Agenda cultural
La poesía neocreacionista empieza a cultivarse como algo nuevo (para nosotros) que nos impacta desde la primera lectura que tenemos el privilegio de hacer. De golpe nos encontramos con textos que se expresan con una nueva modalidad. Nada que ver con lo que sabemos sobre la poesía tradicional, sobre métrica y formas de rimar. Y la introducción de la prosa poética que va a la par con la poesía creacionista. Es un estilo que viene cargado de metáforas o símbolos, con nuevas interpretaciones o significados de las palabras más comunes, que en estos textos adquieren otra dimensión. Con gran respeto por algo que vamos a conocer por primera vez, acerco a los lectores este libro de la escritora posadeña “Nelly Herrera” que ha titulado «El cielo cabe en el infierno».
La poesía no se explica, tampoco en la prosa poética, donde el poeta puede darse el lujo de inventar palabras, cambiar el sentido común de las cosas y por eso justamente hace creación. Con un Prólogo que es una introducción al movimiento de la posmodernidad literaria latinoamericana, el escritor peruano Nicolás Hidrogo Navarro, “hacedor y crítico literario neocreacionista” dice que el libro de Nelly Herrera se convierte en un referente de la prosa poética contemporánea y en una vitrina creativa de productos poéticos neocreacionistas. En verdad la lectura de estos textos son un muestrario de emociones y sentimientos expresados en todas las formas que el lenguaje literario poético pueda imaginar. El crítico enumera todos los tropos que la autora introduce y que nos da cuenta de lo poco que recordamos de nuestro rico lenguaje.
El libro tiene dos capítulos con 87 textos en total, Brumas de ausencia (50 textos) y Llamas de delirio (37 textos) a los que uno puede acceder emocionalmente siempre que no busquemos el lenguaje común. Impresionan los textos que abundan en metáforas, la referencia a colores, a sentimientos de dolor, angustias, amor, cuya lectura (un texto tras otro) quita la respiración, mueve el entendimiento. No podemos cerrar el libro para meditar mirando el cielo, uno queda conmovido al pasar de una poesía a la otra, se queda como en suspenso. Hay textos que transmiten el sentir que imaginamos atormentado de la autora. Los títulos de las poesías dicen mucho: “Caen pedazos de mí” “Bebiendo recuerdos”, “Versos del silencio”, etc. En el capítulo dos, se encaran con esta modalidad, los textos del amor erótico, las diversas expresiones de la sexualidad, como una descarga que esperamos en cada verso y que nos impresiona. Nelly tiene una poesía dedicada a El guerrero de la estética. Al profesor Nicolás Hidrogo Navarro como a su amado maestro. Es que este autor admira el trabajo de creación de Nelly y nos alienta a conocerlo y a emularlo. “Un texto de culto que se dispara en medio el jolgorio de la noche”. “ Con este primer poemario Nelly Herrera sienta sus bases en los postulados de la prosa poética sofisticada neocreacionista”. Para nosotros es un acercamiento primario a la nueva creatividad, que debemos conocer.

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Categorías: Columnas de Opinión
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