Desde la Pastoral de Adicciones presentaron un balance anual con más de 15 mil consultas para tratamiento. La persona más joven que recibieron fue un niño de tan sólo cinco años.

El avance de las adicciones es una problemática en distintos puntos de la provincia. En este sentido, muchas personas buscan abandonar el consumo de sustancias, pero a veces no cuentan con todos los medios necesarios. En Oberá, la Pastoral de Adicciones continúa con su grupo de voluntarios ayudando a los que más necesitan. Insisten que es necesario un lugar de internación para el tratamiento de los casos graves, que se profundizan y requieren de un abordaje integral para su rehabilitación.

“Todos los años acostumbramos cerrar con las estadísticas que nos marcan hacia dónde apuntar el año nuevo”, explicó José Fabio, referente del grupo. Compartió que a lo largo del 2022 registraron 932 historias clínicas, con 15.600 consultas, y “sigue siendo un chico de cinco años el menor que atendimos”, lamentó.

En cuanto a las personas que buscan abandonar un consumo problemático, detalló que “hay mucha gente joven, más varones que consumen”. Entre tantos casos tan complicados, con distintos niveles de adicción, precisó que al cierre del año lidiaron con “padres angustiados porque el Centro Manantial está de paro y es el único lugar donde podemos internarlos”.

Cabe recordar que trabajadores de ATE Misiones iniciaron el 2023 con paro en distintas dependencias sanitarias. Esto complica la atención y el traslado de pacientes en toda la provincia, al punto que el Centro Asistencial Manantial, único espacio gratuito en Salud Pública, redujo la internación en un 50% desde que el personal sanitario inició la medida de fuerza.

En este contexto complejo y sin los recursos necesarios para una internación, resaltó que “la cantidad de adictos crece absolutamente, hay una evolución y demandas nuevas”. A pesar de esto, señaló que mantienen una contención que pasa por lo humanitario, por parte de los voluntarios y los profesionales que brindan un apoyo desde lo científico.

Más allá de toda la predisposición del equipo, desde la Pastoral de Adicciones manifestaron que “así como estamos, no podemos ayudarlos, porque están en un entorno que no les permite salir del túnel, que para muchos está cada vez más oscuro”.

Para el tratamiento, indicó que “hicimos una reunión con todos los profesionales, logramos la ampliación de consultorios, seguimos con actividades deportivas, arte-terapia, estamos haciendo todo lo posible desde el voluntariado”. En este marco, “se trabaja mucho en las estrategias para que las recaídas, que suelen ser inmediatas, no aparezcan. Creemos dar una cobertura importante, aunque con muchos limitantes”, agregó.

Reflexionó además sobre la implicancia del consumo de estupefacientes: “Que los mercaderes de la muerte no jueguen con la salud de nuestros niños y jóvenes”.

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Diario Primera Edición

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