La verdad es la mentira más eficiente. ( Friedrich Nietzsche)
Los mensajes son cortos y apuntan a lo afectivo, al estado de ánimo, sabiendo que la mayoría de las personas no verifican la verdad de lo que se publica y se informa vía las redes sociales, y le dan validez a lo que les llega vía redes sociales a los celulares y de esta forma creen estar bien informados, cuando en realidad están siendo manipulados, lo lamentable es que obviamente no se dan cuenta de ello.
Como todo debe ser corto y rápido, whatsapp tiene una aplicación que acelera los mensajes de audio para hacerlos más cortos y así ahorrar tiempo. Cada vez hay menos tiempo para que la gente se pueda informar debidamente, cuestión que se agrava con  la saturación de informaciones diarias y a cada hora, con leer los títulos de los diarios que llegan vía redes sociales se cree que es suficiente y se está bien informado, y las mentiras pasan a ser verdades, con la complicidad de medios de comunicación y comunicadores.
La manipulación y las noticias falsas son la mejor estrategia política utilizada desde hace unos 10 años en todo el mundo y, en la Argentina la inauguró Mauricio Macri, y por aquel entonces la alianza Cambiemos, a través del ensayo que realizó Cambridge Analytica en las elecciones del 2015, y que luego tuvieron su impacto en  influenciar los resultados de las elecciones presidenciales de 2016 en EE. UU. Y el referendo del Brexit en Reino Unido ese mismo año, como así también en las elecciones en Brasil.  Muchas de las noticias falsas se esconden también en un tono irónico pero para nada inocente; nadie conoce su origen ni a qué intereses sirven, solo se sabe que llegan a los celulares de miles y millones de personas; muchas de ellas susceptibles de creer que lo que les llega a sus celulares es cierto y lo reenvían -sin verificar si es una noticia verdadera o no- a unas 10 o 20 personas que hacen los mismo; multiplicando la cantidad de envíos diseminando las noticias falsas con rapidez. Lamentablemente lo mismo ocurre con los medios de comunicación que leen los mensajes que les llegan sin chequear su veracidad, una regla básica y esencial del periodismo, pero muchos comunicadores lo difunden como supuestas opiniones o noticias con un preocupante grado de desconocimiento o cuando no lo hacen con algún otro propósito o interés.
Los mensajes cortos con carga emocional -ya sean de odio, bronca, rechazo o fanatismo ideológico- se difunden con especial rapidez; es la conclusión de investigadores estadounidenses en donde establecieron que los hechos verificables se difunden con menor rapidez y las noticias falsas se transmiten seis veces más rápidamente y llegan a mayor cantidad de personas, unas 100 veces más que las noticias verdaderas y, si el contenido es político, su velocidad de transmisión es tres veces mayor que las no políticas.
El ex presidente Carlos Menem había reconocido que si decía todo lo que pensaba hacer como presidente nadie lo votaría, luego ocurrió con los otros presidentes, acusados y sospechados de corrupción que hoy se siguen investigando sin resolución judicial. Otros ex presidentes no solo prometieron pobreza cero, sino que aseguraban que lo más fácil sería resolver el problema inflacionario, cosa que no ocurrió mientras hablaban o deliraban con un supuesto crecimiento invisible; está claro que la gente no quiere volver al periodo kirchnerista como lo fue en los últimos años de gobierno; pero tampoco quiere volver a lo que fue el gobierno de Juntos por el Cambio, el sector trabajador quiere volver al estado de bienestar económico al que el economista de JxC Javier González Fraga, aseguró que: «Le hicieron creer al empleado medio que podía comprarse plasmas y viajar al exterior», que era el famoso supuesto relato de un bienestar ficticio, que con el correr del tiempo se sintió.
Es un gran problema que tienen las democracias de todo el mundo, a la que se le debería poner un límite, porque no se puede decir que el cambio climático es un invento, que la pandemia era una infectadura con el fin de tener a la gente encerrada en sus casas y con las bocas tapadas; o sembrar dudas sobre las vacunas. Antes de reenviar una noticia o un supuesto meme gracioso, verifique la veracidad del mismo, ello contribuirá a que usted sea un ciudadano honesto íntegramente.

Jorge Mielniczuk – Periodista
Visited 6 times, 1 visit(s) today


Categorías: Columnas de Opinión
Back To Top
Copy link