En los tiempos de bonanza económica, el ejercicio político de gobernar es relativamente fácil y más sencillo, y se convierte en un arte el gobernar en tiempos de crisis económicas, como se vive en el país en la actualidad.
   Hoy día, los recursos no alcanzan para satisfacer gran parte de la demanda social y esto genera malhumor social. En este ámbito no cómodo se desarrolla el accionar político hoy, y las cosas se complican aún más cuando aparecen las divisiones internas en los partidos políticos y en particular, cuando se está en función de gobierno.
   Las peleas y desencuentros entre el presidente del Concejo Deliberante de Oberá y el intendente Carlos Fernández no cayeron simpáticas en la conducción provincial del Frente Renovador, si bien uno y otro obtuvieron apoyos de contención, se podría decir que ninguno de los dos, Chávez ni Fernández sumaron puntos, por el contrario. Es cierto que cae bien en la opinión pública la independencia de poderes, algunos observadores entienden que esta no debe ser a los atropellos, para evitar rupturas  y enfrentamientos internos.
   Si bien desde la conducción política admiten que la puja interna entre los sectores renovadores no concluyó después de las elecciones, entienden que en estos momentos difíciles para la administración y el ejercicio político se deberían buscar unificar las fuerzas, buscar las coincidencias y unir las fuerzas en beneficio de la gente y a favor del proyecto político misionerita.
   Si bien tanto Ariel Chávez como el intendente Carlos Fernández en los últimos tiempos bajaron los decibeles de los conflictos, desde la conducción política esperan que cada cual haya aprendido de los errores propios y que las disputas y diferencias internas se resuelvan puertas adentro y no en discusiones y disputas mediáticas que terminan siendo dañinas al conjunto de los dirigentes políticos, ya que obligan de alguna manera que cada cual tome postura a favor de uno u otro, cuando en realidad todos están dentro del mismo proyecto y del mismo barco.
   Uno de los ejemplos claros de tolerancia y de conducción política que se exhibe -sin decirlo- en el accionar diario, es el comportamiento político del presidente de la Legislatura provincial y conductor político del Frente Renovador Carlos Rovira y del gobernador Hugo Passalacqua, que lejos de buscar el enfrentamiento con el gobierno nacional se empeñan en encaminar el diálogo y las gestiones a favor y en beneficio de los misioneros, más allá de las diferencias se centran en las coincidencias. Y seguramente no será casual que hoy día el gobernador Passalacqua, repite y repite en todo momento que de este tiempo difícil la única forma de superar y salir de la crisis es juntos, porque de otra forma es imposible.
Ahora si hay una grieta
   El aumento de comensales en los comedores comunitarios, de niños pidiendo a la salida de los supermercados, el aumento de la desocupación, la caída del ingreso en la clase media, los tarifados en energía, gas y agua muestran la verdadera grieta social que demarca claramente y sin discusiones quiénes son los pobres y quiénes son los ricos. No es el discurso de ricos contra pobres y viceversa, se está dando lo que ciertos sector social querían que se note claramente, la diferencia entre un empleado y un empresario, porque a muchos les molestaba encontrarse en vacaciones a algún empleado disfrutando del mismo paisaje y desde su visión entendía que esa situación era injusta y quería la grieta que hay hoy, que no solo separa, sino también aleja al que poco tiene del que más tiene.
   Desde la retórica mediática se instaló con notable éxito la división de los argentinos, por un lado estaban los ciudadanos y políticos honestos y pulcros, los que querían el bien del país y los demás eran kirchneristas, corruptos, vagos y ladrones. Son de La Cámpora se decía y no hacía falta preguntar de qué lado quería cada cual que se lo identificara. Todos queremos que nos identifiquen en la tribu de los honestos, de los buenos  aunque a fuerza de ser sinceros, cada uno sabe bien lo que es en verdad, y también más o menos cual es el grado de honestidad que tienen cada cual. Y si no sabe o no conoce se deja influenciar y llevar por los comentarios ajenos y los repite a boca de ganso.
   Hoy la grieta es real, social y más palpable a mucha gente no le alcanza el dinero para llegar a fin de mes. Tiene dificultades para pagar los servicios  esenciales, la angustia del presente los proyecta al futuro inmediato con mayor angustia y preocupación. La cosa cambio para la gente y también para el gobierno, el crédito inicial y la paciencia se está terminando, mientras algunos siguen esperando un milagro, otros pasaron del optimismo al desaliento y disconformidad. Es por ello que la gestión de gobierno del presidente Mauricio Macri pasó a tener la imagen negativa del 48,9 y positiva 46. Los números hablan por sí solos.
   La preocupación por el empleo y el desempleo motivó incluso que el propio Papa Francisco manifestara su preocupación por el aumento del desempleo y la pobreza en la Argentina, y se debería tomar en todo momento como parámetro los dichos del Papa argentino y no solamente cuando le conviene o no a determinado sector político.
   La verdadera grieta es la que viven muchas personas hoy, es la grieta social que es silenciosa pero dolorosa, pero que en algún momento reaccionará.
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Categorías: Columnas de Opinión
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