Josías Alexander Gómez, nació el 7 de febrero de 1997, y es discapacitado motriz. Reside junto a tres hermanos menores, en una vivienda alquilada por su madre, Beatriz Rigel, en el barrio Ecológico de Oberá.
Fue a la escuela hasta segundo grado porque cuando tenía siete años empezó a perder su capacidad de movimiento, y a los once, quedó postrado.
La rudimentaria silla de ruedas que posee condiciona aún más sus limitadas posibilidades, por lo que su madre, inició los trámites para conseguirle una eléctrica.
“Hace dos años presenté los papeles en el Hospital Samic y hablé con los doctores para ver si me podían ayudar. Me dijeron que harían lo necesario. Voy cada tanto a ver si hay novedades y hasta el momento nada”, contó a La Radio.
Según la madre, Josías “es mentalmente normal. Sabe leer, es muy despierto y muy buen hijo. Me dijeron que tendría que ir a una escuela común, si tuviera una silla eléctrica hasta podría movilizarse por sí mismo”.
Beatriz es pensionada y vive dedicada a sus hijos, especialmente a Josías. Sustentar el alquiler de la vivienda es una de las preocupaciones habituales.
Está inscripta en el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha) para acceder a una casa digna. La inscripción data del 14 de noviembre del 2014 y a pesar que la ilusionaron con una pronta entrega, eso no ocurrió hasta el momento.
“No sabía que podían darme un lugar, hasta hace dos años. Cuando fui al Iprodha me aseguraron que nos corresponde una vivienda, que tienen algunas destinadas para discapacitados, pero fueron sólo promesas. Es la única manera de poder tener una casa. De otro modo, imposible. Sólo pido que me ayuden. Lamentablemente por mis propios medios no puedo darle todo a mi hijo, necesito que me ayuden”, explicó la madre.
Primera Edición