Agenda cultural
En la generalidad de los casos, pocos son los libros que nos han llegado durante el desarrollo de la Feria presencial, sobre temas policiales, o simplemente de intrigas y misterios Una población tan especial como la nuestra, criollos, originarios, inmigrantes, hace que los autores narren historias relacionadas con los distintos aspectos de tan dispares culturas. En este caso el docente jubilado ahora escritor, RUBEN DARIO MOTTA, ha tenido la gentileza de enviarnos su primer libro del género policial, “EL TESTAMENTO”. El viernes pasado fue uno de sus libros EL MAESTRO, objeto de un breve comentario. Ahí conocimos al autor en su calidad de docente enamorado de su tarea , soportando las durezas de vivir en lugares selváticos, donde todo faltaba, debiendo trasmitir a la más humilde comunidad de niños los mínimos conocimientos que todos anhelaban. El es una muestra de lo que hacen nuestros maestros rurales hasta el día de hoy. Pero esta vez conoceremos su otra veta literaria. En el Prólogo el autor revela toda la trama de una historia -más común de lo que uno imagina- de un testamento que deja una fortuna a herederos económicamente pobres. Entonces el autor tiene tarea de entusiasmar al lector a pesar de haberle adelantado el final, o los finales, tantos como herederos hay. Un testamento es un instrumento jurídico que tiene muchos motivos, entre ellos, el de tratar de que los herederos no peleen por la herencia . Muchos reciben fortunas a través de ellos, que de otra forma no recibirían. Respetar la voluntad del testador, una vez fallecido, no es tarea fácil, nadie quiere ser “mandado” por un muerto, a quien no se le puede discutir, quien dividió bienes, o los regaló, inconsultamente. Este abuelo del libro, que hizo el testamento a sus nietos, ni siguiera era un abuelo tratado por ellos que ni sabían que tenía tan gran fortuna, incalculable entre bienes muebles e inmuebles, y dinero efectivo. Los nietos, ahora herederos, más que asombrados se sintieron muy mal porque apenas conocían al abuelo. ¿El origen de la fortuna? podía ser más que dudoso, pero eso no fue óbice de que se cumpliera el reparto de los bienes entre los 4 herederos (que heredaban por la muerte de su padre -unico hijo del abuelo- y por el anterior divorcio con su madre). El abuelo pone una cláusula que en realidad parece que estuviera de más, obliga a los 4 al reparto por partes iguales y pone una condición: que en caso de muerte de cualquiera de los cuatro, la herencia acrece a los restantes. Suceden muertes inesperadas y los supervivientes van acumulando por partes iguales. Esta cláusula aparentemente inocua, ha desperado la avaricia de los herederos, que recién conoceremos al final. Esta cláusula fue la detonante de una naturaleza humana codiciosa, ambiciosa que el abuelo intuyó despertaría en alguno de sus nietos, heredando su propia conducta de acumulación. El autor fue una especie de psicólogo literario, porque de a poco fue desnudando un verdadero drama.

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Categorías: Columnas de Opinión
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