El radicalismo definirá su conducción política partidaria a nivel local y provincial en elecciones  internas entre tres candidatos por la conducción del comité provincia y cuatro candidatos al comité municipal de la UCR. En tanto que el PRO, por consenso proclamó a Silvio «Yoni» Contreras, como presidente a nivel local. A Contreras, quien fue durante la presidencia de Mauricio Macri Jefe del ANSES de Oberá, lo cuestionan desde dentro y fuera su partido, y en Juntos por el Cambio, tener como antecedentes políticos haber  militado en el Nuevo Peronismo Renovador, siendo la mano derecha de un conocido ex funcionario del gobierno provincial, Luis Pires. Además le cuestionan al electo presidente del PRO, el haber sido candidato a concejal de la ex candidata a intendente renovadora Betina Escobar, por el sublema Esperanza con la Renovación. Con estos antecedes no a todos les cayó bien la designación de Contreras como presidente del PRO Oberá, y salieron a difundir sus antecedentes políticos. La vice presidencia del partido la ocupará la concejal Mara Frontini.
Algunos radicales, dentro de la compulsa interna, están saliendo a señalar a quienes no siempre estuvieron con el radicalismo y tuvieron su paso por la renovación y después volvieron al partido; como es el caso de algunos integrantes de la lista número 7. En particular  hacen recordar o conocer, según el caso; los antecedentes políticos del candidato a presidir el comité municipal Eduardo Serra, quien fue electo en el 2003 como concejal en la lista del ex intendente Ewaldo Rindfleisch, y durante tres años ejerció la presidencia del Concejo Deliberante.  En 2007 lanzó su candidatura a intendente por el partido vecinal “Participación Abierta”  junto al conocido dirigente kirchnerista Vladimir Pérez. Además integra la lista otro ex allegado a Tito Rindfleisch, el ex presidente de la CELO Orlando Pellegrini, quien fue uno de los que manejó la campaña electoral del ex intendente y, como hombre de confianza, fue asignado a la empresa eléctrica local.
Por el lado de la lista que encabeza la diputada Gladys Cornelius, a muchos radicales les llama la atención su decisión  de participar en estas elecciones internas y por la conducción del comité municipal. En la mayoría de los casos  los legisladores o funcionarios buscan apoyar a algún candidato y no ir a la disputa directa por los cargos partidarios, salvo se tengan guardadas otras intenciones y que tienen que ver con los convencionales provinciales, que son los que definirán alianzas electorales y las candidaturas provinciales el próximo año.
Por otro lado hay dos listas encabezadas por jóvenes dirigentes; por la lista cuatro la encabeza el joven  Carlos Bernhardt, hijo del electo defensor del pueblo, representando a uno de los sectores de la juventud radical. Por el lado del oficialismo,  identificados como los radicales puros, se agruparon detrás de la candidatura del joven Emmanuel Hultgren, encabezando la lista número 1.
Por el comité provincial competirán el joven Bruno Gini, impulsado por Ariel “Pepe” Pianesi en la provincia. Otra lista es la encabezada por Javier Mela, del espacio Nuevo Radicalismo, acompañado por el médico y ex concejal Osvaldo Navarro. Y el sector de mayor acompañamiento dirigencial es la denominada lista unidad encabezada por el concejal posadeño Pablo Argañaraz, impulsado y sostenido políticamente por los dirigentes como ser el actual diputado nacional Martín Arjol,  Pablo Velázquez, Rodrigo De Arrechea, Hernán Damiani, Gustavo González y Luis Pastori.
En donde no habrá internas es en el peronismo misionero, como lo anticipáramos.  Al no presentarse la lista liderada por sectores de la Cámpora, impulsados por la diputada nacional Cristina Brítez, quedó consagrado como presidente Juan Manuel Irrazábal. La deserción evidentemente se consensuó para no provocar mucho ruido y que todo termine en calma y en silencio.

La «grieta» política  generada por el FMI
El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ( FMI) produjo debates internos en los frentes electorales argentinos y también sinceramientos y si se quiere alejamientos y probables  futuros nuevos alineamientos políticos. La discusión se centró en torno al acuerdo y como pagar, y si se debería o no pagar la deuda y los que porque entienden que es una deuda ilegítima, contraída sin la aprobación del parlamento y en contra de las propias normativas del propio FMI, que reconoció haber otorgado el millonario préstamo para tratar de mantener en el poder al tomador del préstamo de aquel momento, el ex presidente  Mauricio Macri.
En el tratamiento parlamentario del acuerdo con el FMI, el oficialismo nucleado en el Frente de Todos se dividió.  Máximo Kirchner renunció a la presidencia del bloque del oficialismo y votó en contra del acuerdo.  Mientras que otros sectores del oficialismo acompañados por la oposición votaron a favor del acuerdo, siguiendo el argumento presidencial de que era necesario aprobar lo acordado  para no entrar en cesación de pagos, y la necesidad de lograr financiamientos internacionales como el logrado con China, en la denominada «Ruta de la Seda».
El Kirchnerismo siguió la línea coherente de lo que venían sosteniendo, que la deuda la paguen los que se quedaron o llevaron los millones de dólares y que no la paguen los sectores del trabajo con nuevos y mayores ajustes. Y obviamente no se podían quedar sentados en la legislatura levantando la mano en silencio, hicieron lo que políticamente les correspondía hacer, que era manifestarse en contra, pero sin buscar entorpecer o frenar el acuerdo y con ello lograron contener en gran parte a sus seguidores.
En Juntos por el Cambio también se abrió el debate, y las diferentes posturas  entre los que proponían no aprobar el acuerdo y así perjudicar al gobierno, y los que entendían de que se deberían hacer cargo del problema porque fue durante el tiempo que les tocó gobernar con Macri, como presidente. El gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales, fue el que encabezó el discurso de sinceramiento en torno a la deuda contraída con el FMI y las responsabilidades políticas que debían asumir desde Juntos por el Cambio, provocando la reacción interna y diferente posturas dentro del frente electoral. Con esta diferenciación de visiones políticas parte del radicalismo marcando disidencias y diferencias con el PRO, y en particular con el ex presidente Macri, y logra posicionarse en otro nivel de exposición política ante el electorado, demostrando que tienen determinación de acuerdo a sus principios y pensamientos políticos.
Ahora llega la segunda etapa del FMI, que es el proyecto para que todas aquellas personas físicas o jurídicas blanqueen el dinero fugado, en tal sentido el bloque de senadores del Frente de Todos presentó un proyecto de ley para crear un Fondo Nacional para la Cancelación de deuda con el FMI. La iniciativa impulsa la creación de un «aporte especial de emergencia» a pagar por quienes tengan bienes en el exterior sin declarar. Los alcanzados por ese aporte deberán abonar, en dólares, un 20% de esos activos si lo hacen durante los primeros 6 meses de vigencia de la ley propuesta y un 35% en caso de hacerlo con posterioridad, y de no hacer lo podrían ser encarcelados.
El proyecto apunta a blanquear U$S 417.000 millones de personas o empresas que fugaron dinero con fines de evasión o de lavado, cuestión solicitada por el propio FMI, de que se evite este tipo de maniobras.  Se estima que unos U$» 417.000 que se fugaron a paraísos fiscales. La ley permitirá acceder a una recaudación de U$S 70.000 millones.
Sería lo políticamente y judicialmente correcto, para que no pierdan y paguen siempre los mismos: los trabajadores. Esperemos que en esto exista consenso político y social y no una nueva grieta que se intenta abrir sobre la cuestión.

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Categorías: Columnas de Opinión
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