La dirigencia política obereña presagia que el próximo año habrá muchos sublemas encabezados por candidatos de los diferentes frentes electorales y partidos provinciales, todos quieren jugar a ganar y para ello deben buscar votos de diferentes pensamientos políticos y sociales, y para conseguirlo ya comenzaron a tejer las redes.
El Frente Renovador ya comenzó a dialogar con los potenciales candidatos -muchos de ellos ya definidos- y, como siempre, cada sector deberá presentar una candidatura y varios de los que ya están en carrera se tienen confianza, más allá que el candidato con mayor protagonismo mediático y político es hoy en día el novel intendente obereño Pablo Hassan, quien está logrando transmitir de que es un tiempo distinto y nuevo en la política obereña, y no la continuidad de Carlos Fernández. Existe la coincidencia en los sectores políticos y sociales que Hassan está llevando adelante una gestión dinámica caracterizada por la presencia personal en diferentes actividades gubernamentales, ya sean culturales, deportivas y de gestión y que se hace notar en las redes, cuestión que otros candidatos no tienen las mismas posibilidades o argumentos. En el gabinete de Hassan se produjo un cambio a principios de mes por la renuncia del Secretario de Desarrollo Urbano Francisco Stevenson, quien fue reemplazado en el cargo por Gerardo Blanco, justamente en una de las áreas en donde se centraban los mayores reclamos barriales. Se comentó en ámbitos políticos que Stevenson sería candidato a intendente en las próximas elecciones por el Frente Renovador.
Los que ya están en carrera como es lógico, son el intendente Pablo Hassan, Daniel Behler, Ariel Cháves y el director del SAMIC, Héctor González. Obviamente que hay muchos más candidatos, entre ellos del sector femenino. Algunos ya tuvieron conversaciones previas y otros que están en carpeta, como ser el presidente del OTC Sergio Feversani. Por el lado femenino podrían estar la ex ministra de educación Ivonne Aquino, Marta Motta y una comerciante ligada al sector de cáritas y algunos otros empresarios y emprendedores, con la clara intención de sumar votos. También hay diálogos con algunos dirigentes algo retirados de la política para que den una mano, pero sin mostrase mucho, a los que le solicitaron ayudar en el armado de estructuras para la campaña para los noveles candidatos, la idea es aportar nuevas candidaturas siguiendo el refresh político, mientras algunos sugieren no sumar a algunos denominados «pianta votos», pero que trabajen sin mostrarse.
En el radicalismo junto al PRO anticipan que presentarán la mayor cantidad de sublemas posibles, ya que con ello -aunque por pocos votos- lograron imponerse en la defensoría del pueblo. Por el momento tienen que resolver la interna partidaria a nivel provincial y local, para la cual se presentaron por el comité municipal cuatro listas; una encabezada por Emanuel Hultgren, otra por el hijo del electo defensor del pueblo Carlos Matías Bernhardt, otra por la diputada Gladys Cornelius y por otra lista Eduardo Serra.
Si bien en el radicalismo vienen entusiasmados con vistas a la futura elección a intendente para el próximo año, no hay que olvidar que son diferentes, porque están en consideración otros factores y son votos de cercanía, es por ello la cantidad de sublemas. En la elección de la defensoría del pueblo lograron imponer la idea de que el cargo lo debería ejercer alguien de la oposición y no del oficialismo, es así que por sumatoria de votos y una diferencia de 84 votos se impuso Carlos Bernhardt. En las PASO y elecciones a diputados nacionales el argumento fue la de ponerle un freno al gobierno nacional, le falta encontrar algún argumento que le sirva de slogan de campaña con vistas al próximo año; cuestión que le va a ser difícil, porque el actual intendente está trabajando y cubriendo todos los flancos débiles que eran motivo de cuestionamientos políticos y sociales.
De lo más fácil de solucionar a la guerra contra la inflación
Los argentinos tenemos una cultura inflacionaria que viene desde hace varias décadas, como así también de endeudamientos con varias entidades crediticias internacionales, como ser uno de ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI) y nunca queda en claro en qué bolsillos termina ese dinero, está demostrado que en el bolsillo de los asalariados no, que son en definitiva los que soportan el precio de la deuda externa, la financian a beneficios de la banca; por algo al capital financiero se lo asocia con la timba, porque siempre gana la banca, entre otros actores económicos. Si con la inflación y la deuda externa los trabajadores son los que más pierden es porque hay otro sector que se beneficia.
La inflación tiene su origen y crecimiento por múltiples factores; por un lado el incremento del déficit fiscal que provoca la emisión monetaria sin suficiente respaldo de capital, que antiguamente era en oro y hoy se rige por el dólar estadounidense, y como la mayoría de los insumos se cotizan a valor dólar -como es el caso de los combustibles, por solo dar un ejemplo- impactan en toda la economía. También se da por el incremento de la demanda en comparación a la oferta de bienes y servicios. Como ejemplo la yerba mate. La otra causa es por el aumento de los costos fijos, por ejemplo materias primas como es el caso del trigo; pero también suben para acrecentar los márgenes de ganancia, como todo sube y todo influye, es por ello que las mayores ganancias en el sector comercial se dan en los periodos inflacionarios, y en particular de agitación de suba de precios.
Los consumidores deberíamos actuar como reguladores del mercado de la oferta y la demanda y tratar de frenar el incremento inflacionario que se produce cuando la oferta de bienes y servicios en el mercado es superior a la demanda, de manera tal que las empresas se vean obligadas a reducir sus márgenes de ganancia y, por ende, los precios para poder vender la producción y no verse obligadas a acumular stock, aunque en algunos casos le conviene, cómo es en el de los materiales de construcción y algunos alimentos no perecederos. Es fácil decirlo y no hacerlo, depende mucho de la cultura del consumo poblacional y la cantidad de bienes o alimentos sustitutos que se tengan a disposición. ¿Qué harían los frigoríficos y toda la cadena de intermediarios si la gente deja de consumir cualquier tipo de carne? ¿O dejan de comer lácteos o productos de elaborados con trigo?
Existe una campaña mediática que justifica y defiende los aumentos de precios a favor de los empresarios y no en defensa de los consumidores, generando mayor incertidumbre que es también generadora de inflación y, consecuentemente, la pérdida del poder adquisitivo. Esta defensa y justificación mediática no es inocente ni gratis; lo más llamativo es que los consumidores -que son los perjudicados- avalan y acompañan la defensa mediática de los aumentos de precios en las góndolas, con la intención de generar desconfianza, no solo en el actual gobierno nacional que está muy desgastado políticamente, sino que en la economía en general.
Los controles de precios no dan resultado, porque se controlan los primeros días, rápidamente comienzan a faltar productos, los consumidores se acomodan a la situación y todo sigue igual. Además esos acuerdos y controles de precios no llegan al interior, que como ejemplo los combustibles subieron en el orden un tres por ciento más que en otras provincias. Se deberá pensar en un esquema económico y de acuerdo de precios más federal y local, porque está comprobado empíricamente que en los programas y acuerdos de precios y salarios lo único que queda congelado son los sueldos, mientras lo demás sigue aumentando, y siempre termina perdiendo el trabajador y siempre se termina aceptando que es mejor algo que nada.