Agenda cultural
Un tema relevante, un problema acuciante, es todo lo que tiene que ver con el cambio climático y sus consecuencias. Está presente en nuestra realidad diaria y a nivel personal nos va cambiando la vida. La literatura ha tomado la posta y se conmueve en la concientización del problema. Que mejor que los escritores para llevar a nuestros sentimientos, lo que un autor/a siente ante un acontecimiento como la destrucción de nuestro habitat, la tierra.
Así es que el IX Concurso en homenaje a los 85 años del fallecimiento de Horacio Quiroga, tuvo como motivo principal, “la selva y el cambio climático”. Sus ganadores se premiarán el próximo 19 de febrero en San Ignacio. Y nos hemos enterado a través del grupo A.E.L.I.J.U.M (Asociación de escritores de literatura infanto juvenil de Misiones) que la Provincia le hará publicaciones especiales infantiles, con el tema principal de la Biodiversidad en Misiones Flora y Fauna, que se publicarán a través de la Biblioteca Publica de las Misiones del Centro del Conocimiento. O sea que este tema de la protección (no siempre tardía), de nuestro planeta tiene en nuestra literatura misionera un lugar especial. Por eso me parece oportuno volver a leer y recomendar la lectura de un gran autor misionero, líder y pionero en alertar con pasión sobre la destrucción de nuestra fauna y flora, y las consecuencias nefastas que vemos en nuestro diario vivir. Me refiero especialmente a Thay Morgenstern, misionero, del “país de las Araucarias” (los únicos árboles que vuelan –según su decir-), San Pedro, Misiones. Sus figuras literarias para expresar su amor por la naturaleza y su dolor por la depredación de la misma, conforman un canto épico, por momentos apocalíptico, con frases singulares, de gran hondura. Se pueden leer en cualquiera de sus libros, compilados en un solo “Alma De Araucaria” editado post morten, por Th Barrios Rocha Ediciones, de Eldorado, 2008, y que fuera presentado en nuestra Feria de ese año. Esos libros reeditados son Punto De Bruma, Los Habitantes y Rastro Colorado. El expresa en Bruma“… vengo del Norte, del país de las araucarias. Allá el Piray da de beber a las Sierras de Misiones… Traigo todos los verdes del obraje en el bolsillo, las últimas hachas que vi dormirse en un tronco eterno…” En Los Habitantes, expresa “Ese Piray que está rojo y es una vena abierta que arrastra pedazos de muslos, dientes, lenguas, hígados, pezones y frutas…” Es algo que nos recuerda a la tragedia de los mensúes. “Los ríos adelgazaron tanto que daba vergüenza ver en el fondo lo que fuimos capaces de hacer al monte y al suelo. Allï quedó al descubierto nuestro pasado oscuro”… “Paren la mano. Río y monte mueren. Falta polen. Sobra llanto…” “¡que no asesinen los árboles! ¡Que no destruyan los nidos! ¡Que no encarcelen los ríos, ni enchastren el rocío! Porque el Yasí Yateré les perseguirá por los siglos!”. Releerlo es un viaje sin vueltas, amoroso, a la naturaleza.

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Categorías: Columnas de Opinión
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