No es una casualidad, es la verdadera visión de la política económica del gobierno nacional, lo expresado por la diputada nacional de Cambiemos Elisa Carrió, de que las clases más pudientes no dejen de dar propinas para paliar la crisis social y económica. En tanto, el presidente Mauricio Macri, señaló a los sojeros y cerealeros, a quienes le quitó un alto porcentaje de las retenciones, que no tocaran las grandes ganancias del sector.
   Esto es la clara demostración, la síntesis de lo que es la distribución de la riqueza en la argentina hoy día, mucho para los que tienen mucho y poco para los que menos tienen, una propina.
   Obviamente que los dichos de la diputada de Cambiemos no cayeron bien, no solo causó enojos, sino también fue motivo de ionización en las redes sociales, como siguen siendo los tips de las sugerencias de ahorro propuestos por Macri.
   Es también una clara visión y pensamiento de cierto sector de la economía, que en su momento reprochaba que determinados sectores sociales pudieran acceder a determinados bienes de consumo o de uso personal y de esparcimiento que no hacían otra cosa que achicar la brecha de desigualdad entre ricos y pobres, que molestaba y mucho.
   Es necesario recordar los dichos el actual presidente del Banco Central, Javier González Fraga: «Le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos, irse de vacaciones”. Es decir que los dichos de la diputada de Cambiemos Elisa Carrio, no son una mera expresión, sino más bien un concepto claro de cual es el escalón social que debe ocupar la clase rica, la media y los pobres.
   Otra de las sugerencias absurdas de la diputada Carrió es que la gente debe apagar la TV. Evidenciando que al gobierno y a los medios hegemónicos se le cayó el relato, que la realidad le golpea en la cara. Que el entretenimiento mediático entre causas judiciales y otras tantas más no le están sirviendo de nada.
   Por otro lado se observa claramente en el pedido de Carrió, que los medios afines al gobierno y que distorsionan la realidad ya no son creíbles y comienzan a informarse por otros medios periodísticos de la realidad argentina.
   Según los últimos relevamientos, el 78 por ciento cree que se ve afectado por la economía. El 61 por ciento cree que la gestión de gobierno es mala, contra un 36 por ciento que sostiene que es buena.  Mientras tanto el gobierno sigue sosteniendo que: “Estamos en el camino correcto”.
Los obereños deben quererse más
   Siempre se habló de la pujanza de los obereños y se dice que fue y es producto de las diferentes corrientes migratorias que se radicaron en la ciudad y en la zona centro. La actividad agrícola fue el motor del crecimiento de la actividad económica y lo sigue siendo hoy día.
   A lo largo de su historia Oberá ha trascendido tanto en lo colectivo como lo individual. Se pueden enumerar algunas cuestiones históricas como lo que fue en su momento la Cooperativa Agrícola, o la Caja de Créditos, que era el banco obereño. Como así también se han destacado los clubes deportivos y deportistas. Oberá fue la primera ciudad de contar con un autódromo asfaltado. Tenemos la Fiesta Nacional del Inmigrante que es la más importante de la provincia de Misiones. Es la única ciudad que cuenta con aguas y parque termal; actividades culturales que trascienden como lo es la feria del libro entre otras tantas más.
   Pero siempre es como que falta algo mas, o algunos se detienen a ver en donde pueden encontrar el problema y así plantar el conflicto, pero no la solución, con el conflicto ya muchos se quedan conformes. Muchas veces deja la impresión que a algunos el árbol no les deja ver el bosque, o  sencillamente lo quieren tapar para que otros no lo vean.
   Seguramente que muchas cosas se habrán hecho mal, y no queda más que trabajar sobre los errores y solucionar las cosas que sean necesarias. En la mayoría de las veces los enfrentamientos políticos, personales y de intereses han provocado innumerables daños, como lo ocurrido no hace mucho tiempo atrás con el enfrentamiento entre la municipalidad y la CELO, por intereses meramente políticos y buscando ver quien dañaba mas a quien, y en definitiva los platos rotos los terminaron pagando los contribuyentes y los socios de la cooperativa. Por suerte el conflicto con el cambio de autoridades se vio superado y acordaron trabajar en conjunto, que siempre fue lo más recomendable. Es necesario recordar siempre que los hombres pasan y las instituciones quedan.
   Sin dudas que queda mucho por hacer por Oberá, no solo en materia de infraestructura, sino que quedan también muchas cosas por resolver, uno de los grandes desafíos a corto plazo debería ser la creación de puestos de trabajo, que hoy día es un problema creciente, en particular de los que recién ingresan al mercado laboral. El crecimiento poblacional tuvo un crecimiento significativo y hoy la falta ocupacional comienza a ser un problema a resolver.
   En estos 90 años Oberá ha crecido y ha trascendido por sus logros y reconocida pujanza, esperemos  seguir en ese camino y en algunos casos retomarlos, dejando de lado los intereses políticos y personales que tanto daño han causado. En definitiva, los obereños deberían quererse y respetarse más.
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Categorías: Columnas de Opinión
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