Un grupo de alumnos de la Epet 3 de Oberá demostró que con el esfuerzo se puede lograr grandes cosas. Para concretar el trabajo final que se debe entregar al  culminar el cursado, los chicos vendieron empanadas y pintaron rejas con el objetivo de recaudar fondos a fin de comprar los elementos necesarios para construir una desgranadora de maíz.
En diálogo con El Territorio, Braian Ferreyra -uno de los creadores- explicó que “en 6º año  tenemos que presentar un proyecto final y yo pensé en mi familia, porque me crié en la chacra, por eso quería hacer algo nuevo, es decir, cambiar un trabajo a mano por uno más automatizado”.
El adolescente es oriundo de Campo Ramón y alquilaba en Oberá, de esta manera pudo finalizar el cursado del nivel medio.
Contó que “cada grupo -compuesto por cuatro alumnos- tenía que presentar tres proyectos, después los profesores evaluaban y nos decían cuál era el viable, en este caso fue el mio”.
Completan el equipo que creó la máquina por Miguel Domínguez, Juan Giménez y Leandro Olivera.
En lo que se refiere a los costos del armado del dispositivo, Ferreyra repasó: “Nos juntábamos los fines de semana y hacíamos empanadas, también pintábamos rejas o casas y con lo recaudado comprábamos las cosas que necesitábamos”.
“Lo último que hicimos fue vender un chancho para poder juntar la plata, si no, no íbamos a llegar”.
Además, de los elementos que se necesitaban adquirir para el armado, los chicos lograron reciclar algunas cosas. “Estuve analizado algunas desgranadoras y me gustó la idea de armarla con un tambor de 200 litros, ese que muchos usan para armar parrillas”, comentó.
A la vez, reconoció que con este tanque se abarataron los costos, ya que al principio habían pensado en armarlo con chapas especiales.  “A mí me gustó la forma que tenía y las estructuras, entonces analicé otras desgranadoras para ver si era posible”, aseguró.
Sin perder de vista la idea inicial de que la máquina sirva y agilice las tareas que realizan los productores en la chacra, Ferreyra dijo que en todo el proceso de armado se fueron analizando nuevas ideas, con la intención de que el dispositivo funcione.
“La verdad es que nos sorprendió, porque cuando probamos la máquina, andaba a la perfección desde el primer momento”, relató.
Hasta ahora los jóvenes recibieron varias consultas sobre el funcionamiento de la desgranadora. Ayer, además, el dispositivo fue presentado en una exposición que se llevó adelante en el polideportivo de Campo Ramón.
En consecuencia, manifestó que “los vecinos se interesaron y nos preguntaban sobre la máquina y eso nos impulsa a seguir”.
Asimismo, durante el ensamblado del artefacto, los estudiantes ya fueron analizando los cambios y mejoras que se pueden realizar en las próximas máquinas que se podrían construir a futuro. “La que armamos ahora no junta el polvo, por ejemplo, y vimos que para la próxima podemos hacer que tenga esta función”, señaló.
La desgranadora puede trabajar con 50 espigas de maíz y, dependiendo del tamaño de los marlos y la calidad de los granos, puede  desgranar entre 750 y 800 kilos por hora.
“La verdad que fue un trabajo que nos llevó todo el año, porque primero teníamos que armar la carpeta, mostrar los cálculos de diseños y explicar los porqué de la idea”. indicó.
Tanto Ferreyra como los otros integrantes del equipo se recibieron de técnicos electromécanicos.
En esta ocasión, la desgranadora será entregada a la familia de Ferreyra, pero los chicos anhelan armar otras máquinas similares y de esta manera facilitar el trabajo a los productores.

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