El marco social y político en el que viene viviendo el mundo nos muestra un hoy que pareciera querer írsenos de las manos, arrollando con una fuerza ribeteada de mañana y en lucha sin cuartel que se nos alojó en nuestro interior como queriendo que no nos fuéramos por las nubes de Úbeda soñando que todo era posible, que todo estaba a nuestro alcance en sucesión de abuelos a padres y de padres a nietos aminorando odios, rencores, envidias y así, de estar apoltronados en ella, acentuar las tintas como  para acelerar los tiempos y lograr su propósito, nos hizo reflexionar, y mucho, en la inutilidad de seguir jugando a la nada conformándonos con atesorar nuestro juguetito predilecto que, como tal- nos permitirá reencontrarnos por momentos y darnos dolores de cabeza por otros- ante un mundo que se enfría en calidez y se descarna en solidaridad
   Así, enervados, ansiosos, preocupados y advirtiendo por norte la presencia de una incógnita, se nos prendió la lucecita verde, aceptando una invitación a hacer una escapada a Río de Janeiro.
   Sí, que la playa, que los morros, que ese aire de hospitalaria libertad que nos envuelve a los de afuera…      Todo eso y algo más que fue nuestra visita al Museo del Mañana y ante tanta producción cultural científica ofrecida a los visitantes en forma sencilla en lo literal y gráfico, matizado todo ello con espacios de contenido emocional en los que, utilizando efectos se nos viene encima el mundo haciendo sobreactuar pasiva y activamente a los reinos impuestos por la naturaleza y sus reclamos por la inicua depredación de los humanos de los bienes naturales ofrecidos generosamente para su subsistencia y que, a medida que avanzan los siglos y se cuantifican las poblaciones produce el deambular migrante en búsqueda de subsistencia clavando cuñas de alta sensibilidad social y política en nuevos suelos.
    Y por esa permanente vocación que se manifiesta de compartir con nuestros lectores algo de lo mucho que hemos visto allí, transcribimos tres documentos exhibidos en el Museo y que aventuran el mañana”.
¿Dónde estamos?
   “Hoy estamos en el Antropoceno de la Era de los Humanos, un nuevo momento en la historia del planeta. Ahora somos miles de millones de personas que ocupan todos los continentes fabricando tecnologías más eficientes, pero consumiendo una gran cantidad de recursos y produciendo mucha basura. En unas pocas generaciones nos convertimos en una fuerza global que ha trasformado la Tierra y las condiciones de vida de otras especies.
   Nuestras acciones tienen consecuencias significativas que se  extenderán por los próximos siglos. Nosotros y nuestros descendientes viviremos en un mundo profundamente modificado por nuestra propia presencia.”
¿A dónde vamos?
   “El futuro no está listo y terminado, cada día y en cada elección el río del tiempo se abre en un delta de posibles mañanas. El curso que la realidad va a seguir depende cada vez más de nosotros, como actores del Antropoceno en la construcción del porvenir : Sabremos que la única certeza sobre el futuro es que vendrá lo inesperado, pero las Ciencias nos indican las grandes tendencias que muy probablemente darán formas a las próximas décadas: seremos aún más numerosos y algunos vivirán por mucho tiempo, habitaremos en un mundo más humano e interconectado, pero más desigual, experimentaremos intensos cambios climáticos y modificaciones de la biodiversidad, aplicaremos cada vez más, rápidamente las fronteras del conocimiento, multiplicaremos las tecnologías y las aplicaremos a nuestros cuerpos, mentes y vidas. Como sociedades, como seres vivos, como humanos, nuestro desafío común será inventar rumbos, rutas y caminos para navegar entre los que somos hoy y podremos llegar a ser. Curiosidad, espíritu, imaginación es lo que necesitamos para lanzarnos al mar.”
   “Somos muchos muy distintos, pero muy similares. Estamos siempre en asociación con los demás- a veces en cooperación en otras en conflicto. En las próximas décadas, las sociedades compartirán compartiendo un mundo cada vez más poblado, integrado, diferenciado y probablemente injusto- En muchas regiones, algunos vivirán tres veces más que en el Imperio Romano, y los ancianos serán tan numerosos como los niños. Las mega ciudades, con muchos millones de habitantes se multiplicarán, y tendrán que desarrollarse y ensayarse nuevas formas de ciudadanía, participación política y gestión administrativa para que puedan prosperar. La escasez de recursos naturales requerirá que seamos más eficientes: la abundancia de recursos técnicos afectará muchos aspectos  de la vida urbana. Los medios de comunicación y de transporte permitirán el surgimiento de un cosmopolitismo de alcance planetario – y también, en muchos lugares, al tradicionalismo más conservador- Somos muchos, muy similares, pero –muy distintos.”
Opinión
   Los juicios de valor no caben antes de que los hechos se hayan producido, si, sabemos que es muy de mediáticos venidos a politólogos esgrimirlos antes, actuando como una suerte de gurúes, sin advertir o, en casos advirtiéndolo, que más allá del rating, las profecías sin profeta pueden accionar como un boomerang social y lo que es más lamentable, lograr que lo común y lógico pase a ser todo un problema que enturbia a la democracia y en el cual se involucran primeras, segundas y terceras figuras políticas del país, estas últimas dos con sus declaraciones a flor de piel, aparecen como tratando de ubicarse mejor en el tablero político partidario y elevar su piso político más allá de lo que ni imaginaban protagonizar.
   En política descalificar al adversario circunstancial tras las ráfagas mediáticas que encienden el fósforo para iniciar el fuego es un juego absurdo y si bien es cierto que el fósforo no podría incendiar sin haberse previamente -a través de dichos y posturas que pueden aparecer desafortunadas- derramar el combustible imprescindible, pero cierto es que “prenderse” para tener audiencia es no comprender que cuando más se ataque a los dirigentes del país, más nos desprestigiamos como tal que  nos encontró liderados por el norte, dependientes y subordinados en una América Latina a la que no le crecen las alas para liderar a futuro un mundo que la violencia está desgajando, todo ello en un subcontinente donde un suelo rico y gente emprendedora no falta, pero cuando esa gente emprendedora advierte un camino que es como un posible hilo surgido del rico suelo que le puede servir para atar la unión de su gente en un frente común hacia el progreso y para el despegue regional, tal como el viejo adagio cooperativista de los dos burritos que rehusan comer de la misma ración y uno come acá y el otro tensando la cuerda come de espaldas al primero, así nos ha venido sucediendo una y otra vez, cuando pareciera que vamos encaminándonos por la mejor huella nacional para engrosar el camino latinoamericano, somos proclives a caer en los lazos de la tentación antidemocrática en sus varios frentes que aparece como el canto de las sirenas que sufrió Ulises y a partir de allí cerramos fronteras internas, nos encerramos en un corralito ante la aparición de hilachas en el hilo de la unidad que, una  aquí, otra allá cada día con más fuerza y atendiendo el suelo rico y la gente emprendedora, acariciados por el canto de las sirenas (Ulises), pretenden una hilacha, tras otra hilacha, conformar un nuevo hilo que en definitiva va a ser “anti” y que cuando logra su propósito pasará por los mismos bemoles que sus antecesores.
   ¡Caramba si son doscientos años de país, nada más! Cierto, puede parecer poco si lo comparamos con los países milenarios, sin embargo…no estará llegando la hora de respetarnos unos a otros, consensuando opiniones y puntos de vista y desterrando los “anti” de lo que al parecer somos propensos los latinos y por cierto erradicando violencias y frases desafortunadas como de barricada.
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Categorías: Columnas de Opinión
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