El intendente obereño la vio venir, sabiendo que si los sindicalistas se plantan frente al municipio el problema es mayor y más difícil de resolver porque, como la experiencia lo indica, una vez movilizados los líderes gremiales pierden el control y el manejo de sus afiliados y la situación es aprovechada por otros intereses políticos. Por ello acordaron con los sindicatos un aumento de un 30 por ciento dividido en dos etapas, mayo al sueldo básico que impacta en todos los ítems salariales y en el aguinaldo comprometido a abonar a mediados de junio; más un aumento del 10 por ciento en el mes de julio. Acuerdo salarial que si bien no es lo pretendido, terminó siendo reconocido como satisfactorio por los gremios, teniendo en cuenta el contexto económico nacional. El aumento es superior al ofrecido a los empleados públicos nacionales, que es de 9,1 por ciento, es decir un 29,1 por ciento menos que el otorgado por la administración Hassan.
Desde el ejecutivo, el Secretario de Finanzas Cdr. Javier Carisimo señaló que se viven momentos difíciles a nivel país por la fuerte devaluación, la caída de la actividad económica, del consumo y la inflación, lo que produce la caída de la coparticipación federal en un 27 por ciento, que es el ingreso principal que alcanza un 70 por ciento de los ingresos del municipio, sumado a ello la caída en la recaudación propia en concepto de tasas municipales, los bancos han reducido en un 50 por ciento en tasa de comercio, lo que enciende una luz de alerta por la caída del consumo y la actividad económica. En materia de recortes se darán en la obra pública; la masa salarial es de 550 millones y con los aumentos otorgados implica un incremento a 160 millones más, es decir que la masa salarial pasará a ser de 710 millones de pesos en el municipio de Oberá.
Este acuerdo salarial le permite al intendente Pablo Hassan pasar un par de meses sin la presión de recomposición salarial de los empleados municipales, con la cautela de lo que puede ocurrir en los próximos tres meses, en donde algunos economistas advierten que la crisis se va a profundizar por la caída de la actividad económica, despidos y la baja en el consumo; por lo que el futuro a corto plazo no es para nada alentador, y se deberían tomar precauciones y reservas económicas, una de las anunciadas es que se realizarán las obras que sean las más urgentes y sumamente necesarias.

Voy a realizar un gran ajuste y la van a pasar muy mal…
La frase le pertenece al presidente Javier Milei, quien en forma risueña o burlona luego de ser electo la recordó, y resaltó que igual los argentinos en su mayoría lo votaron, es decir, no se le puede reprochar mucho. Ahora si los electores sabían que la pasarían mal y eligieron pasarla mal ¿Porqué se quejan ahora? El interrogante irónico no es para nada gracioso, porque la pobreza en estos cinco meses de gobierno de Milei aumentó del 40 al 55 por ciento. Cayó el consumo en un 35 por ciento al igual que la actividad económica. La oferta de recomposición salarial ofrecida por el gobierno de Misiones es muy superior a la del gobierno nacional, que ofreció un 9,1 por ciento a los empleados públicos nacionales; mientras la provincia de Misiones pagará un promedio del 30 por ciento de recomposición salarial.
En Misiones Milei obtuvo un triunfo por arriba del 60 por ciento, en las ciudades más grandes como en comunidades pequeñas y zonas rurales; incluso en los sectores de las fuerzas armadas se reconocía como el sector en el cual el libertario tenía la mayor adhesión. En general los votos a favor de Milei fueron de los diferentes estratos sociales que hoy se ven afectados económicamente, porque en algunos casos decían que es mejor que explote todo de una vez, y en otras porque descreían que cumpliría sus promesas de campaña. Obviamente que el triunfo de Milei es a consecuencia de los malos gobiernos que lo antecedieron, en particular el último, encabezado por Alberto Fernández y de Cristina Fernández de Kirchner, más allá que se quiera despegar de la mala gestión de la que fue parte y tiene sus responsabilidades.
Otra de las frases de Milei, ya como presidente, anunció que empobrecería a las provincias y aplastaría a los gobernadores que no acompañen sus leyes en el congreso nacional. Esto explica de alguna forma lo que está ocurriendo en la provincia de Misiones, con el reclamo de recomposición salarial que se inició con el sector docente, y que tomó protagonismo con el reclamo policial, al cual se le sumaron otros sectores del estado, como el personal de salud entre otros sectores de la administración pública provincial y también los productores yerbateros, que se vieron afectados por la desregulación de la actividad a partir de la degradación del INYM a un organismo de mera promoción y no de regulación; incluso sin designar desde el orden nacional un presidente del Instituto. Los productores que en febrero estaban cobrando 370 pesos el kilo de yerba puesta en secadero hoy cobran entre 270 y 300 pesos con cheques diferidos desde 30 a 120 días. A lo que se le suma la apertura de las importaciones, que afectan al sector de la producción y que forman parte del reclamo yerbatero.
En Misiones estalló la problemática económica de los diferentes sectores por la pérdida del poder adquisitivo por efecto del manejo económico nacional, el cual no es fácil de solucionar por la falta de recursos; el recorte de fondos nacionales, la caída de la coparticipación y de la recaudación propia y la eliminación del fondo de incentivo docente, del pago del mismo se hizo cargo la provincia con recursos propios.
Los gobernantes sabían que el conflicto les estallaría en sus manos por la cercanía, y que los reclamos caerían sobre sus espaldas y que esta situación sería aprovechada por los sectores opositores al gobierno provincial, que en parte tiene también responsabilidad propia. Una de ellas el manejo de la protesta, más allá de los bajos salarios que agravaron el conflicto que se nacionalizó y algunos analistas señalan que lo que ocurre en Misiones es la mecha de una bomba que podría estallar a nivel nacional.
El gobierno nacional se desentiende del problema en Misiones, que se puede extender a nivel nacional, salvo que tenga como objetivo avanzar sobre la intervención de la provincia, como algunos especulan, cosa que muy difícilmente ocurra.
El problema no es solo en Misiones, sino también a nivel nacional y es que no hay plata, frase que era usada como repetida, como graciosa, y hoy es una penosa y dramática realidad.

Jorge Mielniczuk – Periodista
Columna «En el Ojo de la Tormenta»
publicada en el semanario Pregón Misionero
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Categorías: Columnas de Opinión
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