Con el marco del Bicentenario de la declaración de la independencia nacional  y del ochenta y ocho nacimiento de Oberá, los cincuenta años de vida periodística celebrados por nuestro Pregón Misionero nos rebasaron sentimientos y emociones de todo orden que surgieron por congratulaciones, mensajes, homenajes y distinciones que hemos recibido, tanto del orden oficial como del privado, sin olvidar el amistoso y el familiar, y, por sobre todo que estuvieron acompañados por sentidos conceptos, es sin dudas y para los que hacemos Pregón Misionero un medio siglo de vida periodística recibido y aceptado por la sociedad y nos dice del acierto de “obereños de punta a punta” y de seguir la línea periodística que nos propusimos en nuestra “enunciación  de propósitos” del 9 de Julio de 1966, cuando fundamos nuestro semanario de hoy.
   Cierto, nos queda flotando el desafío que constituye tantos y tan tocantes mensajes recibidos y, como lo venimos haciendo durante cincuenta años, confiamos en el empuje que nos dieron para enfrentar dificultades y todo lo que se nos pueda presentar
para, con humildad y trabajo, aprovechar la sangre nueva que mueve nuestras páginas y seguir estando a tono con el presente, como lo supimos estar con el pasado” que, entre revoluciones  y crisis económicas, nos hicieron romper el “chanchito” varias veces, aunque siempre manteniéndonos como “obereños de punta a punta”.
   “Nuestra redacción se vistió de fiesta con la edición de este suplemento especial conmemorativo que cala hondo en  nuestro sentimiento personal y ciudadano… -“escribíamos en nuestro suplemento Bicentenario de la Independencia, 88 años de Oberá y 50 años de Pregón Misionero del 9 de Julio pasado y no era para menos ya que él contenía escritos que mucho tienen que ver con los sentimientos y emociones que expresábamos entonces.
  A todos los que de una u otra manera nos agasajaron y/o expresaron su saludo: gobierno provincial, gobierno municipal, i instituciones autoridades, a nuestros lectores, a nuestros avisadores, a la gente que quiso estar con nosotros les decimos con enorme alegría ¡Muchas gracias!, así de sencillo, así de fuerte.
Oberá, ciudad
   Como broche de oro de los 50 años cumplidos por nuestro semanario que fundamos en 1966, recibimos bien fresquita y con tinta fresca todavía, la edición  del 3er. libro de nuestra autoría “Oberá ciudad” que cierra la trilogía que iniciamos con el primer libro “Un lugar llamado Yerbal Viejo”, continuando con “La Sorprendente Oberá”, libro del que nos ocuparemos en detalle en próxima edición, sin  embargo y como un homenaje nuestro a esta ciudad que nos permitió historiarla, transcribimos parte del prólogo con que iniciamos el libro: Década del ’70. UNA DÉCADA DE LUCES Y SOMBRAS. Fin del romance colonial
   Aquellos días de romance colonial en que, paso a paso, el pueblo de Oberá iba construyendo su futuro, ven, no sin asombro, que los hombres del 70, apoyados por el pueblo todo, encaran con decisión la lucha por obtener las obras imprescindibles en infraestructura social y lo hacen pacíficamente, nucleados en comisiones al efecto, en las que, con coraje cívico, van quemando etapas -también paso a  paso- que van haciendo posible cumplir la quimera de hacer de aquel pueblo toda una ciudad.
   Esas muchas inquietudes también alcanzan a los estudiantes que celebran su día con un bailable hippie en el Club Social, acorde a la moda de la época: jeans «patas de elefante», zapatos de plataforma, collarcitos hippies y carteritas al hombro.
   La inquietud principal de la población se daba en lograr agua corriente en sus casas y dejar atrás el pozo, roldana y balde. Ese anhelo se cuantificó en 1977 cuando se sufrió una sequía total en Oberá, por lo que urgían más camiones regadores ya que la Municipalidad contaba con solo dos unidades. El servicio con promesa de inauguración hacia el final de esta década, más precisamente en 1979, abarcaría 2.500 conexiones, regenteado por la Cooperativa Eléctrica.
  A la vez la cultura asistiría a lo que fue, es y será un logro importante en lo que a lectura se refiere: en 1978 tiene lugar la primera Feria Provincial del Libro, organizada por el Departamento de Lengua y Estética del Instituto Privado Carlos Linneo.
   Otros logros, y de gran significación cultural lo constituyeron la creación de la Universidad Nacional de Misiones, que trajo -merced al empuje de la población y la significativa participación de los estudiantes secundarios obereños, la creación de la Facultad de Ingeniería Electromecánica y la incorporación -sobre la base del entonces Instituto de Disciplinas Estéticas- de la Facultad de Artes a la UNaM.
  Varios establecimientos educacionales inauguraron sus  nuevos edificios, tal el caso del Colegio Nacional, Escuela primaria 305, Escuela Normal Provincial y Escuela de Comercio, mientras que el Colegio Mariano y el Colegio Nacional festejaban sus Bodas de Plata.
   La comunidad se va sintiendo atendida con las inauguraciones de la Plazoleta a La Madre, el Reloj Solar y los primeros mil metros de asfalto en la Avenida Libertad, en este caso, un logro atribuible al empeño de los vecinos de la calle y, por sobre todo por la inauguración del Complejo Deportivo.
   En lo que atañe a la política y en el país, a principios de la década (1973), el presidente de facto, Alejandro Agustín Lanusse , cierra el duro capítulo militar dando lugar a  la apertura democrática, siendo electo en marzo de 1973 presidente de la Nación, Héctor Cámpora, con casi el 50 % de los votos, quien renuncia en junio, y en nuevas elecciones da paso al regreso de Juan Domingo Perón a la presidencia argentina por tercera vez, triunfando con el 61% de los votos, su presidencia se extendió por poco tiempo, ya que falleció en 1974.
    En la provincia, Juan Manuel Irrazábal y César Napoleón Ayrault del Frejuli (Frente Justicialista de Liberación) fueron electos gobernador y vice, poco después ambos fallecen junto a sus esposas en un trágico accidente de aviación llenando de luto la vida pública provincial.
    El 24 de marzo de 1976 , la presidenta de la Nación, María Estela Martínez de Perón, «Isabelita», es destituida, arrestada y puesta a disposición de la justicia, asumiendo el gobierno una Junta Militar (Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti) que inicia un «Proceso de Reorganización Nacional»
   Con el fin de defender el valor de sus productos, en septiembre de 1971 se funda el Movimiento Agrario Misionero (MAM). Uno de los dirigentes líderes de la Zona Centro, Pedro Orestes Peczak, fue asesinado por fuerzas de seguridad y no fue el único.
   En deporte asistimos a toda una hazaña: la Selección Obereña de Fútbol se consagra campeón mesopotámico al vencer a Concepción del Uruguay por 1 a 0, pero el 18 de noviembre de 1973 se produciría, en cancha de Atlético Oberá, el partido de vuelta contra Río Cuarto, donde se generaron importantes disturbios, insólitos para una pacífica Oberá deportiva hasta el momento. También se inaugura por 1975 el circuito «Ciudad de Oberá», que será  escenario de importantes pruebas automovilísticas.
   Una importante obra de amor para la niñez obereña culminó con la inauguración de la Aldea SOS en el año 1979, su directora fundadora fue la distinguida docente, Mabel Krieger de Baumeister.
   A los «viejitos» también se los tiene en cuenta, se funda el Hogar de Ancianos «Yerbal Viejo» a instancias de la Fundación Rotaria, dependiente del Rotary Club Oberá.
   En 1977 el Comité Ejecutivo del Cincuentenario que se vivió en 1978, adquiere dos hectáreas que, anexadas a las cuatro donadas por los hermanos Alfaro, más una fracción donada por Basilio Lutz, forman un total de casi ocho hectáreas que serán destinadas al Parque del Cincuentenario (actual Parque de las Naciones) y en 1979 se da un paso decisivo hacia la concreción de la Fiesta del Inmigrante, al celebrarse en Oberá el 4 de septiembre, el acto central del Día Nacional del Inmigrante.
   El 9 de julio de 1978, Oberá vivió a pleno su fiesta con motivo de celebrarse su Cincuentenario y en la apertura de los muchos y destacables actos llamó la atención la formación atlética-ornamental de los alumnos secundarios formando la palabra «50» sobre el césped de la cancha del club Atlético Oberá, iniciativa y dirección del profesor de Educación Física, Andrés Quetglas.
     Una década pujante y decisiva que marca con claridad un antes y un después como resultado de tantos logros obtenidos para una sociedad en cierne que decidió brindarse por entero para ir forjando esta Oberá, ciudad.
     Por último, destacamos el hecho de haber contado con las páginas de archivo de Pregón Misionero de quien soy fundador y actual director general, razón por la cual la información que brindamos está consolidada en la realidad cotidiana que la hizo posible dándole fuerza de veracidad, páginas sin las cuales hubiese sido imposible tratar y documentar con amplitud los temas más enjundiosos que contiene esta edición.
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Categorías: Columnas de Opinión
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