La ex suegra y un ex cuñado de Juan Ramón Godoy (47) testificaron ayer en su contra, pusieron en dudas que el 25 de mayo del 2014 haya permanecido todo el día en San Javier -como declaró el imputado- y lo relacionaron con actividades delictivas.
También el chapista y panadero Marcial Benicio Alegre (54) sufrió un duro revés, ya que uno de los testigos afirmó que en una ocasión el acusado le comentó que al perpetrar un atraco “hay que quemar todo para que no quede ningún testigo”, lo que luego relacionó con las circunstancias del cuádruple homicidio de la familia Knack.
En este contexto, la séptima jornada del debate oral y público por la masacre de Panambí fue hasta el momento la más desfavorable para dos de los tres imputados, puesto que el ex prefecto Pablo Julio Paz (54) quedó exento de los comentarios adversos expresados en la víspera.
La primera en comparecer ante el Tribunal Penal Uno fue la señora Neusa Teresita Dos Santos (68), quien aseguró que el fatídico 25 de mayo regresaba de una fiesta en la capilla María Auxiliadora y se cruzó en la ruta con Godoy, quien entonces era su yerno.
Comentó que eran alrededor de las 18 o18.30 y el imputado conducía su VW Bora color gris con sentido a la localidad de Mojón Grande. Esta versión contradice los dichos de Godoy, que desde un primer momento insiste con que ese día no salió de San Javier y a esa hora se hallaba en su domicilio.
Luego testificó José Humberto Pérez (43), ex cuñado del acusado, quien manifestó que Godoy tenía fama de estafador y en una ocasión le propuso hacer una “entradera”.
Pero la acusación más grave fue contra Alegre, ya que mencionó que le propuso traficar droga, organizar un asalto y hasta que debían quemar a las víctimas si se concretaba un hecho.
Mal concepto
El testigo Pérez precisó que desde hace cuatro años reside en la localidad correntina de Virasoro, aunque periódicamente visitaba a sus padres y hermana en San Javier.
“En la época que pasó el terrible suceso en Panambí, unos quince días antes estuve en la casa de Godoy, que en ese entonces era mi cuñado. En una conversación comentó que le iba hacer un cumpleaños muy grande a mi hermana, una fiesta que jamás se iba a olvidar en San Javier. Que iba a conseguir una plata para hacer, pero no se hizo”, expresó.
En tanto, indicó que “Godoy siempre fue de hacer el cuento del tío. A mucha gente le hizo en San Javier”, era de “vender cosas que no tenía, negocios raros”.
“En una ocasión me hizo una propuesta para hacerle una entradera a mi patrón, un contratista forestal, para entrarle un día de pago. Traté de desviar nomás la conversación”, indicó.
Consultado al respecto por el presidente del tribunal, Francisco Aguirre, el testigo dijo que el empresario se llama Daniel Tachile y le comentó lo del plan de Godoy, por lo que habría tomado algunas medidas de precaución.
Reconoció que solía acompañar a su ex cuñado al taller de Alegre, a pesar de que el chapista lo habría estado por lo menos dos veces.
“Marcial Alegre también me propuso llevar droga a Virasoro y Santo Tomé”, declaró Pérez.
Señaló que en una ocasión el chapista le preguntó si sabía de algún comercio grande para organizar un robo, que “él tenía gente que se iba a encargar”. No aclaró por qué le proponían cometer ilícitos.
“Hay que quemar todo”
En otro tramo, relató que al enterarse de lo sucedido en la propiedad de la familia Knack, en Panambí, “inmediatamente relacioné eso con lo que me dijo Alegre. Si fuera posible hay que poner fuego a todo. Hay que quemar todo para que no quede ningún testigo. Que la mafia no jode”, subrayó.
Frente a los jueces, Pérez agregó que después de declarar en sede judicial recibió varias amenazas telefónicos provenientes de números con características de Chaco, Santa Fe y Córdoba.
Especuló que éstas podrían provenir de alguna cárcel o al menos eso charló con allegados. De todas formas, explicó que no llegó a radicar una denuncia porque “estaba juntando varias llamadas para denunciar y ahí perdí el teléfono. Pero si me vuelven a amenazar voy a denunciar enseguida”.
Reconoció que tuvo entredichos previos con Alegre, puesto que en una oportunidad le entregó un revólver calibre 38 para reparar y nunca se lo devolvió. También contó que hicieron un negocio por un vehículo y “me jodió un poco”.
Afirmó que su hermana Miriam Luciana Pérez (41) le reprochó por el hecho de haber declarado contra Godoy. Pero cuando le preguntaron por qué no denunció cuando le ofrecieron participar en negocios ilegales, indicó: “Estaba mi hermana de por medio. Uno no quiere involucrarse, pero es un error”.
El auto en la ruta
Por su parte, la ex suegra de Godoy desestimó la principal coartada del imputado al mencionar que se cruzaron en la ruta, sobre el filo de la tarde del 25 de mayo.
“El auto venía bien de frente”, indicó. “No vi con quien iba, no se podía ver porque era bien polarizado. Le conocí sólo a Godoy, que era mi yerno. Fue cerca del puente El Guerrero, la entrada que se va a Mojón Grande. Era las 18, 18.30, aproximadamente, ya estaban prendidas las luces de la calle”, declaró Dos Santos.
Su testimonio se contrapone seriamente con lo expresado por su hija Miriam Luciana Pérez, quien la semana pasada aseguró que “ese día en ningún momento (Godoy) salió de la casa”.
El lunes 26, Dos Santos fue a tomar mate con su hija y Godoy. Al respecto, mientras que la ex suegra comentó que el imputado estaba preparando un segundo lavadero, su hijo mencionó que Godoy desmanteló el emprendimiento y vendió las máquinas.
La señora tampoco vio que ese día Godoy haya lavado su Bora, como figura en la instrucción. Agregó que nunca vio juntos a Godoy y a Alegre con Paz.
A su turno, su esposo Humberto Pérez (69) dijo que su yerno nunca le comentó nada de “esas cosas. Para mí fue bueno, nunca tuvimos problemas. Tenía muchos amigos en San Javier”.
Por lectura, en tanto, recordaron que oportunamente declaró que veía “cosas raras”, porque con la plata que entra por un lavadero chico no puede tener un Bora. En cambio, no recordó que su esposa le haya comentado que el 25 de mayo se cruzó con Godoy en la ruta.
Lo que viene
Tras la audiencia de ayer, por primera vez la fiscal Miriam Silke accedió a hablar con la prensa y se mostró muy satisfecha por el aporte de los testigos.
“Estamos viendo que se está comprobando todo lo que se dijo en el requerimiento de elevación a juicio. Las pruebas están acreditando que fue así como sucedieron los hechos y se está reafirmando la imputación que hemos hecho oportunamente. Faltan que hablen los peritos acerca de las pruebas de ADN”, subrayó.
La denominada masacre de Panambí costó las vidas del empresario maderero Oscar Knack (43), su esposa Graciela Mabel Mojsiuk (42) y sus hijos Bianca (12) y Cristian (25), quien agonizó por 36 días y antes de morir aportó datos del hecho, según consta en el expediente.
Se anticipa que Alegre declarará hoy y están citados diez testigos. Mañana se prevé la presencia de peritos policiales que intervinieron en los diferentes peritajes.
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