Se cumple el primer año de los que no volvería nunca más, según el enfoque y basamento con el que se manejó el gobierno de Cambiemos, encabezado por Mauricio Macri, durante los cuatro años periodo en el cual dejaron la impresión que solo gobernaron y enfocaron en su esfuerzo en tratar de destruir no solo políticamente, sino que también judicialmente al kirchnerismo, y a todo su entorno cercano.
Se olvidaron de gobernar y apuntaron a la descalificación, a la acusación y al desprestigio del gobierno anterior y se olvidaron o no supieron resolver los problemas de la economía doméstica. Con lo que volvió a quedar en evidencia histórica, que cuando los sectores del pensamiento popular vinculados a las corrientes peronistas se dividen electoralmente triunfan los sectores de la derecha, y cuando los sectores populares se unen recuperan el poder.
Ni gobernantes ni gobernados esperaban una pandemia mundial que redefiniera las gestiones de gobierno y las rutinas de la vida diaria. A nivel nacional las expectativas de la gente era que se cumpla con las promesas de campaña en torno a la recuperación de sus ingresos económicos, a partir de un aumento de la actividad productiva y la recuperación del mercado interno. Cuestión que queda como materia pendiente reconocido por el propio presidente Alberto Fernández.
La pandemia del covid 19, oculto los problemas económicos heredados por el sector macrista que luego de fracasar en términos políticos y económicos no pudo lograr la reelección presidencial. Las expectativas y desafíos son la de poder recuperar el empleo, el poder adquisitivo y reactivar el mercado interno. En definitiva, recuperar lo que sectores medios habían perdido, y que según el economista macrista González Fraga, aseguraba que: «Le hicieron creer a un empleado medio que podía comprarse celulares e irse al exterior». Mientras defendía el proyecto económico de Mauricio Macri, que termino en un fracaso económico y electoral, en contraposición con «la burbuja de crecimiento populista» que a su entender impulsó el kirchnerismo.
Digamos que al gobierno que encabeza Alberto Fernández, junto a Cristina Fernández de Kirchner, asumió en uno de los peores contextos económicos, financieros y sanitarios de la historia. Sumado a ello, negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, (FMI) por el alto endeudamiento externo contraído por el gobierno anterior para financiar la timba financiera. Y que el mismo organismo reconoció que le fueron otorgados al gobierno de Cambiemos, en forma irresponsable porque no estaban dadas las condiciones económicas, a la vez que admitieron que los desembolsos fueron para darle alguna chance electoral al ex presidente Macri.
Sumado a ello, según las quejas de la actual vice presidenta Cristina Fernández de Kirchner    una fuerte campaña mediática contra el gobierno nacional proveniente del grupo Clarín, apoyados en una corporación judicial, que condiciona y aprieta a los gobiernos de turno y persigue a los opositores.
Obviamente que queda el interrogante de como estaríamos económicamente, financieramente y sanitariamente si el país hubiera seguido siendo gobernado por la derecha. Claramente estaríamos como EE.UU., Brasil, Italia y otros países en los cuales los gobiernos han priorizado la economía por sobre la salud de la población y hoy pagan un doble costo, es decir el déficit se les a duplicado tal como ocurrió en los países que se manejaron con ese idéntico pensamiento político y económico.

Siempre quedan cosas pendientes  
En este año es difícil medir las acciones políticas y de gobierno porque los esfuerzos y el foco de atención estuvo centrado en la pandemia. El temor a un contagio masivo hizo que se tomaran muchas medidas, algunas de ellas incluso se pueden entender como innecesarias, pero nadie podía decir a ciencia cierta lo que podría ocurrir ante un virus que en principio fue advertido como altamente contagioso, mortal y desconocido para la ciencia médica, que no tenía tratamiento específico ni vacunas. Hoy transcurrido varios meses de la pandemia y según se entiende por lo que muestran las diferentes consultoras, hay altos niveles de satisfacción por parte de la población de como los gobiernos, nacional, provincial y municipal, se manejaron y administraron durante la pandemia que hasta el momento no se sabe cuándo terminará.
En Misiones tanto el gobernador Oscar Herrera Ahuad, como el vice gobernador Carlos Arce, son médicos. Al igual que el intendente obereño Carlos Fernández, por lo que fue obvio que la gestión de gobierno estuviera centrada en el cuidado de la salud y evitar los contagios masivos, cosa que finalmente ocurrió, pero que hoy en la provincia comenzaron a aumentar los casos diarios debido a la alta circulación de personas y la normalización de las actividades económica, en particular las recreativas.
En medio de la pandemia, el intendente Fernández, tuvo que hacer frente a un fuerte reclamo gremial de los empleados municipales nucleados en ATE, UPCN y un sector autodenominado autoconvocados. Y que mediante la fuerte medida de fuerza lograron un importante acuerdo salarial luego de cinco días de paro. No observándose el mismo nivel de exigencia de los mismos gremios en otros municipios que acordaron aumentos salariales muy por debajo de lo exigido al municipio obereño, lo que provocó las sospechas de que fue una movida política, escudados en lo anunciado por el gobernador Herrera Ahuad, de que ningún empleado de la provincia cobraría menos de 30 mil pesos.
Fue en el contexto de los reclamos salariales que el gobierno provincial tuvo que hacer frente a varios reclamos de mejoras salariales de diferentes sectores del sector docente, salud pública y policías, siendo esta última junto al reclamo de los docentes, las más difíciles y tensas.
A diferencia de muchas provincias, en Misiones se observó un mayor movimiento económico originado por la actividad yerbatera y forestal. Pero también en el accionar político el gobierno provincial marco su presencia, como ejemplo, se creó el municipio de Salto Encantado. Se inauguró hospitales, siguió contrayendo puentes y caminos. Al igual que el municipio obereño pudo avanzar en la construcción veredas, asfaltado de varias calles asfaltadas, y consolidación de las calles terradas, pudiendo cumplir con los servicios y con los compromisos con los proveedores más allá de inactividad económico que afecto la recaudación del estado, afectando a la provincia y a los municipios.
Ayer el concejo deliberante aprobó el presupuesto para el próximo año que prevé un incremento del 34 por ciento elevándose a 1.260 millones de pesos. De los cuales casi 35,700 millones, están presupuestados para el fruncimiento del concejo deliberante y 5.2 millones a la Defensoría del Pueblo. En la misma sesión se aprobó aumentos previstos en la ordenanza general tarifaria que alcanza el 35 por ciento, además se reeligieron las autoridades del concejo deliberante continuará como presidente Santiago Marrodán y como vicepresidenta primera Lilian Vega. Y como muestra de convivencia política y en representación de la minoría fue electo como vicepresidente segundo el concejal de Juntos por el Cambio Horacio Loreiro.

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Categorías: Columnas de Opinión
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