“Es fácil proclamarte libre pero es difícil serlo”, opinó una de las participantes de la acción creativa que se realizó en Oberá.
Con la consigna de “romper prejuicios porque no puede existir una Facultad de Arte si no se corre alguna vez desnudo”, el jueves último un grupo de estudiantes se pasearon sin ropas por el patio de la Facultad de Arte y Diseño de Oberá, dependiente de la Universidad Nacional de Misiones (Unam).
La acción se denominó Biológicamente Instintivo y fue presentada a la sociedad como el primer desnudo colectivo en los 30 años de la casa de altos estudios de esta ciudad.
Participaron de Valeria Anzuate, Jimena Bueno, Santiago Krause y Manuel Molina, quienes literalmente le pusieron el cuerpo a una experiencia inédita en el ámbito local.
“Hace un tiempo pensaba en la idea de las cosas que uno debe hacer cuando pertenece, se identifica, tiene convicciones o se siente parte de algo. Pensaba que de la mano del arte se llevaron a cabo tantas rupturas en la historia, en que es fácil proclamarte libre pero es difícil serlo. Fue una manera de hacer arte usando como soporte el cuerpo del artista”, explicó Anzuate.
La aclaración de la artista, ante la consulta de El Territorio, surgió tras un acalorado debate entre innumerables voces que se prolongó por las redes sociales en las horas posteriores al evento.
“Me llama la atención lo conservadores que nos volvimos los estudiantes de arte, los artistas de acá. ¿No es acaso este el lugar donde las cabezas, las ideas y todo lo demás pueden ser verdaderamente abiertas? El arte y el desnudo fueron de la mano desde la prehistoria, todos parecen saberlo. Pero aún así, en 30 años de historia ni en Oberá ni en la Facultad de Arte se han hecho desnudos, ni los modelos que dibujamos aparecen desnudos. Qué entidad poderosa es el pudor”, señaló y agregó: “Estar desnudo es biológicamente instintivo. Y aún así, a miles de años de los desnudos, nos aterramos”.
Las voces
Tampoco se trata del primer acontecimiento artístico que desata polémica en la Facultad de Arte y Diseño, ya que en 2011 desconocidos blanquearon un mural que el artista Facundo “Fado” Tejeda realizó en las paredes exteriores. En aquella ocasión, un grupo denominado “Jóvenes cristianos” se adjudicó el hecho de censura (Ver Antecedentes…).
Ahora, concretada la acción, algunos se consideran ofendidos y opinan que no era el lugar adecuado. Otros, en cambio, valoran el aspecto creativo y mencionan que fue un puntapié para desterrar prejuicios.
“Me encanta la idea de romper prejuicios, pero no me agrada el contexto de ubicación. Estuvo en juego la identidad de todos los estudiantes. No apoyo el sitio donde fue llevado a cabo. Puede ser arte, porque el cuerpo es una obra de arte. Pero para mí es una falta de respeto hacia los demás”, comentó Silvia Martínez.
Por su parte, Juanca Hubscher consideró que “ese tipo de acciones de ofensa al orden y la moral pública para todos los estudiantes de la Facultad, no sólo de una carrera, perjudica el estatus educativo de las demás carreras. Repudio con total firmeza el acto realizado. No es manera de manifestarse”.
En la vereda de enfrente, Ramiro Machuca subrayó la intención de “romper prejuicios”, pero “hay prejuicios irrompibles por lo visto. Es arte, hay que meterse en el contexto en que lo están haciendo y ver qué quieren expresar. Abrí un poco la cabeza y rompé tu prejuicio. Si estudiás en una Facultad de Arte tenés que saber leer la situación, de lo contrario estás perdiendo el tiempo en ella”.
En coincidencia, Maxi Bóveda mencionó que “en la UBA (Universidad de Buenos Aires) montaron una escena porno en vivo, acá todavía somos unos ‘babies’. En gran parte porque la mente de pueblo que tenemos es una jaula para el arte. Muy al contrario de lo que argumentan sobre la imagen de decadencia de la Facultad, a mi me genera orgullo, es osado, atrevido y lleno de vida. Creo que es un puntapié para que todos nuestros artistas y diseñadores se laven los prejuicios y se animen a ir por más con sus ideas”. Por lo pronto, el debate sigue.
Antecedente de la polémica
En octubre del 2011, el mural del artista visual Fado Tejeda fue blanqueado por jóvenes cristianos que se adjudicaron el hecho a través de una nota. El mural en cuestión se centró en la figura del mítico Curupí y la Biblia.
La censura fue repudiada por autoridades y alumnos. Por su parte, Fado consideró en aquel entonces que “no podemos pretender que los dogmas sigan direccionando nuestras vidas, y menos en un espacio laico como es una Universidad”.
“Me siento indignado y es una vergüenza que ocurra algo así en una Facultad de Arte. Mi obra fue una representación de arte urbano, me invitaron a participar y el evento tuvo el aval de la institución”, añadió a El Territorio aquella vez.
En tanto, estudiantes que habían apoyado al artista subrayaron que “en una Facultad de Arte debe estar asegurado el derecho a la libre expresión, que los que no estén de acuerdo ideológicamente tengan la posibilidad de participar y replicar lo que les parezca, pero no se deben dejar pasar este tipo de actos de intolerancia”.
En abril del 2012 el artista ecuatoriano volvió a pintar la misma pared que había sido censurada, pero esta vez sin mayores contratiempos.
Territoriodigital