En esta ocasión, quiero unirme a la alegría y gozo de quienes conforman «Pregón Misionero», al celebrar 50 Aniversario de su creación. Y  es evidente que, a causa del progreso de la sociedad humana actual y de los vínculos más estrechos entre sus miembros, resulta muy útil y la mayor parte de las veces necesaria la comunicación pública y oportuna de los acontecimientos y de los asuntos temporales que ofrece a los individuos un conocimiento más pleno y continuo de éstos, contribuyendo así eficazmente al bien común y promoviendo más fácilmente el desarrollo progresivo de toda la sociedad civil. Puesto que hoy día la opinión pública ejerce un poderosísimo influjo en la vida privada y pública de los ciudadanos de todos los sectores, Apreciamos  en su justo valor la contribución que la prensa y los demás instrumentos de comunicación social ofrecen para el incremento de la cultura, la divulgación de las expresiones artísticas, la distensión de los ánimos, el mutuo conocimiento y comprensión entre los pueblos, y también la difusión del mensaje evangélico.
  «Que todos sus esfuerzos, se dirijan a difundir la verdad en las mentes, la adhesión al bien en los corazones, la acción coherente en las obras; de este modo contribuirán a la elevación de la humanidad y darán un aporte constructivo para la edificación de una sociedad nueva, más libre, más consciente, más responsable, más fraternal, más digna» (cf. Pío XII: Discurso a la Unión Europea de Radiodifusión; Discursos y Mensajes radiales). Este empeño recae sobre todo el público receptor, debe contribuir a que la comunicación sea siempre más noble y elevada, es decir, digna de hombres responsables y espiritualmente maduros. La comunicación tiene el poder de crear puentes, de favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo de este modo la sociedad. Las palabras pueden construir puentes entre las personas, las familias, los grupos sociales y los pueblos. Y esto es posible tanto en el mundo físico como en el digital. (Papa Francisco, 24 de enero de 2016) «Comunicar significa compartir, y para compartir se necesita escuchar, acoger. La comunicación, sus lugares y sus instrumentos han traído consigo un alargamiento de los horizontes para muchas personas. Esto es un don de Dios, y es también una gran responsabilidad. El encuentro entre la comunicación y la misericordia es fecundo en la medida en que genera una proximidad que se hace cargo, consuela, cura, acompaña y celebra. En un mundo dividido, fragmentado, polarizado, comunicar con misericordia significa contribuir a la buena, libre y solidaria cercanía entre los hijos de Dios y los hermanos en humanidad» (Papa Francisco, 24 de enero de 2016).
   Gracias por este servicio semanal, de llegar a tantos hogares, por contribuir al servicio de la verdad y por generar espacios de compartir fraterno. ¡Dios los bendiga!, bendiga a cuántos silenciosamente ofrecen su tiempo, esfuerzos y talentos para que el Pregón resuene entre nosotros. ¡¡¡Felicidades!!!
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Categorías: Columnas de Opinión
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