marcha-2-2kppdrnfodcgDos recursos planteados por los defensores de dos de los tres imputados por la llamada Masacre de Panambí son los que frenan la elevación de la causa a juicio oral. Fuentes judiciales indicaron que la instrucción está prácticamente agotada. Mañana se cumplen dos años del hecho, uno de los capítulos más oscuros de la historia criminal misionera.
Uno de los incidentes, tal como dio cuenta Misiones Online, está en el Superior Tribunal de Justicia. Es una casación trabada por el entonces patrocinante del chapista Marcial Alegre en el que se rechaza la decisión de la Cámara de Apelaciones de dejar firme la prisión preventiva de los sospechosos que tiene la causa.
El otro planteo es una nulidad que presentó el abogado Eduardo Paredes, defensor particular del ex prefecturiano Pablo Julio Paz, otro de los imputados, contra el requerimiento de elevación a juicio hecho por la fiscal de Instrucción Dos de Oberá, Myriam Estela Silke.
De acuerdo con el letrado “el incumplimiento de las formas que debe tener esta pieza, en lo que hace a la descripción del hecho, acarrea una nulidad de carácter absoluto”.
Según Paredes, Silke hizo una mera descripción de los hechos que ocurrieron en Panambí el 25 de Mayo de 2014, sin valorar las pruebas ni dejar en claro las hipótesis que sostienen la acusación.
“No es posible contestar o responder tal requerimiento, tampoco debatir dogmáticamente la imputación simplemente porque no se ha explicitado como se subsume normativamente su atribución o imputación. Y esta omisión nulifica absolutamente la pieza procesal”, sostuvo el penalista.
En su requerimiento, la Fiscalía pidió que Alegre, Paz y Juan Godoy vayan a juicio por el asalto y posterior asesinato del maderero Oscar Carlos Snack (45), su esposa Graciela Mojsiuk y dos de los hijos de la pareja, hijos Bianca (12) y Cristian (25).
Paredes entiende que se valoró mal el relato que brindó Cristian Knack, poco antes de morir, en el hospital Ramón Madariaga de Posadas. Para el letrado, ese relato no compromete a Paz, sino que a la luz de un análisis más profundo, lo desliga.
El pedido de nulidad de la defensa de Paz lo va a resolver la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores.
Paz, Alegre y Godoy están imputados por “cuádruple homicidio agravado en poblado y en banda, criminis causae”. Si los hallan culpables, los espera la prisión perpetua.
Actualmente, la causa es tramitada por la jueza de Menores de Oberá, Marta Arrúa, luego de los apartamientos de los magistrados de Instrucción Alba Kunzmann y Horacio Alarcón. Este último se inhibió luego de que una sobrina suya se hiciera cargo de la defensa de Godoy.
Cuando la Cámara confirmó la prisión preventiva de los acusados, pidió que se extremen las investigaciones para dar con otras dos personas que habían participado en el hecho. Esos sospechosos aún no fueron identificados.
Un cuarto sospechoso, el militar Rubén Bueno, fue excarcelado en su momento y la fiscal Silke pidió que lo sobreseyeran.

Qué pasó el 25 de mayo de 2014
El relato de Cristian Knack es preciso en cuanto a lo que sucedió el 25 de Mayo de 2014: “Ese día llegué a mi casa a la tardecita, mis papás empezaron a contar la plata que había llevado. Comí un pedazo de torta porque era el cumpleaños de mi hermana. Después empezamos a mirar televisión, media hora, más o menos, en el sofá. Cuando llegué eran las 19 o 19.30, estaba oscuro y lloviznaba. Ahí llegaron al menos cinco encapuchados, entraron por la puerta trasera, uno de ellos tenía un hierro en la mano y otro un revólver, no sé de qué calibre, negro y largo. Nos agarraron, querían plata. Mi papá les dijo que no había. Entonces me agarraron a mí y me llevaron a la pieza de mi hermana, me ataron boca abajo con un cinto las manos y los pies, mientras me pegaban patadas. Me pedían la plata, y yo les respondía que no teníamos, porque era fin de semana y habíamos pagado a la gente. Al poco tiempo trajeron a mi papá y le pegaban. Ahí encontraron la plata que yo llevé, pero querían más. Había cheques, pero ellos decían que no eran pavos, que querían más plata. En ese momento me rociaron a mí y a los demás con alcohol que ellos habían llevado, porque en casa no había”.
Oscar Carlos, Graciela y Bianca fallecieron horas después del asalto, por las letales quemaduras que habían sufrido. Cristian dejó de existir el 30 de junio a las 14.30. El destino quiso que antes de dejar este mundo brindara su valioso testimonio.

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