La campaña no solo está muy tranquila en La provincia y en Oberá, lo difícil lo han reconocido varios candidatos y sus colaboradores, es que la gente tiene la cabeza ocupada en otros temas. Está preocupada por la economía, por el día a día, por el trabajo, la inflación y que no puede llegar a fin de mes, le preocupa más la heladera vacía y llenar la olla día a día, que el arreglo de una calle u alguna otra obra pública que pasó a ser una cuestión secundaria y no primordial, más allá que sea necesaria.
Si bien la mayoría de los candidatos buscan canalizar los reclamos y descontentos que captan en las recorridas barriales hacia la actual gestión municipal que encabeza el intendente Carlos Fernández, quien sigue llevando adelante una campaña con suma tranquilidad, incluso los resultados de una encuesta le acentuó la sonrisa que habitualmente se refleja en su rostro, donde aparece muy bien posicionado. En el sondeo -según comentarios- hay candidatos que se mantienen en los porcentajes iniciales, mientras otros están perdiendo votos, y otros sumando puntos.
Las situaciones de enojo y disgusto manifestados en diferente tipos de reacciones de los electores, la viven a diario los diferentes militantes y voluntarios políticos de los diferentes sublemas, siendo los del sector Macrista los que más lo padecen, puesto que desde todos los sectores sociales tienen reclamos y cuestionamientos por la actual situación económica y social, que angustia, duele y despierta bronca en mucha gente que se siente estafada como elector.
La marca marketinera de “Cambiemos” ya no convence, ya no vende y convoca, no fue casual que en la provincia de Misiones modificaran el nombre del lema por Juntos por el Cambio, dejando de lado Cambiemos. Mientras nadie sabe que es lo que resolverá la convención nacional del radicalismo el próximo 27 de mayo, si e quedan o se van de la alianza.
Ante esta caída electoral, que algunos analistas se arriesgan a decir que será estrepitosa y algunos comienzan a buscar refugiarse o despegarse de Cambiemos;  trascendió que un candidato a intendente de esa fuerza política estaría negociando bajar su candidatura a intendente y apoyar la del candidato renovador Daniel Behler. La reunión se habría realizado luego de la presentación de la candidatura de Behler con la presencia del gobernador Passalacqua, si bien no se pudo conocer el nombre del candidato que estaría dispuesto a desertar de su candidatura.  La versión que salió a la luz molestó a Behler, quien no negó haber mantenido conversaciones sobre el tema, pero no quería que la información trascendiera hasta tanto el acuerdo político estuviera cerrado definitivamente, y no se pinchara al conocerse antes de tiempo, comentaron en su entorno más cercano. Uno de los inconvenientes seria que todos los concejales del sublema en cuestión  lo hagan en esa misma dirección.

La grieta de Cambiemos
El contundente triunfo de Juan Schiaretti en la provincia de Córdoba, logrando su reelección con una ventaja de más del 30 por ciento sobre los candidatos de Cambiemos, fortalece las esperanzas electorales del PJ con vistas a las elecciones presidenciales del mes de octubre de este año. A ello se debe sumar el triunfo de Martín Llaryora en la capital cordobesa, donde el justicialismo no gobernaba desde hace 43 años. Es el cuarto distrito electoral más grande del país y siempre marcó de alguna manera el rumbo político y electoral del país, y fue la que le dio el triunfo a Mauricio Macri en la segunda vuelta. El otro dato significativo es que es la octava elección en el año que pierde a nivel nacional Cambiemos.
El otro detalle fue que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, unos meses antes tomó la decisión de bajar la candidatura de Pablo Carro, de Unidad Ciudadana, dando una mano a Schiaretti y una fuerte señal al peronismo a nivel nacional de que no se jugaba la personal y que estaba dispuesta a jugar electoralmente en equipo; cuestión que volvió a ratificar en la reunión del Peronismo nacional luego del triunfo en Córdoba. Se trata de un nuevo gesto de la ex mandataria de cara a las elecciones presidenciales de octubre, y en particular hacia el peronismo, en medio de la discusión sobre la estrategia electoral y la definición de un frente político opositor al gobierno de Mauricio Macri. «Antes de fin de mes tenemos que estar cerrando el frente opositor», aseguró el presidente del partido, José Luis Gioja, que seguramente esperara primeramente que la convención nacional de la Unión Cívica Radical resuelva si sigue dentro de la alianza de Cambiemos, o arman otro frente electoral con Roberto Lavagna, o no; a quien también lo tienen  como prenda de una probable unidad en el PJ, que pretende hacer un gran frente electoral para las elecciones de octubre.
El grueso del radicalismo que sigue manteniendo los postulados del centenario partido, está decidido a salir de la alianza de Cambiemos, más allá de lo que decida la convención nacional, y sin importar las cuestiones orgánicas partidarias y las sanciones que puedan recaerles por desobediencia partidaria. Entienden que no pueden seguir siendo parte de un esquema político y económico que fracasó y llevó a la pobreza a gran parte de la clase media, que es el sector electoral que más se identifica con el radicalismo, prometiendo en repetidas oportunidades que la inflación era lo más fácil de resolver, que la inflación era la muestra de la inoperancia del gobierno y de la famosa promesa de la pobreza cero, que mes a mes -lamentablemente- sigue aumentando.
La situación de ruptura de Cambiemos se da en todo el país, incluso se observa en el ámbito provincial, en donde la mayoría de los candidatos a intendente ocultan no solo la pertenencia de Juntos para el Cambio, sino también ocultan la pertenencia y relación con el presidente Macri. Y lo que es peor, tampoco se identifican con la candidatura de Humberto Schiavoni, porque no solo le resta votos, sino que muchos electores no los quieren ni escuchar como candidatos a intendente, por el solo hecho de Cambiemos y del Macrismo. Por ello, los dos sectores del radicalismo de Oberá, como Roberto Silverston, como Eduardo Camerano, acompañado por Mariana “Tiny” Jaquet, utilizan en forma más visible las siglas de la UCR y la marcha radical.
No es casual que el presidente de la UCR a nivel nacional y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, afirmó que «no hay que descartar la chance de que Mauricio Macri no sea el candidato de Cambiemos en las presidenciales». Es decir que puede pasar con un presidente que no solo perdió el rumbo económico y político, sino que también está perdiendo el poder y cada vez está más solo.
Cuando a Cornejo le preguntaron cuál podría ser el nombre que puede ocupar la candidatura en lugar de Macri, en forma muy natural y normal respondió: “que eso lo decidirán los publicistas, como lo vienen haciendo en las principales decisiones económicas”, esto a manera de reproche. Toda un dato del porqué estamos como estamos en la Argentina.

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Categorías: Columnas de Opinión
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