En parte probablemente condicionados por los cuestionamientos de los militantes de Juntos por el Cambio (JxC) y para darle respuestas a sus exigencias de votar en contra y seguir la línea nacional de oponerse a todo, los Concejales de JxC votaron en contra del presupuesto de la Defensoría del Pueblo, que el próximo año estará a cargo del radical Carlos Bernhardt. Tampoco aprobaron el presupuesto del ejecutivo ni del Concejo Deliberante; proyectos que sí fueron aprobados por mayoría por los concejales oficialistas en un contexto diferente al actual. Hoy día los concejales del oficialismo probablemente no aprobarían el presupuesto de la defensoría para dejar en evidencia a los dos concejales de JxC, y dejar sin presupuesto a la Defensoría del Pueblo como pretendieron los concejales Mara Frontini y el ex concejal Horacio Loreiro, de manera tal que tengan que explicar y argumentar el voto negativo en contra del presupuesto con el que deberá manejarse el futuro defensor del pueblo.
En el tratamiento del proyecto de la ordenanza general tarifaria, el concejal recién ingresado Marcelo Gazzo se abstuvo de votar porque no tuvo tiempo de analizar el proyecto, en tanto que por la minoría se emitió un dictamen rechazando la aprobación de la ordenanza general tarifaria, argumentando que es debido a que se votaron en contra de los presupuestos. Es preciso aclarar que la ordenanza general tarifaria es con la que se financia parte de los gastos del ejecutivo, legislativo y defensoría, y tiene un incremento del 35% en las tasas y contribuciones para el próximo año.
En la elección de autoridades del poder legislativo local y usando los mismos argumentos con los que no se aprobó el presupuesto, los concejales de JxC se abstuvieron a votar en la elección de autoridades del legislativo local, en la cual volvieron a ser reelectos como presidente Santiago Marrodan y en la vice presidencia primera Lilian Vega, por el oficialismo. Y por la oposición y en reemplazo del ex concejal Horacio Loreiro, fue propuesta por el oficialismo la concejala Mara Frontini, quien rechazó el cargo y se abstuvo de votar, argumentando que el actual Concejo Deliberante no la representaba.
Algunos observadores hicieron notar que se oponen a todo por el temor que les infunden los sectores militantes, y para evitar escraches y cuestionamientos como lo hicieron con el diputado Horacio Loreiro, que tuvo que salir a explicar los motivos por los cuales votó a favor de Carlos Rovira, para que siga presidiendo la legislatura misionera. Loreiro tuvo que salir a aclarar en un comunicado de prensa que fue por mandato del interbloque de JxC, respetando las mayorías como tradición parlamentaria y no a cambio de contratos y otras prebendas como sospechan algunos militantes de JxC. En el caso de la diputada provincial por el radicalismo Gladys Cornelius, fue interpelada en el comité municipal del radicalismo en donde le pidieron explicaciones y le manifestaron la bronca y la angustia de haberle votado a Rovira para la presidencia de la legislatura. Rechazo y broncas que se plasmaron en un comunicado de prensa del comité municipal radical, y en las redes sociales los militantes cuestionaron a todos sus legisladores, argumentando que defraudaron y traicionaron a los votantes de JxC de Misiones.
En todos los casos, los concejales de JxC argumentaron que votaron en contra de todo por la aprobación hace unos días atrás del código fiscal y la aprobación de los secretarios del tribunal de faltas; la cuestión es que el nuevo intendente Pablo Hassan dictó una resolución ad referéndum del Concejo Deliberante, postergando la entrada en vigencia de la norma, y que continúe su tratamiento en comisión con las distintas entidades intermedias. Y en el caso de las secretarías designadas en su momento por el ahora diputado nacional Carlos Fernández, los designados presentaron sus respectivas renuncias y se nombraron a los primeros de las ternas tal cual lo reclamado por la oposición, y que fueran nombrados por resolución del ejecutivo municipal y aprobado por el legislativo local los abogados Cristina Farías y Fernando Amaro que fueron los que tuvieron las mejores calificaciones.
En estas dos polémicas resoluciones, desde la oposición le pasaron factura al titular del ejecutivo municipal Pablo Hassan, quien como concejal, aprobó con su voto y luego de que se hiciera cargo del ejecutivo revió las mismas. En una decisión política de Hassan, que como jefe comunal tiene su visión diferente sobre algunos temas, tal cual lo comentara en varias oportunidades y de que ejercerá a pleno el poder que le otorga la carta orgánica como intendente municipal ante el pedido de licencia de Carlos Fernández.
Más allá de las chicanas políticas, aprietes y escraches a los que fueron sometidos los dos legisladores obereños y que algunos entienden que fue asimilada como una advertencia y condicionante para los concejales de JxC; la población está esperando otra forma de encarar las cosas y los problemas. Sería más serio, productivo y beneficioso para los contribuyentes obereños el aporte y debate de ideas y proyectos, y no la oposición por la oposición misma; tomando resoluciones por temor a lo que les griten desde el fanatismo de las tribunas partidarias, porque tanto oficialistas como opositores deben dar respuestas y soluciones a las demandas de la sociedad que seguramente espera mucho de sus concejales.
Negacionismo político como negocio electoral
En el comportamiento humano, el negacionismo es exhibido por individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda. Se han acuñado en los términos del negacionismo el Holocausto judío, el COVID-19, la necesidad del aislamiento y las vacunas. También del VIH/sida; y se ha llamado negacionistas del cambio climático a aquellos que se oponen al consenso científico que sostiene que el calentamiento global es real y se debe a las actividades humanas. Se ha criticado el uso de la palabra negacionismo como una técnica de propaganda para reprimir puntos de vistas minoritarios.
El negacionismo político de sectores de la oposición en la Argentina que acompañados por los grandes grupos mediáticos han dado muy buenos resultados en términos electorales y también económicos, lograron poner en duda la existencia de la pandemia, el aislamiento social, el uso del barbijo; incluso de los beneficios del uso de la vacunas, cuestionando y contradiciendo los estudios y evidencias científicas, incluso llegando a realizar marchas -y no casualmente en los días patrios- tratando de significar que actuaban en defensa de la República y en contra de las medidas sanitarias. También calificando a la epidemia mundial de “infectadura” para relacionarla con una dictadura militar; y hoy se oponen al pase sanitario que lo exigen muchos países del mundo, a los que se ponen como ejemplo y se pide que sean tomados como ejemplo.
Es la denominada nueva derecha y se expande en todo el mundo con sus ideas libertarias de que ellos son el verdadero pueblo, y que los demás están manipulados en contra de los intereses de la República a la que dicen defender, pero odian al actual sistema democrático y creen que es el momento de cambiarlo por otro sistema en el cual el estado no intervenga a favor de los más débiles, sino a favor de los más fuertes.
Con la aparición de la pandemia que puso al mundo patas para arriba y dañó a casi todos los gobiernos y sistemas políticos y económicos del mundo, el negacionismo tuvo un crecimiento exponencial, pero electoramente terminaron fracasando como Donald Trump, recientemente Sebastián Piñera en Chile, que fue derrotado por la izquierda encabezada por Gabriel Boric, y en Brasil se espera la derrota electoral de Jair Bolsonaro, en manos del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Dentro de este contexto latinoamericano que siempre acompañó los procesos políticos de la región, habrá que ver qué es lo que ocurre con vistas al 2023 en la Argentina, luego de que la derecha -encabezada por Mauricio Macri- fuera derrotada en el 2019 por los sectores afines a los movimientos populares como el peronismo y todas sus ramificaciones.