Es el único imputado por el homicidio de la discapacitada de 54 años ocurrido hace quince años en Oberá. Defensa y Fiscalía no revelaron la nueva calificación acordada para la suspensión del juicio ni el monto de pena.
Este jueves debía comenzar el juicio contra el único acusado por el crimen de María Elena “Marilyn” Bárbaro (54), pero volvió a suspenderse y todo indica que ya no habrá debate (al menos durante 2019) y no se podrá saber de propia voz de Rubén Oscar Schnimg (36) qué fue lo que ocurrió aquel 17 de abril de 2004.
En compañía de su defensor y junto al fiscal, se presentó en la sede del Tribunal Penal de esta ciudad a solicitar un juicio abreviado. Esto implica que antes hubo un acuerdo entre la parte acusadora y la defensa, la cual conlleva que el imputado se reconozca responsable del hecho que se le acusa y por ende los años de prisión que le cabe por el delito cometido.
Sobre él pesaba la calificación de “homicidio calificado por ensañamiento por alevosía y robo, en concurso real”. Por estos delitos podía llegar a ser condenado a 25 años de prisión, dado que cuando se cometió el crimen aún no se había promulgado la denominada “Ley Blumberg”, que agravaba las penas hasta 35 años de cárcel por ese tipo de hechos.
Sin embargo esto no tiene relevancia dado que según pudo saber este Diario, las partes habrían acordado bajar la calificación, por lo cual la pena ofrecida sería por ende también más baja.
El caso Bárbaro fue uno de los crímenes más atroces de la historia policial misionera y la opinión pública siempre siguió de cerca los pormenores de un asesinato que tuvo cuatro acusados pero que finalmente 15 años después sólo uno se iba sentar en el banquillo. PRIMERA EDICIÓN dialogó con los representantes de las partes, para saber cuántos años de condena fueron presentados ante el Tribunal, pero se manejaron con total hermetismo.
En otros casos penales que se debaten en la provincia, por lo general no hay reticencia para que comuniquen los pormenores de abreviaciones de juicios, porque la última palabra siempre la tienen los integrantes del cuerpo judicial, quienes aceptan o no el acuerdo.
El defensor Roberto Jaime Delacourt y el fiscal subrogante Estanislao Elías Bys prefirieron no hacerlo, a pesar de la relevancia por ser un hecho de interés público que pasó más de una década y media sin justicia.
Rubén Oscar Schnimg había sido detenido a los pocos días del asesinato y fue liberado pero supeditado a la causa bajo caución juratoria en enero de 2011, tras años sin avances en el proceso.
En su momento, testimonios de los testigos lo incriminaron dado que había sido visto en el auto de la víctima en las horas posteriores al crimen tanto en Oberá como en Campo Viera. Además, una huella plantar lo ubicaba en la escena del asesinato junto a los demás sospechosos.
Lo cierto es que los otros tres acusados, uno de ellos hijo de una exdiputada provincial, fueron absueltos definitivamente luego de una catarata de apelaciones que se definieron en el Superior Tribunal de Justicia en 2016.
Desde el 2004, familiares, amigos y diferentes actores sociales marcharon y pidieron que los responsables sean juzgados. El paso del tiempo y los vericuetos judiciales dejaron a uno solo como partícipe.
Ahora resta que el Tribunal subrogante conformado por magistrados del ámbito civil y comercial Jorge Erasmo Villalba, Ivonne Heppner y Mónica Drganc Fernández, analicen (el enigmático) acuerdo de las partes para homologar o no la misteriosa pena que le cabría a Schnimg, supuestamente con una nueva calificación. Ante el inminente comienzo de la feria judicial, los más probable es que esto finalemente sea revelado más cerca de un nuevo aniversario del asesinato de Marilyn.
Sobreseídos
En 2006 se produjo un punto de inflexión en el caso. Una pericia de Gendarmería Nacional encontró un cabello de Marilyn en el coche de uno de los acusados, que motivo nuevamente la aprehensión de los que estaban libres.
Sin embargo, la defensa pidió la nulidad basándose en que el precinto de clausura del vehículo había sido violado. El STJ terminó dándole la razón en 2008.
Los defensores pidieron el sobreseimiento, el juez denegó los planteos y decidió el Tribunal Penal 1 de Oberá, que dejó en libertad a los acusados y dictó una prórroga extraordinaria de un año.
Cumplido ese plazo, los defensores fueron por el sobreseimiento. La fiscalía apeló en forma extemporánea, y el Superior Tribunal de Justicia respaldó todo lo actuado por el Tribunal de Alzada. Fueron exonerados para siempre.
Primera Edición