1.400 historias clínicas, brindando cobertura a todo el entorno familiar. Se contiene y acompaña en el proceso junto a los colaboradores que integran la Pastoral de Adicciones. Un trabajo de mucho amor por el prójimo entre diferentes instituciones religiosas, acompañados por el Gobierno de la Ciudad de Oberá.
El voluntariado empezó en el 2015, dentro de Cáritas Diosesana, en una secretaría que se llama Ciudadanía. En una convocatoria se habló de la posibilidad de acompañar a las personas enfermas de consumo, de adicciones, para acompañarlos. Comenzando con un primer paciente.
Durante estos primeros diez años se trabajaron con 1.400 historias clínicas, que son realidades de 1.400 personas, brindando cobertura a la familia. En este aspecto explican desde la pastoral que el adicto se enferma primero, después se enferma su familia, y se enferma la sociedad.
La adicción es una enfermedad que no discrimina edad, clase social, religión, clase política, es transversal a todo, no elige, existen gente en la calle, gente en los calabozos, y gente en el cementerio.
En la noche del jueves, en la Catedral San Antonio, se desarrolló una misa que presidió el Párroco Ariel Manavella, en el marco el día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, además por los diez años de la Pastoral de Adicciones.
Posteriormente, en el predio Oasis de la Misericordia, junto al intendente Pablo Hassan se dejó inaugurado un espacio de escucha que es de vital importancia en el trabajo diario que realizan desde el voluntariado, acompañado por Roberto Padilla, Secretario de Estado de Prevención de Adicciones de Misiones y Claudio Ludtke, Comisario General, Jefe de la Unidad Regional 2.