Doña Orilde Da Cruz se quiebra al relatar los pesares que padece su hijo en la Seccional Primera, donde permanece detenido acusado de robo y donde sería sometido a sesiones de golpes y torturas, tal como denunciara ayer.
Desesperada por el estado de salud en que se encontraría su hijo a raíz del maltrato, reconoció que decidió contar el caso por temor al peor de los desenlaces, sobre todo teniendo en cuenta los trágicos antecedentes registrados en dicha dependencia policial.
“Quiero que un médico le atienda, está muy lastimado y nos contó que le pegaron mucho. No quiero que le pase lo mismo que a (Hugo) Wasyluk. No quiero que a mi hijo le saquen de la comisaría dentro de un cajón. No estoy en contra de que la Justicia actúe, pero sí del maltrato de los policías”, subrayó Da Cruz.
En diálogo con El Territorio, la mujer alertó que su hijo, Axel De Lima (36), tendría golpes por todo el cuerpo y una seria infección del oído producida por las palizas que recibió durante el encierro.
Por su parte, Julio César De Lima, hermano del detenido, comentó que las autoridades de la comisaría no dejan que los familiares lo vean y agregó un dato que, de comprobarse, sería gravísimo para la institución policial.
“Nos contó que viene gente de la brigada de Alem, que investiga un robo, y les pegan a los presos. Cuenta que les llevan a una piecita y le torturan a él y a otro preso, José Olivera. No le dan comida ni agua y no quieren que le veamos porque está muy lastimado”, remarcó De Lima.
Según la madre, los problemas del sujeto habrían comenzado cuando se negó a robar para la propia Policía, una cuestión muchas veces sospechada y dicha por lo bajo.
Al respecto, Da Cruz mencionó que “antes de que lo lleven preso, mi hijo contó que los de la brigada de Oberá le fueron a hablar para que robe para ellos, pero le contestó que no iba hacer eso. No estuvo de acuerdo y ahí le dijeron que iban a juntar un montón de causas por robos y le iban a culpar a él”.
Relato de la tortura
Aseguró que en los últimos días, sistemáticamente le negaron la posibilidad de ver a su hijo, salvo el domingo, cuando pudo intercambiar unas palabras desde varios metros.
De todas formas, señaló que pudo ver “cómo le sale pus del oído y tiene todo lastimado el pecho y los costados. Me contó que le llevaron a una pieza, le sujetaban de los brazos y otro venía corriendo y le daba rodillazos. Después llevan a los médicos de ellos para que los revisen y dicen que está bien, no van a contar la verdad”.
Mencionó que, ese día, el jefe de la dependencia la maltrató de palabra y dispuso una amplia custodia para evitar que el detenido cuente detalles del encierro.
“Nos da visita en el patio para que no veamos cómo está lastimado. Mi hijo está asustadísimo y no nos quería contar nada para que no reclamemos porque tienen miedo de que le maten”, remarcó.
Asimismo, explicó que hace diez días se acercó a la Fiscalía para radicar una denuncia por maltrato, pero le informaron que hasta entonces no habían recibido los papeles de la causa.
En tanto, el hermano del apresado subrayó que no se oponen a la investigación judicial, pero sí al maltrato y a las prácticas reñidas con los deberes de los funcionarios públicos.
“Mi hermano está preso desde hace dos semanas y cuenta que todos los días le pegan. Él está muy asustado y primero no quería contarnos porque parece que le amenazaron.
Por ahí piensan que mi hermano está solo, pero tiene toda una familia atrás que va luchar por él”, expresó De Lima.
Se mostró muy preocupado por la infección auditiva que estaría padeciendo el detenido, al tiempo que reclamó que no lo revisó un médico ni le dieron medicamentos.
“Ellos usan a los presos para robar y como mi hermano no entró en esa, le torturan. Aparte, tienen la maldita costumbre de pegar cuando el detenido ya está esposado. Mi hermano no es el único que está todo golpeado en esa comisaría”, agregó.
Consultados al respecto, desde la Unidad Regional II se limitaron instar que los denunciantes se acerquen a las autoridades policiales para radicar su descargo.
Investigación en marcha
El martes pasado, integrantes de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura arribaron a Oberá para iniciar actuaciones tendientes a esclarecer un presunto hecho de apremios y maltratos policiales hacia un detenido.
El caso se conoció el domingo 23 de septiembre por las páginas de El Territorio, a partir de un video en el que se observa a tres policías de la Seccional Primera golpeando a un joven que ya estaba reducido y esposado, lo que constituye una falta grave a las normas de procedimiento.
“Nos llama mucho la atención que habiendo actuado de esa manera los implicados sigan trabajando como policías, cuando por lo menos deberían ser separados del cargo mientras se instruye el sumario interno”, comentó en la ocasión Fernando Genesini, vicepresidente de la comisión.
Por otra parte, ante la denuncia de la madre y el hermano de Axel De Lima, cobraron entidad los trascendidos sobre la liberación irregular de presos, como el reciente caso de Jorge Rafael “Kuki” F. (24), sospechado de cometer un robo en la misma fecha en que estaba preso en la citada dependencia.
Al respecto, la Justicia de Instrucción continúa con la investigación del caso Kuki y ordenó nuevas medidas de prueba.
Territoriodigital