Los referentes de los foros de seguridad se mostraron preocupados ante el avance del narcomenudeo y las limitaciones que exhibe la Policía para afrontar el flagelo de las drogas en esta localidad.
En tanto, calificaron como urgente la necesidad de disponer de un espacio para la recuperación de adictos, muchos de los cuales son menores que delinquen para solventar sus vicios. En ese contexto, el coordinador de los foros de seguridad locales, Gabriel Rivero, comentó que están recolectando firmas en los barrios para un petitorio que pretende impulsar la creación de un centro de rehabilitación. “La Policía no tiene recursos para afrontar el flagelo de la droga y vemos que el problema avanza. Días atrás desde Cáritas alertaron que hay paco en Oberá y, si hay paco, hay cocina de cocaína. Quiere decir que el problema es muy grave”, alertó el dirigente barrial.
En tanto, mencionó la iniciativa de apurar la apertura de un centro de rehabilitación en el predio de la ex Escuela 173 de Paraje Fontana, proyecto varias veces anunciado por autoridades locales y provinciales. “Los adictos son derivados a Posadas, cuando hay lugar, siendo que acá tenemos un excelente espacio que no se usa. Para eso estamos juntando firmas y esperamos tener una respuesta pronto”, agregó Rivero. Con relación al trabajo de los foros, indicó que “el tema de la inseguridad es una falencia de toda la ciudad”, al tiempo que detalló que “en todas las reuniones que hacemos surge el tema de los robos y los menores que delinquen. La Policía los detiene, pero la Justicia ordena que vuelvan con los padres y vuelven a robar”.
Viejo reclamo
Por su parte, la jueza Correccional y Menores, Marta Arrúa, coincidió con el pedido de los foros en cuanto a la necesidad de contar con un espacio para tratar a los adictos, reclamo que viene haciendo desde hace 25 años, reconoció.
“Nos falta infraestructura y en este punto son las autoridades políticas las que deben satisfacer nuestros reclamos. Yo desde el 91 vengo haciendo el reclamo y esperemos tener respuestas ahora, que hay nuevos aires, para ir mejorando”, indicó la magistrada. Lamentó que Oberá, la segunda ciudad de la provincia, no cuente con un espacio para contener a los menores que son presa del flagelo de las drogas, quienes deben ser trasladados a Posadas, con el desarraigo que ello implica.
Si bien se trata de un problema que no distingue condición social alguna, la falta de espacios públicos afecta a los sectores más humildes, puesto que existen opciones para las familias con recursos económicos. “Para evitar que el adicto llegue a la delincuencia debemos contar con infraestructura adecuada y trabajar con la familia. Los niños que hoy delinquen son los adultos que después asolan a la sociedad, transformándose en víctimas de su propia situación que no pudimos subsanar a tiempo”, argumentó Arrúa.
Por ello, insistió con la necesidad de articular acciones con el municipio y la provincia para asistir a los menores y sus familias, aspecto central para cortar la espiral de marginalidad que los envuelve. Y subrayó que “existe una ley especial que rige para los menores, que por ahí no complace a la sociedad dado el auge de la delincuencia juvenil”.
Territoriodigital