Agenda cultural
De la Colección Tesistas de la Editorial Universitaria de la UNaM, la Feria tuvo la oportunidad de conocer, del autor Marcos Aurelio Tassi, este trabajo de Tesis publicado en su libro ”Ecos y silencios de la violencia” Representaciones mediáticas y perspectivas juveniles sobre el barrio A4.” que le otorgara al autor el título de “Licenciado en Comunicación Social”.
El tema y su desarrollo, a través de trabajos de campo, tiene una vigencia tan actual como la que lo llevó a estas investigaciones en los años 2011-2012. No solo por el hecho de la violencia que padecemos, sino también por el enfoque que los medios de comunicación le dan a este disvalor. El autor toma como hilo conductor las interpretaciones que de los hechos dan dos importantes diarios provinciales. La violencia se transforma en doble hecho, es “el acontecimiento” de una muerte de un joven del Barrio A4 y es “el caso” que los medios crean y relatan con sus distintas interpretaciones , todas estigmatizantes de un barrio pobre, alejado del centro y sus comodidades , con vecinos también involucrados en la denostación por el solo hecho de vivir en él. El Barrio “Nueva Esperanza” de Posadas, más conocido como “Barrio A4” es el barrio donde ocurren hechos y delitos violentos, donde los habitantes (sin distinción) corren la suerte de interpretaciones intencionadas. El autor analiza en dos instancias esta “zona peligrosa, violenta e insegura”, primero, a través del discurso periodístico- policial y luego, a través del trabajo de campo que él realiza, con entrevistas a los jóvenes del barrio, y también a vecinos, con el fin de contextualizar el mentado peligro per se de un barrio periférico, poniendo en consideración la complejidad de la realidad. Los jóvenes de la periferia, los del Barrio A4, , tienen a su vez su propia interpretación de los hechos, no solo de la muerte violenta de su amigo adolescente Marcos Olivera, sino de su propia realidad social , privada de la mayor parte de los servicios , donde conviven con personas o familias de variados recursos, apenas sustentables, donde su centro social y cultural es la calle, la esquina , la plaza. Estos dos análisis que plantea el autor, nos permite considerar si las causas de la violencia está signada por la pobreza o indigencia de las personas que apenas sobreviven en una economía que todos los días les recuerda «lo que no tienen» y «lo que deberían tener», o si esta violencia, que se expresa en delitos (robo, rapiña, muerte, etc.), es naturalmente propia de los jóvenes pobres, que viven en barrios pobres, y que siempre se los vincula con la delincuencia . También pensamos en una desprotección del Estado que no llega a romper con esa dura estructura social de falta de servicios mínimos, de trabajos rentables, de actividades educativas y culturales que los redima del concepto de violentos y les ponga a la mano las herramientas para crecer en la paz que todo ser humano merece.