El locutor está acusado de violar a una nena de 8 años. Se aguarda la declaración de doce testigos en dos jornadas. Sólo será pública la lectura de alegatos y sentencias.
A 27 meses de la denuncia que disparó la investigación, el próximo miércoles comenzará el juicio oral de la causa que tiene como imputado al locutor Alejandro “Cacho” Santa Andrea (60), acusado de violar a una nena de 8 años.
El expediente está caratulado como “abuso sexual con acceso carnal en concurso real y abuso sexual simple en concurso real”, delito que implica una pena máxima de quince años de prisión y un mínimo de seis.
Fuentes judiciales confirmaron que serán doce los testigos, seis por la defensa y seis por la Fiscalía, por lo que se fijaron dos días consecutivos de audiencias. En tanto, por tratarse de un delito de instancia privada, el debate se realizará a puertas cerradas y sólo será pública la instancia de lectura de alegados y sentencia.
Al no haber testigos presenciales de la presunta violación, la declaración de la pequeña en Cámara Gesell constituye la principal prueba en contra de Santa Andrea, quien al momento de la denuncia se desempeñaba como secretario del Concejo Deliberante obereño y era reconocido como el histórico maestro de ceremonias de la Fiesta Nacional del Inmigrante.
Hasta un día antes del inicio del debate oral, es decir el martes, la defensa tiene derecho a solicitar el juicio abreviado, para lo cual el imputado debería reconocer su culpabilidad en el hecho.
El viernes las partes observaron la grabación de la Cámara Gesell, donde la niña brindó detalles de lo vivido en la casa de calle Viamonte, el 19 de agosto del 2013.
Al respecto, la defensa de Santa Andrea apoyaría su estrategia en el horario en que habrían sucedido los hechos. Consultada al respecto, en diálogo con los medios la fiscal Estela Salguero de Alarcón opinó que “puede haber una diferencia mínima, puede ser media hora antes o media hora después. Pero recordemos que se trata de una nena de 8 años que no sé si en ese momento llevaba reloj para decir exactamente la hora. No es una cuestión puntual como para decir que el horario es indispensable en este hecho”.
“Me arruinó la cabeza”
Actualmente, la nena que denunció al locutor tiene 11 años y reside con su madre y hermanos en un barrio cercano a la casa del acusado.
El último viernes, en diálogo con El Territorio, la progenitora comentó sus sensaciones en la previa al juicio y confirmó que fue citada a declarar como testigo.
“Todos los días pienso en lo que sufrió mi hija y en el daño que le hizo ese tipo. Somos gente pobre, pero no por eso tiene derecho de lastimar a una inocente. Ella no es la misma desde ese día. Tuvo muchos problemas en la escuela y en el barrio, porque le decían cosas y se burlaban”, comentó Rosa Q.
Con la indignación a flor de piel, recordó que en 2013 la pequeña terminó el ciclo lectivo en la escuela a la que asistía, “pero al otro año no le quisieron anotar porque el nieto del tipo (por Santa Andrea) iba a la misma escuela. Así corrimos como dos meses porque no le querían anotar en ninguna escuela de la zona. Por suerte un director nos entendió y le dio un lugar”.
“Y así va yendo, aunque le cuesta bastante. El otro día me dijo: ‘Mami, ese viejo me arruinó la cabeza’. Yo me sentí muy mal porque me imagino lo que sufre la pobrecita. Tampoco nunca le vio un psicólogo, como decían que le iba a ver”, agregó.
Idas y vueltas
El 27 de agosto de 2013, El Territorio publicó la existencia de una denuncia por abuso sexual contra Santa Andrea. Esa misma mañana el locutor fue detenido.
Tras el primer testimonio de la presunta víctima en Cámara Gesell, fue procesado y permaneció detenido 115 días en la Seccional Tercera.
El 20 de diciembre del mismo año recuperó la libertad por un fallo de la Cámara de Apelaciones, órgano que cuestionó ciertos aspectos de la instrucción realizada por la jueza subrogante, Alba Kunzmann de Gauchat. Asimismo, el mismo órgano recomendó la realización de una segunda Cámara Gesell.
Los psicólogos que entrevistaron a la pequeña en sucesivas ocasiones indicaron que tiene un “discurso espontáneo y creíble, no fabula, no está dirigido a perjudicar a terceros, es verosímil, y si bien la menor puede ser manipulada dado su edad, no presenta signos de que lo haya sido”.
En mayo pasado, la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Posadas rechazó el último planteo de la defensa y ratificó lo actuado por la Justicia de instrucción.
Los camaristas José López y Jacobo Mass opinaron que no existían argumentos para rechazar la elevación a juicio, avalando el pedido que oportunamente realizó la fiscal.
La resolución del tribunal de alzada se basó en el informe remitido por el perito que entrevistó a la criatura en la segunda Cámara Gesell.
En su declaración, la presunta víctima ratificó la acusación contra el imputado.
El tribunal encargado de juzgar a Santa Andrea estará encabezado por la jueza Lilia Avendaño, secundada por José Pablo Rivero y un tercer magistrado aún no confirmado, ya que Francisco Aguirre habría decidido inhibirse.
La denuncia
Según el expediente de la causa, el 19 de agosto de 2013 la presunta víctima salió con su hermana de 13 años con la intención de ofrecerse para limpiar el patio de la casa de una mujer que vive cerca de la Facultad de Artes, como lo hizo alguna vez a cambio de ropa. Esos días hacía mucho frío y no tenía abrigo.
“En un momento dado se separan, acuerdan encontrarse más tarde en otro lugar y la niña se aleja para buscar un trabajito para ella en alguna casa. Pasado el mediodía, la niña habría llegado al domicilio de Pascual Alejandro Santa Andrea, ubicado en calle Viamonte 354 de esta ciudad. Este se encontraba al frente de su vivienda y habría hecho pasar a la niña al interior de la misma. Allí le sacó la ropa y le hizo bañar con shampoo, quitándose sus prendas procedió a manosear los genitales de la menor, le puso un dedo, luego de secarla le habría llevado a la cama donde le hizo succionar su órgano sexual haciendo lo propio con ella. Que después de todo ello le entregó la suma de aproximadamente 18 pesos y le amenazó que si contaba algo de lo que pasó a su familia iba a mandar a unos hombres para que la encuentren y él la iba a matar”, indica el escrito donde la jueza subrogante oportunamente dictó el procesamiento.
Territoriodigital