminó de guiar la investigación hacia un posible crimen por deudas.
El trabajo de los investigadores desde el momento en que el auto fue encontrado, permitió reconstruir los últimos movimientos de D’Amico, que era oriundo de la localidad bonaerense de Lobos, pero hacía alrededor de seis meses se había radicado en Alem.
En relación a sus últimas horas, quienes hacían el reparto de carne para él declararon que ese viernes bajaron mercadería en el comercio obereño y al mediodía comieron un asado con el propietario y sus empleados.
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