El aumento del boleto de pasajeros terminó haciendo mucho ruido en particular por el veto del intendente Carlos Fernández, que en la misma resolución establecía cifras inferiores a las aprobadas por el Concejo Deliberante de Oberá. Esto provocó el malestar de los concejales, que entendieron que con la decisión del ejecutivo municipal quedaron mal expuestos ante la población; y en particular ante los usuarios del transporte urbano, que son quienes en definitiva deben pagar la suba del servicio. Estos desencuentros entre el legislativo y el ejecutivo son observados con preocupación desde la dirigencia provincial, porque entienden que más que aportar, restan.
Para colmo de males, los concejales tuvieron dos estudios técnicos en sus manos, y ubicaron el precio del boleto único en 15 pesos con cincuenta y a 12 pesos con cincuenta con tarjeta. En tanto que el ejecutivo, en la resolución del veto estableció una tarifa de 15 pesos y de 11 pesos con ochenta con tarjeta. Desde el ejecutivo argumentan que la diferencia surge según el criterio que se adopta en la liquidación de impuestos nacionales y provinciales. Más allá de esta cuestión, el intendente Fernández entendió que el empresario tiene un margen de rentabilidad suficiente como para sostener la tarifa determinada por los técnicos del municipio.
Luego el ejecutivo envió una nota solicitando al concejo deliberante una reunión para tratar de analizar el cuadro tarifario y acercar posiciones. Hasta el momento dicha reunión con el ejecutivo no se llevó adelante. Algunos de los concejales, de acuerdo a lo que han manifestado, que mas allá de que se reúnan con los técnicos del municipio que determinaron una cifra menor, están más inclinados en ratificar la ordenanza con los valores aprobados por el concejo y no dar lugar al veto del ejecutivo, con el argumento que el aumento otorgado es para todo el año, y que con los valores establecidos por el ejecutivo es probable que antes de fin de año deban ajustar el cuadro tarifario. De ratificar el concejo deliberante la ordenanza con los valores determinados, es probable que se abra una nueva polémica, en particular con los usuarios. Los concejales saben que quedarán muy expuestos a las críticas, están dejando correr el tiempo para que los ánimos se calmen, y salir delante de mejor forma posible.
Es evidente que el ejecutivo le marcó el cuadro tarifario y que tuvo una amplia repercusión mediática y en los usuarios, porque mas allá del menor aumento propuesto por Fernández, también da respuesta a las criticas por el no redondeo de la cifra, y que genera disgustos a la hora de pagar el boleto y la devolución del cambio.
Esto vuelve a demostrar la falta de diálogo entre el legislativo y ejecutivo municipal que provocan estos desencuentros polémicos. Por ello la preocupación de la dirigencia provincial, que en un año preelectoral sigan existiendo este tipo de polémicas y entienden que ni el presidente del concejo deliberante Ariel Cháves Rossberg ni el intendente Carlos Fernández capitalizan votos a su favor, sino que esos votos se escurren hacia otros sectores políticos. Se escuchó en los corrillos políticos renovadores que si no tuvieron, tendrán un tirón de orejas para que terminen las rencillas.
No se ocuparon de gobernar, sino solo destruir
Al decir de muchos economistas y politólogos, a medida que transcurre la gestión del Presidente Mauricio Macri, se observa un alto grado de improvisación. En estos dos años y medio, el gobierno de Cambiemos estuvo más preocupado en tratar de destruir a los dirigentes kirchneristas, metiéndole presión a la justicia e insistir en la pesada deuda heredada, y entonces se olvidó de resolver los problemas, se olvidaron de gobernar el país. Al no surgir ningún candidato opositor fuerte, se puede intuir que la estrategia política no le fracasó, pero si fracasaron en la administración económica del país.
Es preciso tener en cuenta las recientes declaraciones del ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconián, quien criticó con dureza la gestión del Gobierno de Cambiemos. Señalando «Boludeaste dos años con las buenas ondas y ahora vas a recoger inflación y nivel de actividad en la previa de la elección. Además señaló que el mundo «no es justificativo» sobre la escalada del dólar. Y argumentó que la inflación, con suerte, será del 25% a fin de año. Y estamos hablando de uno de los economistas que mas exposición pública tuvo en la campaña de Cambiemos y que luego renunció a la presidencia del BCRA, por no coincidir con la gestión de gobierno y económica del presidente Macri.
Mas allá de la caída de la imagen presidencial y de Cambiemos, lo más serio es la caída en las expectativas que tiene la gente sobre el futuro económico del país y en lo personal y particular. La gente sabe que el préstamo solicitado por el presidente Macri al Fondo Monetario Internacional (FMI) implicará mas ajustes y aumento de tarifas y más inflación, esto incluso reconocido por el mismo gobierno nacional.
Se debe reconocer que al gobierno de Cambiemos y a Macri en particular, les dio buenos resultados políticos en trabajar en destruir y desprestigiar a la dirigencia opositora en complicidad con la justicia y los grandes grupos mediáticos. A pesar de la fuerte caída en la imagen de gestión y de confianza en el gobierno de Cambiemos, no sobresale ningún dirigente opositor al gobierno como para poder hacerle frente electoralmente al actual presidente, salvo la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien también tiene una alta imagen negativa y que en un escenario de ballotage perdería las elecciones.
Desde esta mirada y de los resultados económicos, es evidente que el gobierno de Cambiemos encabezado por el presidente Macri, se preocupó mas en destruir y perseguir judicialmente a la oposición, que a gobernar y solucionar los problemas del país. Los números y los resultados están a la vista.
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