Agenda cultural
Siempre nos atrae la poesía, ese género que no es asequible a todos pero que admiramos y muchas veces, en nuestra juventud, lo hemos practicado sin mucho estilo, pero que nos permitió una catarsis emocional propia de la edad. Después nos pusimos más responsables y dejamos la poesía en otras voces.
Algunos entendidos dicen que la poesía es un don de Dios. Sus elegidos, los poetas, son aún los elegidos de todas las épocas, los que nunca se olvidan y a los que se recurre cuando las emociones afloran. Paradójicamente para otros es la cenicienta de la literatura, porque “no vende”.
Estas disquisiciones (personales) suceden por el regalo de un libro de poesías, cuyo autor es un joven obereño y se llama Nahuel Novello. El título de su libro es revelador: “Entre la gota y el mar”. Seguramente la intención del autor no fue recordar una frase de Teresa de Calcuta muy difundida, (…el mar no sería lo mismo sin esa gota… esa gota era ella misma y su monumental obra ), pero fue algo instantáneo en mi memoria recordarla, somos una gota en el mar de la existencia, necesaria, única. Es una interpretación, el poeta y la poesía son necesarios (…siempre habrá poesía…), esenciales, solo falta darse cuenta en el diario vivir que estamos rodeados de poesía, y que -en muchos casos- vivimos poéticamente.
Se dice que la poesía no se explica y que puede o no portar un mensaje. Una lectura de las poesías de Nahuel nos va llevando hacia el interior de este poeta y vamos descubriendo la hondura de su veta poética, sus símbolos para expresar quien es y qué siente: “Mi Canto. Estos ojos son los dueños de un horizonte… estos pies los moja el mar… Estas manos recogen restos de coral / e imagino cuan rico es el mar/ Y es aquí cuando el viento susurra / yo comienzo a cantar.” Porque si bien no podemos interpretar cabalmente su interioridad, hay intensidad en sus palabras, en sus símbolos: “Ir Llegar: Fui a buscar lejos de la gran ciudad / todo lo que fue / mi pasado y raíces de libertad / En verdad vuelvo a encontrarte / tu fragilidad / vives entre la gota y el mar…” / “Alrededor. Alrededor de mis paredes vive el mundo. / Aquí el humo es aire, la comodidad una trampa / La sensación de placer la oigo por la ventana / La oscuridad de este ser matan páginas / vuelco sobre estas hojas / Ellas son mis calles / Me imito cada noche y sueño con vos / sin poder decir que te quiero”.
Estas manifestaciones poéticas van llenando las páginas de este singular libro, que tiene también formas de la poesía ecológica, en El Arbol, En el Viento y La Brisa…” cuál de los dos me ha despertado / las lunas me desvelarán / en tanto el sol siga brillando…” Releo y comprendo que queda mucho por decir.