A diferencia del gobierno nacional que en el presupuesto fuera presentado por el propio presidente Javier Milei al parlamento en medio de un show mediático y que propone recortes en salud, educación, asistencia social y obras públicas, en donde queda plasmado el nivel de desfinanciamiento en aéreas sensibles como lo son la salud y la educación. Ahora desde la casa rosada se busca el apoyo de los gobernadores para la aprobación del presupuesto nacional, es decir que se viene un nuevo capítulo de negociaciones políticas previas a un año electoral, como lo será el 2025.
Al contrario, el gobierno provincial que encabeza Hugo Passalacqua marca una gran diferencia con la visión nacional, otorgando la mayor parte del presupuesto a educación, salud con contención social y nuevamente es la primera provincia que vuelve a tener su presupuesto aprobado por un total de $ 3.107.874.111.000, de los cuales el 69% se destinará a la inversión social, en Educación, Salud Pública y Desarrollo Social; en un contexto de retirada del Gobierno Nacional en inversiones de infraestructura, Fondo Nacional de Incentivo Docente y/o programas de salud, entre otros. Asimismo, se destinará el 14,8 % a la obra pública, y solo el 0,17% al pago de la atención de la deuda pública; en donde también se vuelve a destacar el equilibrio presupuestario y sin déficit fiscal.
Se ratifica la idea política del gobierno nacional de achicar el estado y estar ausente y van ganando terreno en ese sentido en forma fuerte e incluso violenta, no solamente desde lo verbal sino las fuerzas públicas que reprimen las manifestaciones sociales. Está claro que el ajuste recae más en la clase media, que es la que está soportando el mayor ajuste de la historia de la humanidad, como le gusta referirse el presidente Milei, provocando que sectores de la clase media se ubiquen en la línea de la pobreza, que está en el 52 por ciento de la población.
El gobierno nacional estima en su presupuesto para el próximo año un 18 por ciento de inflación y crecimiento del PBI del 5 por ciento, mientras que el Fondo Monetario Internacional habla de un 45 por ciento de inflación y un crecimiento del PBI del 3,5 por ciento. Mientras otros economistas estiman que los efectos de la recesión continuarán aumentando, y disminuyendo los niveles de consumo, y por ende la recaudación fiscal de la que dependen el estado nacional, las provincias y los municipios, que mes a mes ven como disminuyen sus ingresos coparticipables y la situación se vuelve cada vez más compleja y se cree que será más conflictiva.

Redefinición política del oficialismo y oposición
Tanto el sector gobernante de La Libertad Avanza, encabezada por el presidente Javier Milei, como los partidos opositores comienzan a conformarse como tales con miras a las elecciones legislativas del próximo año. Si bien la imagen presidencial cayó y se ubica entre el 38 y 40 por ciento de imagen positiva, a un año de las elecciones todo puede cambiar. Hoy día Milei depende para gobernar del PRO y del radicalismo, la realidad indica que los votos a favor del gobierno son de Milei y no de los partidos aliados, que para mantener una porción de poder deberán conformar un frente electoral colgados del saco del actual presidente.
En el sector del justicialismo existen varias ramas y divisiones, que en su mayoría se dividen entre kirchneristas y los que no lo son. Mientras se habla de unidad van a una competencia interna que definirá el liderazgo partidario a nivel nacional entre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de La Rioja Ricardo Quintela, que al no tener en regla la presentación de su lista podría quedar fuera de la competencia, más allá del pedido del sector kirchnerista de que igualmente se lo habilite para competir en la interna, que muchos descreen que se pueda realizar y confían en un acuerdo político que no se sabe si unirá o no al justicialismo, que espera conformar un frente electoral y cubrir el desamparo y falta de representación política que se muestre como opción de gobierne para el 2027, y, en particular para las elecciones legislativas del próximo año.
En el radicalismo las cosas van de mal en peor, ya no existe la alianza de Juntos por el Cambio y el bloque se terminó fracturando entre los diputados que responden a Milei, los denominados diputados peluca. A raíz de las diferencias internas y la decisión de no expulsar a los cinco diputados que votaron a favor de los vetos presidenciales en jubilación y el financiamiento educativo; doce diputados nacionales del radicalismo abandonaron el bloque para armar una bancada propia, disconformes con la cercanía de la dirigencia con el gobierno nacional, y luego de que fracasara la mesa de diálogo interno. De esta manera, se debilita el bloque presidido por Rodrigo de Loredo, que contaba con 33 integrantes y que se reducirá a 21.
Entre los diputados nacionales cuestionados está el misionero Martín Arjol, que reconoció su explícito apoyo al gobierno libertario. Resta saber cuáles serán las repercusiones en el radicalismo misionero y también en el PRO, y la existencia o no de Juntos por el Cambio, que algunos lo siguen manteniendo pero cada vez más debilitados. También en el PJ misionero qué repercusiones tendrá la lucha interna, y si se tiene en cuenta que el diputado nacional Alberto Arrúa, quien además es presidente del partido en Misiones, se abstuvo junto a los demás diputados renovadores al momento de votar el veto al financiamiento educativo, y por lo cual fue fuertemente criticado por sectores del peronismo, incluso por la propia Cristina Kirchner.
Serán meses de definiciones políticas, en donde veremos con el correr de los acontecimientos políticos del cual dependerán en gran medida los lineamientos políticos, queda en claro que pueden haber más de dos frentes electorales que se presenten como alternativas opositoras al actual gobierno nacional, que no se sabe como jugará a nivel provincial.

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Categorías: Columnas de Opinión
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