En una entrevista exclusiva con Netoberá, el director de Techo Oberá analizó el año que tuvieron desde la organización arrojando un balance positivo, conformes con el trabajo que llevaron a cabo, construyendo nuevas viviendas de emergencia, sumando y manteniendo a los voluntarios, como así también atrayendo nuevos socios.

La constancia, compromiso y responsabilidad los llevó a cumplir un año más de trabajo al servicio de los que menos tienen y más necesitan, convencido de que su tarea mejorara la sociedad.

¿Cómo cierra el año Techo Oberá?

Justamente estamos haciendo el diagnostico de la evaluación de lo que fue el año, que fue positivo porque se construyeron 30 viviendas de emergencias, 12 en Julio y 18 en Noviembre. Mantuvimos todo lo que fue el acompañamiento a una mesa de trabajo en Caballeriza de la cual se desprendió el espacio de apoyo escolar, un nuevo hito porque fueron 35 chicos que tuvieron contención en educación, además de esa mesa se desprendieron otros proyectos que tiene que ver con habitad. Todo eso se sostuvo con un equipo de trabajo de 45 personas permanentes, que van una o dos veces por semana a la oficina, un equipo que creció este año. Fue un gran año, se empezó a incidir en políticas públicas, pidiendo informes de datos que tenga el sector público, presentando más información nosotros también y proponiendo proyectos.

¿En qué barrios construyeron las 30 viviendas?

Construimos 30 viviendas en total en dos tramos, fueron 12 viviendas en Junio, 6 en el barrio San José y 6 en Villa Cristen. Y ahora en Noviembre construimos 18 casas, 8 en San José, 6 en Villa Cristen y 4 en Caballeriza.

Lo que estamos buscando es más participación del vecino, cada vez el vecino tiene más protagonismo en la construcción de su vivienda. Desde Techo queremos darles el espacio para que se involucren porque nos damos cuenta que las capacidades están en el barrio, lo que pasa es que están subestimadas. El vecino sabe lo que pasa en el barrio, sabe dónde está la problemática del agua, porque se enferma el chico que toma el agua del pozo. Como organización queremos que el estado escuche más la voz del vecino y planificar en base a lo que ellos nos están diciendo.

¿Se cumplieron los objetivos planteados?

Totalmente, si se cumplieron, en movilización de voluntarios llegamos a lo que queríamos llegar, otra de las metas que nos planteamos era más aparición en los medios y lo hicimos, obviamente en la cantidad de construcciones y todo lo que es el trabajo en los barrios logramos el objetivo, seguiremos por ese camino esperando que se articule mas para que las voces de los vecinos y los proyectos que surjan desde el barrio sean más escuchado porque es lo que hace falta.

¿Tarea difícil mantener el grupo de voluntarios?

Tenemos mucha gente que nos acompaña en cómo preparar y formar a los equipos, y la principal forma de mantener y hacer crecer a los equipos es saber muy bien porque hacemos lo que estamos haciendo, porque si las personas que están haciendo esto no saben porque lo hacen, se te van, se empiezan a desgastar, entonces si hay gente que sabe porque está haciendo eso, sabe porque le dedica ese tiempo, y muchas veces relegamos horas de descanso, horas de estudio, de tereres con los amigos, ir al cine con la novia, y todo eso se relega porque estamos convencidos de lo que hacemos.

¿Qué les quedó por hacer?

Bueno, una de las cosas que falto por cumplir que lo habíamos puesto como meta, es la cantidad de socios. Si bien sumamos nuevos socios que aportan mes a mes, cumplimos el 70 % de lo que teníamos pautado para este año, el objetivo era 100 socios, nos faltaron 30.

Y en un año económicamente difícil ¿Cómo estuvo el aporte de los socios que ya tenían?

Nosotros tenemos un informe mensual de los socios que nos va llegando de la actualización, y veíamos como iban cayendo los números. Fue un año económico que se sintió, las organizaciones sociales lo sentimos mucho, fuimos muy rígidos con lo que teníamos presupuestado y lo que podíamos gastar, moneda a moneda, peso a peso, no nos pudimos salir de eso.

Este año cambiaron la fecha de la colecta anual, ¿le fue favorable esa modificación?

Si. Esas decisiones se toman a nivel nacional, con el consenso de todas las sedes, se hizo una evaluación y votación. Se decidió hacer la colecta en el primer semestre, en mayo, principalmente por una cuestión que nos da un fondo fuerte para arrancar el año, y la colecta nos produce una gran movilización de voluntarios, que después esos voluntarios pueden quedar para las construcciones. En el 2018 lo volveremos a hacer en Mayo.

¿Objetivos para el 2018?

Primer objetivo es que el programa de viviendas de emergencia en un barrio sea más comunitario, esto quiere decir que los vecinos tomen roles de los mismos que tenemos desde Techo, que sean ellos quienes coordinen los encuestamientos, que se capaciten, que lidere el programa desde el barrio, ese proyecto nos parece clave. El segundo foco seria arrancar en un cuarto barrio en Oberá, hace dos años estamos trabajando en tres barrios y el año que viene queremos trabajar en un barrio más. También construir más viviendas de emergencia, no tenemos definido la cantidad pero volveremos a construir aproximadamente 30 viviendas como este año, crecer con el equipo incidencia fuerte en política con formalización de trabajo con el estado, sumar nuevas empresas y mas socios son los objetivos para el próximo año.

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