La idea de llevar adelante una campaña electoral mientras se sigue hablando de la pandemia y la evolución de la vacuna contra el Covid 19, no debe de ser extraña. El electorado está ambientado a esa situación de aislamiento y distanciamiento social, observando que pasa en el mundo con el virus, con la economía, los rebrotes, los miedos y las incertidumbres en torno al futuro inmediato. El mundo no es un lugar seguro, ni para la economía ni para la salud, ya estamos dentro de la nueva normalidad, es por ello que la economía vuelve a estar en primer lugar.
Durante la pandemia se vio caer electoralmente al presidente de los EE.UU. Donal Trump, quien no pudo lograr su reelección como presidente, tal cual le sucedió al ex presidente argentino Mauricio Macri, que compartía la misma línea de pensamiento político y económico. Y ahora lo mismo le está sucediendo al presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, cuyos candidatos a alcaldes en casi su totalidad perdieron las elecciones, en sus distritos; lo que demuestra la caída política del presidente brasilero, en consonancia con lo ocurrido políticamente en la Argentina, EE.UU., Bolivia y ahora en Brasil. Y la caída momentánea de un pensamiento económico y político.
Saber administrar la política y los tiempos dentro de la pandemia fueron y serán las claves en el futuro electoral, es por ello que si bien las actividades económicas se van abriendo, al igual que las fronteras, políticamente se observa que no es conveniente alejarse mucho del efecto pandemia, más cuando todavía no se tiene la declaración del fin de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud. Incluso se advierte que la vacuna por si sola no erradicará el virus, no determinará el fin de la pandemia, sino que será necesario seguir manteniendo las medidas como el uso del barbijo y el distanciamiento social que son los íconos y signos diarios de que seguimos y seguiremos en pandemia y en el peligro del contagio en el presente y en el futuro, según se anticipa.
Es por ello que el diseño de la campaña electoral a nivel país tendrá que estar contenida y enfocada dentro de un esquema de pandemia y con la mirada puesta en la post pandemia, de manera tal que no se discutan otras cosas que puedan sacar del escenario la buena imagen que tiene el gobierno por la forma en que ha manejado la pandemia en forma prudente y eficaz, según lo aseguran diferentes sondeos de opinión.

Nuevos grupos sociales acuñan sus espacios  
Con la aparición de la pandemia se escuchó repetidas veces que el mundo sería diferente, más humano. Que las personas y los diferentes segmentos sociales cambiarían, que habría una mayor humanización, y que sería la prioridad ante el mercado económico y financiero. Cosa que hoy, y con el transcurrir de la pandemia nos damos cuenta de que no ocurrió ninguna de las tantas teorías del impacto que tendría la pandemia en el comportamiento humano en el mundo.
Lo que si produjo y tal cual se preveía, fue el aumento de la desocupación, de la pobreza por el cierre de actividades y empresas que se quebraron y otras que se rediseñaron con menos ocupación de mano de obra. En la salud también dejó y sigue dejando sus efectos la pandemia, entre las patologías, muchos recomendaron y lo siguen haciendo, de no dejar de evaluar el impacto en la salud mental de adultos, jóvenes y niños. Y en medio de todo esto también hubo empresas y personas que hicieron muchísimo dinero, como la industria farmacéutica que, sin haber sacado la vacuna al mercado, ganaron millones por el alza de sus acciones en los mercados bursátiles, en donde algunos apostaban a la timba financiera según lo que informaban los diferentes laboratorios de los avances que se estaban dando en torno a la esperada y discutida vacuna contra el Covid 19, que no será la solución definitiva de la pandemia.
Hoy estamos discutiendo qué vacuna nos vamos a inocular, si la estadounidense, la francesa, la del Reino Unido, la Rusa o la China. Las dos últimas tienen mala propaganda, por la ideología comunista de dichos países, además que siempre se puso en reparo en la mala calidad los productos chinos, y también se cree que la vacuna lo será de igual calidad.
El otro tema son los anti vacunas y la discusión de si se van a dejar o no vacunar. Lo cierto es que desde salud pública se ha reiterado constantemente que la vacuna no será obligatoria, y en el primer tramo será para los sectores más propensos a contraer el virus, los grupos de riesgo, como son el personal de salud y las personas con algunas patologías de base y adultos mayores.
A todo esto, se le sumó el debate del aborto si, o del aborto no, que tiene diferentes líneas de argumentos, todos atendibles y válidos. En muchos casos el debate se diluye en consignas que es donde se distancian más los pensamientos y los grupos de personas, en torno al derecho de elegir, de poder decidir. Como la que se resalta en algunos casos: «Mi cuerpo, Mi decisión» y es en ese punto, en que se centra la discusión más allá de lo ético, moral y religioso. ¿Quién decide por la persona en gestación y cuál es el momento del inicio de una vida?
Cada cual con sus razones, creencias y costumbres. Pero lo cierto es que estamos ante una sociedad convulsionada y convencida en que todo debe ser autodeterminante. Que descree en muchos casos de las religiones, de los ritos, mitos y costumbres que ordenan la vida y el comportamiento social, observados y controlados por los diferentes cultos religiosos y desde el Estado. Que descreen de la existencia Dios y de la vida eterna y de que todas las personas al morir van al cielo, al paraíso. Como así también descreen de la utilidad del Estado en cuanto a organización social.
La sociedad sigue dividida entre los conservadores y los progresistas y nadie logra ponerse de acuerdo, como es lógico y natural. Pero lamentablemente cada vez se observa menos tolerancia, comprensión y respeto por la opinión del otro, y en muchos casos se fomenta el odio extremo. En definitiva, cada grupo nuevo que se forma pide un espacio que cree que le es propio por derecho existencial y otros sectores que creen perder derechos y más que nada controles sobre el comportamiento humano.

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Categorías: Columnas de Opinión
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