Agenda cultural
Misiones suscita en quienes la conocen un imaginario especial, porque sus características principales así lo permiten. La selva y su vida secreta, sus sinuosos senderos llenos de vegetación, de animales que se arrastran, o que vuelan, o que simplemente caminan, casi todos salvajes. La población humana ancestral, que nos precedió y que aún vive como dueños y cuidadores del lugar: los indígenas mbya guaraníes que son como el alma de la selva. Y muchas cosas más hacen que esta Provincia sea un abrevadero de historias míticas, de leyendas que se repiten con cada generación y que constituyen su fortaleza a través de los siglos. Por ello, los nacidos misioneros que se van, de alguna manera vuelven “porque la tierra colorada los atrae por siempre”. Esta creencia es válida (la tierra colorada se pega) y está grabada en la memoria de este misionero escritor “Cesar Alberto de Cuadra” que desde el 2001 vive en Puerto Deseado, una ciudad de la Provincia de Santa Cruz, donde fue por un trabajo y allí quedó. En la Agenda Cultural publicada en Pregón el viernes pasado 17 de febrero, se encuentran más datos de su biografía. Allí nos dice de la razón de casi todos sus temas, que siempre tienen algo que ver con Misiones y con Oberá, su lugar de nacimiento. Su libro “El Caburé” es una novela que tuvo una 1ra. edición en el 2008 y una 2da. el 2011 que es la presente. En ella el escritor vuelve a recordar paisajes y protagonistas misioneros. El caburé es una pequeña ave de rapiña, de estas zonas cuya imagen está en la tapa del libro, con plumas grisáceas y vientre blancuzco, y se la describe con un chillido tan fuerte que espanta a los demás pájaros a la vez que alerta por cualquier peligro. Lo especial de esta ave es que se le atribuyen poderes sobrenaturales para el amor, especialmente “seduce a las mujeres”… En la novela la historia de amor que se cuenta, es por la presencia de esta ave que enamora mutuamente a la pareja protagonista. Si el varón (en esta novela) obtiene una pluma del caburé, ésta se transforma en un amuleto con poderes mágicos para el amor. Y esa fue la suerte del protagonista encontrar ese objeto (una pluma) reconocerlo como del caburé, y colocárselo en el cuello como un amuleto. César -que así se llamaba el humilde jardinero – al rescatar esta avecilla herida de un grave peligro, atrajo hacia sí y su entorno una suerte especial: conseguir el amor de una dama muy bella y de clase alta, Erika, que de otro modo hubiese sido una atracción y un amor imposibles. Pero también el ave lo alertaba en momentos dramáticos justamente por llevar en su cuello el amuleto que era pretendido por ladrones. Es que los poderes que otorga el caburé despierta odios y pasiones que terminan, en algunos casos, en peleas y muertes. Y su pluma guardada junto al cuerpo, es un seguro de poderes mágicos.