Cumpliéndose mañana el 108º aniversario de la revolución de Mayo y como recordación histórica de la misma, reproducimos documentos que se anticiparon a ella
   Inclinados como estamos en presentar el hecho histórico fuertemente enraizado con los factores gravitantes que lo generaron con el fin de que la historia no sea leyenda, transcribimos textualmente documentos fascimilares y comentarios que muestran el surgimiento y evolución del movimiento revolucionario que se vivió en Buenos Aires y que, abortado primero, finalmente va lograr su propósito el 25 de Mayo de 1810.
   Hemos seleccionado para iniciar esta nota el Bando del Virrey Santiago de Liniers, que dictó como consecuencia de la asonada del 1° de enero de 1809, que encabezara Martín de Álzaga.
   DON SANTIAGO DE LINIERS Y BREMOND, Caballero de la Orden de San Juan, Comendador de Ares del Maestre en la de Montesa, Xeje de Esquadra de al Real Armada, Virey, Gobernador y Capitán General Interino de las Provincias del Río de la Plata, y sus Dependientes, Presidente de la Real Audiencia Pretorial de Buenos Ayres, Superintendente General; Subdelegado de Real Hacienda, Rentas de Tabaco y Naipes, del Ramo de Azogues y Minas, y Real Renta de Correos, y Comandante General del Apostadero de Marina, &xc.
   Por quanto el dia de ayer vi con el mayor dolor y sentimiento de mi corazón, que unos pocos infelices dirigidos por algunos espíritus inquietos y revoltosos, quisieron eftablecer la confusión y el desorden para traftornar los sagrados principios de nuestra conftitución Monárquica, queriendo erigir una Junta subversiva, y enteramente opuefta a la autoridad soberana de nuestro muy amado Rey y Señor D. Fernando VII, intentando implicar en efte pérfido proyecto al pueblo de Buenos Ayres, que ha dado tantas y tan repetidas pruebas de su amor y fidelidad al Soberano: de un pueblo que se ha cubierto de inmortal gloria, defendiendo y conservando baxo mis órdenes eftos dominios de S.M.: de un pueblo cuyo delicado pundonor y sus acciones heroycas lo ponen á cubierto de semejante odiosa imputación; y de un pueblo en fin, que apenas trascendió, que efta injuriosa nota se esparcia contra su reputación y buen nombre, quedó cubierto del mayor dolor; pero que, algunos de sus valerosos Cuerpos Patrióticos para enxugar sus lágrimas y hacer ver al Universo que sus laureles jamás podrá marchitarlos la malignidad, se presentaron en al Plaza, contienen á los facciosos y se cubren de gloria, sosteniendo la autoridad Soberana del Señor Don Fernando VII, y la de sus Representantes, habiendo felizmente conseguido restituir a efta apreciabilisima Capital la tranquilidad y sosiego que ya miraba perdido, sin que para lograr efte bien se hubiese derramado ni una gota de sangre de un solo individuo. Por tanto, y atento también á que los que han intervenido en efte acontecimiento, eftoy íntimamente persuadido, de que fueron sorprendidos por uno u otro malintencionado y poco reflexivo, he venido en perdonarlos en nombre del Rey, como en efecto los perdono, sin perjuicio de las medidas que debe tomar efte Superior Gobierno, para que en lo sucesivo  no se permitan iguales perniciosos exemplos, ordenandoles se dediquen con zelo á dar pruebas de su buena conducta y fidelidad al Soberano y á las autoridades constituídas que gobiernan en su Real nombre. Buenos Ayres, dos de Enero de 1809. Santiago Liniers.
   El hecho que desencadena este documento de Liniers, ocurrió el 1 de enero de 1809 con motivo del levantamiento del pueblo de Buenos Aires bajo la inspiración de Martín de Álzaga y con el propósito de crear en Buenos Aires otra Junta de Gobierno, tal como la instalada en Montevideo, a raíz de los sucesos acaecidos en España.
   El Cabido apoya a Álzaga y en su reunión del 31 de diciembre solicita la destitución de Liniers. Se acuartelan las tropas durante la noche, Cornelio Saavedra con su Regimiento de Patricios apoya a Liniers, mientras que catalanes, vizcaínos y gallegos están con Álzaga. Los insurrectos exigen Cabildo Abierto para formar Junta, la que tendría como secretarios a Julián Leiva y Mariano Moreno a lo que se opone Liniers. Se reúne gente en la Plaza que grita contra Liniers, las campanas del Cabildo  repican violentamente, incitando al pueblo a apoyar a los complotados. Las tropas que sustentan a Álzaga andan por la calle, suenan algunos tiros y Álzaga y Moreno  notifican al virrey que queda destituido. Irrumpe Saavedra en la Fortaleza, los delegados del Cabildo se retiran y Liniers queda con los Patricios cuando estaba a punto de renunciar. Saavedra apunta cañones contra el Cabido y sus ocupantes se rinden.
   El otro documento facsimilar es un Bando del Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros emitido pocos días antes de la Revolución de Mayo, por el se advierte la situación más que crítica en que encontraba su autoridad con motivo de los sucesos de España, lo que lo hace emplear un todo disuasivo y hasta cariñoso y suplicante para con sus súbditos.
   EL VIREY DE BUENOS –AYRES &xc. &xc. Á LOS LEALES Y GENEROSOS PUEBLOS del Vireynato de Buenos Ayres.
   “… Ahora resta que con la franqueza de mi carácter os manifieste los míos. Encargado por la Autoridad Suprema de conservar intactos y tranquilos estos dominios, he dedicado á tan justo, y tan interesante objeto todos mis desvelos y fatigas. Nada he omitido de quando he creido conducente al desempeño de tan elevada confianza : vosotros sois testigos de que no me dispenso una alabanza á que no tenga justos y conocidos derechos: pero ni estos, ni la general benevolencia que os debo, y á que siempre viviré agradecido me dispensan del deber que me he impuesto de que en el desgraciado caso de una total pérdida de la Península, y falta del Supremo Gobierno, no tomará esta Superioridad determinación alguna que no sea previamente acordada en unión de todas las representaciones de esta Capital, á que posteriormente se reúnan las de sus Provincias dependientes, entre tanto que de acuerdo con los demás Vireynatos se establece una representación de la Soberanía del Sr. Don Fernando VII. Y yo os añado con  toda la ingenuidad que profeso, que lejos de apetecér el mando vereís entonces como toda mi ambición se ciñe á la gloria de pelear entre vosotros por los sagrados derechos de nuestro adorado Monarca, por la libertad, é independencia de toda dominación extranjera de estos sus dominios, y por vuestra propia defensa, si alguno la perturba.
   Después de una manifestación tan ingenua nada mas me resta que deciros, sino lo que considero indispensable á la conservación de vuestra felicidad, y de toda la Monarquía. Vivid unidos, respetad el orden, y huid, como de aspides los mas venenosos, de aquellos genios inquietos y malignos que os procuran inspirar zelos, y desconfianzas recíprocas, contra los que os gobiernan: aprended de los terribles exemplos que nos presenta la historia de estos ultimos tiempos, y aun de los que han conducido á nuestra Metrópoli al borde de su precipicio; la malicia ha refinado sus artificios de un modo tal, que apenas hay cautelas suficicntes para libertarse de los lazos que tiende a los Pueblos incautos y sencillos. Todo os lo dexo dicho: aprovechaos si quereis ser felices de los consejos de vuestro Xeje, quien os los franquea con el amor mas tierno y paternal. =Buenos Ayres 18 de Mayo de 1810. Baltasar Hidalgo de Cisneros
   El tercer documento muestra el avance de la Revolución de Mayo y el principio del fin para el virreynato con la convocatoria a Cabildo abierto.
   “El Excmo. Cabildo convoca a V. para que se sirva asistir precisamente mañana 22 del corriente á las  sin etiqueta alguna, y en clase de vecino al Cabildo abierto, que con anuencia del Excmo. Sr. Virrey ha acordado celebrar, debiendo manifestar esta esquela a las Tropas que guarnezcan las avenidas de esta Plaza, para que se le permita pasar libremente.”
   Tras la frustración del virrey de presidir la Junta de Gobierno a nombre de Fernando VII, tras la contrarrevolución del 24 y constituída la Primera Junta de Gobierno Patrio el 25 de Mayo de 1810, Cisneros renuncia a su cargo.
   Aunque todavía sin lograr desprenderse de la tutela real, nacía nuestra patria a la faz de la tierra y serán los congresistas de Tucumán un 9 de Julio de 1816 los encargados de descargar la sombra real y declarar la independencia nacional.
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Categorías: Columnas de Opinión
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