El veredicto fue implacable y una mueca de desesperación invadió el rostro de Alejandro Carneiro (22), quien ayer fue condenado a la pena de prisión perpetua por el homicidio del remisero Fabio Rafael Lorenzo (26), cuyo cadáver sin vida fue hallado el 26 de abril del 2015 dentro del baúl del coche que manejaba. 
El Tribunal Penal Uno avaló el pedido de máxima efectuado por la fiscal Estela Salguero, habida cuenta a la carátula del delito tipificado como “homicidio triplemente agravado por el concurso de dos o más personas, para perpetrar o facilitar otro delito y por el uso de arma de fuego”.
Precisamente, desde un inicio la investigación apuntó a dos sospechosos, tal la declaración de testigos que vieron a dos sujetos abordar y movilizarse en el Chevrolet Corsa que conducía la víctima.
De todas formas, a partir del identikit confeccionado por los testigos, la Policía sólo dio con uno, mientras que el segundo sospechoso nunca fue hallado y sigue impune. A su vez, al rechazar los cargos, a lo largo del proceso Carneiro tampoco aportó ningún dato al respecto.
Además del segundo sujeto, tampoco nunca dieron con el arma de fuego con que se cometió el hecho. En tanto, en el auto ni siquiera se encontraron huellas digitales del sospechoso ni otras que permitan dar con su cómplice.
A pesar de ello, para la representante del ministerio fiscal “todas las pruebas acreditan que Carneiro es autor del hecho. No sabemos en qué momento ejecutó o ejecutaron a Lorenzo, pero debe responder porque mató a una persona en compañía de otra”.
Por su parte, para el defensor oficial Rolando Godoy “no existen elementos científicos que certifiquen la autoría del hecho ni hay suficientes pruebas para tener la certeza de la responsabilidad del delito”.
En su alegato, el letrado ahondó en tecnicismos sobre la calificación del delito, solicitó cambio de carátula y una pena de diez años, aunque su pedido no prosperó.

La acusación 
Tal como relató en ante los magistrados, desde hace muchos años Carneiro no tiene contacto con sus padres y hermanos, al punto que en las tres jornadas del debate no se registró la presencia de ningún familiar o amigo del imputado en la sala.
En su alegato, la fiscal Salguero subrayó: “A esta fiscalía no le queda duda que el sábado 25 de abril del 2015 dos personas abordaron el remís de Lorenzo en la Terminal de ómnibus de San Vicente y Carneiro fue una de esas personas”.
En ese punto, ponderó los dichos de los testigos Ricardo Aresi (55) y Juan Pablo Armónico (26). Las mismas personas mencionaron que el imputado estaba acompañado por otro joven.
El primero era compañero de Lorenzo e identificó a Carneiro como a uno de los dos sujetos que el sábado 25 a la tarde abordaron el remís de la víctima; mientras que el segundo testificó que el acusado conducía el Corsa de la víctima, cuando entre la 1 y 1.30 del domingo 26 se detuvieron en San Pedro y preguntaron cómo llegar a la ruta 14.
“Carneiro no es ajeno a este hecho. Su testimonio no es creíble”, remarcó la Salguero.
Asimismo, desestimó las declaraciones de la ex novia y una amiga del acusado.
“Las testigos no acreditaron sus dichos y entraron en contradicciones. Hay circunstancias de la vida que si uno las vivió, no se olvidan”, opinó.
Y agregó: “Entraron en contradicciones para favorecer a Carneiro, pero no puedo decir que incurrieron en falso testimonio. En cambio, los otros testigos fueron coherentes”.
También mencionó que el imputado posee antecedentes delictivos y siendo menor cometió un hecho con arma de fuego: “Para colmo, cuando lo encontraron trató de darse a la fuga, y  dijo tener 17 años, cuando en realidad tenía 19”.
En tanto, mencionó que “Lorenzo era más grande y Carneiro solo no podría haber ocultado su cadáver en el baúl”. Sobre el motivo del robo consideró que habría sido por el dinero que llevaba el remisero o para hacerse del coche.

La defensa 
El cadáver de Lorenzo fue hallado en el baúl del remís que conducía. El vehículo estaba estacionado sobre la avenida Araucarias, en San Pedro. La víctima fue ultimada de dos balazos.
La tarde anterior, alrededor de las 19, dos jóvenes abordaron su remís en la Terminal de ómnibus de San Vicente. Por el camino lo asaltaron y el trabajador del volante se habría resistido, lo que terminó costándole la vida.
En su alegato, el defensor oficial consideró que “la acusación de la fiscal se construyó en base a hipótesis y suposiciones”.
También hizo hincapié en el testimonio de un cuñado de Lorenzo que contó que éste tenía enemigos, ya en su momento le reconoció que salía con una mujer casada y el marido lo amenazó de muerte; también tenía deudas y en el pasado se había dedicado al contrabando de cigarrillos. “Cualquiera pudo haber sido”, disparó Godoy.
Remarcó que no se supo quién tenía el arma que mató a Lorenzo ni qué arma fue. “Ni siquiera hay calibre para adjudicar la teoría que Carneiro disparó”, agregó.
Sobre el aporte del testigo Aresi dijo que lo vio apenas seis segundos, mientras que Armónico asistió a los sospechosos en plena calle, de noche y con poca iluminación, tras lo cual identificó a Carneiro.
Además, deslizó que un testigo fue presionado por la Policía para nombrar a un culpable.

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