«La experiencia de la humanidad en la Tierra siempre cambia en la medida en que el hombre se desarrolla y debe lidiar con nuevas combinaciones de elementos; el escritor que quiera ser más que el eco de sus predecesores debe siempre encontrar la expresión para algo que nunca haya sido expresado, debe ser capaz de dominar un nuevo conjunto de fenómenos… Con cada victoria del intelecto humano así, ya sea en historia, filosofía o poesía, experimentamos una satisfacción profunda: hemos sido curados del dolor causado por el desorden, aliviados de una parte de la opresiva carga de eventos que no comprendemos». Edmund Wilson
«La belleza del mundo»
de Héctor Tizón
«Ser adulto significa saber que uno no tiene madre, que uno yace despierto y solo, en la oscuridad de la noche» pág. 67
   Héctor Tizón fue un escritor, periodista, abogado y diplomático argentino. Nació en Yala, Jujuy, el 21 de octubre de 1929 y falleció en San Salvador de Jujuy, Jujuy, el 30 de julio de 2012. Padeció el exilio durante los años de la última dictadura militar. Tiene una numerosa producción en prosa y muchas de sus obras han sido traducidas al francés, inglés, alemán, ruso, polaco y serbocroata. Se le ha otorgado la condecoración de Caballero de Artes y Letras por el gobierno de Francia, el gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, el Premio de Honor del Fondo Nacional de las Artes, entre otros.
   De sus obras hoy nos interesa la novela «La belleza del mundo», que la fundación OSDE nos ofrece en una edición de Seix Barral 2004.
   Ya la ilustración de la tapa, obra de Joseph Raga, nos pone en la situación ambiental. Las dos figuras humanas solitarias, incomunicadas, alejadas de todo, agestuales, oscuras en un mar de luz, inmóviles y cada una mirando hacia horizontes distintos son ambas vivencialmente simbólicas.
   Se trata de una novela amable y cadenciosa de este autor argentino.
   La historia se encuentra situada mayormente en un pueblo, de esos a los que tiene acostumbrados la literatura latinoamericana, con todos los elementos típicos: la desdicha, la desgracia, el amor, el desamor, la maledicencia, pero abordadas de a pinceladas suaves. Dividida en tres capítulos, cada uno, con epígrafes de «La Odisea», un texto con el cual dialoga, a grandes rasgos, la historia contada. En el primero (Antes) se describen las vidas de tres jóvenes: el Venancio, el apicultor y Laura, éstos dos casados desde muy jóvenes y ambos ignorantes de la vida y de las relaciones humanas.
   Ya en los dos capítulos siguientes (Transcurrieron veinte años y Ahora), lo narrado sigue el camino de uno solo de estos tres personajes, ahondando en el tema de la existencia de Dios, la naturaleza, el transcurrir y los recuerdos. El segundo comprende las largas caminatas y las nebulosas relaciones del ex apicultor, ya abandonado por Laura, con personas normales que encuentra en su camino; y el tercero describe el retorno del apicultor al pueblo y el reencuentro con una Laura idéntica a la suya pero mucho más joven a la que no revela su identidad y la pierde para siempre. A él le queda una nada como futuro.
   Contada en un estilo despojado y con ritmo pausado, la novela tiene bastante de sentencioso, algo de borgeano -en cuanto a hablar del destino de un hombre, de todos los hombres- y mucho de la tranquilidad y la paz de los paisajes llanos.
   El lector, al finalizar el libro, siente la necesidad de volver a mirar la tapa, para reconstruir la narración dividida en tres periodos.
   No encuentro mejor manera que concluyamos este recuerdo, que comparto con uds, son las propias palabras que figuran en la contratapa del libro y que sin duda servirán al lector para comprender mejor el valor de lo narrado:
   «Si toda vida es un viaje, todo viaje es una Odisea. Pero mientras la épica homérica canta las aventuras de un héroe, Ulises, en las que participan activamente los dioses, La belleza del mundo relata los minúsculos avatares de un hombre sin nombre que se encuentra, como todos, arrojado a un paisaje vacío en donde el único consuelo lo ofrecen la naturaleza y la memoria».
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Categorías: Columnas de Opinión
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