Agenda cultural
   Todos los años dedicamos la Feria a alguna personalidad, de la literatura, de la ciencia,  de la cultura, etc. Así las  hemos dedicado a Borges, Cortazar, Cervantes, Shakespeare, también al naturalista Charles Darwin, al músico Giuseppe Verdi, al cónsul romano Lucio Anneo Seneca, a 2000 años de su nacimiento; la hemos dedicado  a los jóvenes, al bicentenario de la bandera,  a escritores latinoamericanos, al año internacional de la Música…. En fin, con este brevísimo repaso quiero expresar  que son  muy variados los motivos que llevan a dedicar la Feria.  Hay una intención cultural en ello , en  primer lugar, es una forma de recordar personas, hechos, acciones, que van cumpliendo años, desde los cien años en adelante.  En segundo lugar, se  trata de provocar  la curiosidad y estimular  el interés en los docentes, estudiantes, lectores en general, por conocer al “dedicado”:  saber de qué se trata, de quien se trata, por qué se le eligió. La curiosidad despierta el interés para conocer a los formadores del pensamiento, de la acción, de las ideas, algo que lleva años construir.
   Es así que todos los años tenemos una lista de posibles personajes que cumplen de cien años en adelante, ya sea de su nacimiento o de su fallecimiento.  De todos, elegimos uno, y a los demás, no menos importantes, los recordamos.  De esa lista, nombramos algunos: Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte), fallecido en 1917;  Juan Rulfo, nacido en 1917, ambos escritores argentinos; Augusto Roa Bastos, nacido en 1917 en Asunción del Paraguay; José Enrique Rodó, uruguayo,  fallecido en 1917, entre los latinoamericanos más conocidos.
   Este año la Feria Provincial del Libro se dedica al escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, seguramente uno de los escritores latinoamericanos más trascendentes del siglo XX y el más importante de su país, quien desde su forzado exilio desde 1947 en Argentina  escribió cuentos, novelas, poesías y dos de sus más famosos libros : Hijo del Hombre y Yo el Supremo. En  toda su obra hace el retrato realista del sufrimiento de  las poblaciones rurales del Paraguay. En 1976, con el golpe de estado de la Junta Militar Argentina, tuvo que abandonar la Argentina y exiliarse en Francia, aprovechando la invitación de la Universidad de Toulouse, donde fue profesor universitario de literatura latinoamericana y guaraní, hasta 1996, en que, una vez terminada la dictadura paraguaya, volvió en el año 1996.  Fue un lúcido crítico del totalitarismo a través de sus obras especialmente “Yo el Supremo” profunda reflexión sobre el poder y su ejercicio, con novedosa técnica narrativa. Se le negó la ciudadanía paraguaya en 1982 y se le deportó a la ciudad  de Clorinda, Provincia de Formosa. En 1983, el gobierno español le concedió la ciudadanía  y el gobierno francés hizo lo mismo en 1987.
   Recibió numerosos premios, pero en 1990  el Premio Cervantes, considerado el máximo galardón de las letras castellanas.  Volvió al Paraguay en 1996, trabajó como periodista en prestigiosos diarios del país y falleció a los 87 años, en 2005 dejando una obra literaria inconclusa. El gobierno decretó tres días de duelo nacional con honores de Jefe de Estado.
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Categorías: Columnas de Opinión
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