Agenda cultural
A  80 AÑOS del  FALLECIMIENTO de  HORACIO QUIROGA , un centenar de escritores  misioneros se dieron cita  en San Ignacio el pasado 19 de febrero, para  un cálido  homenaje al escritor desaparecido. Convocaron el grupo literario»Fanáticos de los cuentos de Quiroga», la SADEM y la Municipalidad de San Ignacio.
Cuento:  
“UN  CANTO  MÁGICO”
La canoa es como  un corcho que navega  por el río torrentoso y parece que  a cada momento  se hundirá en el fondo  rojo .
 Los brazos del hombre se mueven como astas porque la tormenta apura,  viene fuerte y sacude el monte como un abanico. El río tiene olas como mar que revientan en  su cuerpo   como un latigazo. La canoa, llena de agua,  encalla en el acantilado  del Teyu  Cuaré y allí el viento parece que se aquieta y remansa.
 El huesudo tiembla de frío pero logra salir de la canoa… y el miedo le pasa rondando, nadie discute con la Naturaleza.  En la mañana caliente y soleada,  había ido al pueblo  para conseguir del  brujo   unos yuyos y pases mágicos  “que sean  capaces de arremeter contra el poderoso  canto del  Yasiyateré  “  – le dijo su mujer-  “ y  enfrentar  la risotada de la  niña”  que delira desde hace días,  cada vez que el animal canta…. Es que se topó con el Yasí y éste la abrazó  mientras ella escapaba.  Un maléfico encuentro y una huída imperdonable.
 El rancho es endeble y tiembla con el viento. El hombre  se sienta exhausto ;  como puede se quita la ropa  mojada y se conmueve porque  ve a sus niños arrinconados  y asustados. Recuerda que ayer  nomás  jugaban  felices….  La pequeña mesa con unos pocos platos y un reviro recién hecho lo vuelven a la realidad. Todo es escaso menos las bocas y  el hambre.  Afuera el guavirá se balancea sobre el rancho y  el mango tira las frutas como piedras que caen en el  patio
 “Es tormenta  de verano” ,  dice,   y el amanecer se viene temprano y con él la frescura del monte, todavía goteando en  las hojas  con tenue llovizna,  con ruidos  de pájaros, vuelos de tucanes  y,  seguro,   con víboras que se  arrastran recelosas .  Un mainunbi se anima a rodear las mojadas flores, buscando su carga sagrada para emprender su misterioso vuelo.
 La niña  mira a su padre  que,  delirando , levanta su afiebrada  cabeza y musita  unas palabras… Los remedios no alcanzan.   La madre lo  encara y  le  dice que  “el Yasí entró  por las hendijas de la puerta y  quiso llevarse a la enferma” .
 El hombre huesudo   salió   al patio como disparado,  a  buscar al pájaro  porque  quiere enfrentarlo  . Lleva su vieja escopeta y se adentra en el monte. Mira con ansiedad  los enormes árboles  para sorprenderlo  en alguna rama, pero el bicho es astuto y mientras lo mira calla.
Allá, en aquel  lapacho  está escondido  el pájaro  que ,  audaz,  en lugar de canto ,   lanza una risotada  que estremece la selva …  y que  se lleva el alma de la desdichada niña  que  huyó cuando el  Yasí  quiso abrazarla.
QUITITA MOREIRA,  Oberá.
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Categorías: Columnas de Opinión
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