Tras aquella serie de notas que publicamos en septiembre y que contenían profundo sabor histórico y mucho que ver con la colonización de Yerbal Viejo, sobre todo aquella, en la que recogiendo datos en el libro “Misiones”, de Juan Queirel publicado a fines del siglo XIX que nos significó esclarecer una pequeña pero significativa nebulosa que se nos planteó en la Junta de Estudios Históricos de Oberá desde tiempo en el sentido del porque en la colonización de Yerbal Viejo, bastaba con que se pidieran tierras por parte de los colonizadores –siempre hablando en función de la colonización de Yerbal Viejo- y se obtuviera fácilmente el ingreso a la tierra elegida que, como decíamos en esa nota que a la par justificó aquello que siempre sostuvimos de que la colonización en Misiones y por lo tanto de esta zona centro de la provincia, se debió en primerísimo lugar “al embrujo de la Yerba Mate”.
Y bien, ahora vivimos octubre, un mes super electoral con epicentro en el domingo 27 y, por lo tanto, nos ocuparemos de temas relacionados con la política y los políticos, esa herramienta imprescindible que debe tener vida a pleno y sin restricciones para que el pueblo -que lo somos todos- podamos votar, ejerciendo sin restricciones; ese derecho- obligación que, esquiva en nuestra vida electoral argentina, tiene una significativa permanencia democrática desde 1983 que hay que preservar ante todo.
En momentos en que la Corte Suprema de Justicia falló a favor del pedido de varias provincias , entre ellas Misiones, que “fogonearon” con fuerza para que se cumpla el federalismo que establece la Constitución Nacional, ”fogoneo” que se tradujo en alguna de ellas en elegir sus gobiernos fuera de la fecha de la elección nacional como para darle brillo, color y calor provincial a la gestión que se vino realizando por parte de sus gobiernos provinciales, sin que influyan los efluvios políticos de la Nación que no hallaron el eco esperado y sin entrar en espinosos temas como lo fueron y lo siguen siendo los carriles por los que viajo la economía, carriles que deberá recomponerse sí o sí a la brevedad, y, por otra parte, luchar a brazo partido para suturar la grieta, esa ocurrencia fabricada que ha servido para quebrar política y sociedad enfermando a la primera entre otros males con la intrusión en la vida diaria de los personalismos que la destruyen y a la segunda enervándola sin coto para que actúe como venda que impida ver lo que no se quiere ver que sucede por su alrededor.
Sin embargo somos optimistas porque hemos vivido en tiempos de crisis, en tiempos de golpes de estado, en tiempos en que la libertad y la democracia, así como el pilar que las sostiene, la Constitución Nacional, fueron archivados ”hasta más ver” y de todos esos tiempos pudimos desembarazarnos y volver a nuestra vida provincial y nacional ungidos de la fuerza necesaria como para seguir adelante.
Por todo ello y esa posición que adoptan las provincias de hacerse fuertes en hacer valer sus derechos en el mapa nacional que sin duda es la mayor prioridad y el cambio esperado como para que el trabajo que realizan y los fines que persiguen, como en el caso de esta Misiones que pueda ir en beneficio de tanta y tanta gente que necesita contar con esta herramienta fundamental para profundizar su apertura hacia el progreso en varios frentes en el que resulta una importante ayuda el publicar al mundo con fina sensibilidad la existencia de tanta y tanta belleza natural piloteada por las Cataratas del Iguazú “maravilla del mundo” hasta la que se encuentra adornando al turismo chacarero.
Rinconcito histórico
La escuela 288
“En el año 1938 el floreciente y populoso barrio de Loma Porá que ya se ha ligado al pueblo de Oberá propiamente dicho, siente la necesidad de dar instrucción al centenar de pequeños que lo habitan, es por eso que sus pobladores se sienten alborozados al enterarse que el 7 de octubre, por Resolución del H. Consejo Nacional de Educación, ha sido creada la escuelita que comenzará a funcionar el próximo año lectivo…”
Esta reconocida institución educativa de nuestra ciudad ubicada en el barrio Loma Porá fue creada el 7 de octubre de 1938 por Expte. Nº 18.846/38 del Consejo General de Educación de la Nación. En ese tiempo Oberá estaba comprendida en el departamento Candelaria del territorio Nacional de Misiones.
Su ubicación primigenia fue en un local cedido gratuitamente por el Sr. Ernesto Bárbaro, el mismo contaba con una pieza de madera de ocho metros de largo por seis de ancho y tres metros de alto con una baranda al frente, situado en la Avenida Misiones al 523/52.
Rescatando otros aspectos históricos de la institución, hallamos que en el año 1939 fue designada la primera directora de la escuela, designación que recayó en la señora María Quaranta de Ferro, maestra que así integró aquel primer grupo de calificados docentes que, con su labor, fue entronizando la idea de patria en tierras de aluvión poblacional. Poco más tarde –en 1940- se nombra a la primera maestra que fue la señora Césarea Centeno de Chamorro.
La escuela comenzó a funcionar como tal el 18 de marzo de 1939 con una dotación de 70 alumnos subdivididos en dos secciones de grado: primero inferior “A” y “B” atendidos por la, por ese entonces, única maestra.
En 1947 se acepta la donación de Augusto A. Pettersson y su esposa Helce Furtembach, de una hectárea destinada al local propio y fue el 9 de mayo de 1951 se inaugura el nuevo edificio que fuera construido dentro de los lineamientos del Plan Quinquenal, en las actuales calles Paraguay y Roca y que con las modificaciones que la evolución de la escuela lo exigía siendo el mismo edificio que ocupa la escuela hoy.
Su actividad y crecimiento es incesante y se logra constituir en pocos años una importante comunidad educacional. En 1975 se crea la primera sección de Jardín de infantes y en 1881 la escuela es designada cabecera, ocupando su secretaría, la docente, Olga Baidowski.
Entre los primeros alumnos se recuerda a Alejandro Fuglistaler, Nelly Estela Bárbaro, Lily Ast, Pedro Cival, Felicia Piriz, Adolfo Sendlak y Antonio Kikowska y entre los directores históricos recordamos a Jorge Leguía, Miguel A. Roa y Mario Krieger.
Desde nuestro pupitre periodístico, cerramos la nota repitiendo la frase que editara la escuela para esta oportunidad: “La enseñanza de los niños es tal vez la forma más alta de buscar a Dios…”