En mi libro «Sálvese quien pueda»- Ediciones «Pregón» octubre de 1983, insertamos una frase, así de sencilla, así de elocuente: «En el camino de la vida, fija tu mirada hacia el futuro, pero no olvides volver tus ojos al pasado, así lograrás equilibrio en el presente»
Ese pretendido equilibrio, tan necesario por cierto, casi se nos desvaneció ante un hoy que, por obra y gracia de la gente que dirige el Círculo de Periodistas «Ignacio Ezcurra», encabezada por su director ejecutivo, Marcelo Zurakowski, organizó el acto formal del Día del Periodista el pasado 7 de junio, oportunidad en la cual se homenajeó a Pregón Misionero en la figura de sus directivos: Esther Lilí Hedman, Carlos Alberto Gil Navarro y quien esto escribe, por sus cincuenta años de vida al servicio de la información local, así como se nos entregó una plaqueta con esta significativa inscripción: » Pregón Misionero- 50º Aniversario- Sin Periodista- No hay periodismo/ Sin periodismo- No hay Democracia-Círculo de Periodistas «Ignacio Ezcurra»/ 07-06-2016»
Aquella corazonada juvenil que nos hiciera un 9 de Julio de 1966 editar su primer número sin que hayan mediado investigación alguna sobre la suerte de mercado que tendría el periódico, sin investigar la pasión lectora de los obereños, sin asustarnos ante costos, toda una patriada, nos ganó terreno entonces como fundadores del semanario.
Sensaciones, recuerdos, y alegría por lo logrado superaban nuestra capacidad emotiva y toda aquella gente presente en el acto, acompañándonos, nos devolvió la imagen del entorno de cuando editamos nuestros primeros números por lo que cierto es que hablar del nacimiento de Pregón Misionero es recordar la expectativa que se creó en el entonces pueblo de Oberá y colonias adyacentes, las que a través de sus corresponsales fueron de la partida.
Y ya en tren de recuerdos creíamos ver aparecer un párrafo de «Enunciación de propósitos» inserto en la tapa del primer número que nominamos «Número Cero» que decía: «Salimos a la calle aceptando un desafío que se hiciera hace poco tiempo públicamente, en el sentido de que Oberá debería contar con un órgano escrito de difusión, máxime teniendo en cuenta que durante mucho tiempo se contó con exponentes de periodismo que tuvieron mérito indiscutido», y en un recuadro la nómina de la gente que participó en el alumbramiento. De ella se desprende todo un preciado racimo de voluntades obereñas colaborando para que todo sea posible… y lo fue.
La idea nos inundó de inmediato pensando especialmente en la tercera y cuarta generación de obereños que hoy pisan fuerte y que deben tener
Interés en conocer, aunque fuere a grandes rasgos, lo que fue ese Oberá de ayer, entremezclar estos recuerdos personales originados en nuestros 50 años de Pregón Misionero con mini notas ágiles con sabor a cosa nuestra, haciendo posible así que se reviva un tiempo- la década del 60- en la que se pueda apreciar como vivíamos entonces en nuestra Capital del Monte- las que volcaremos en nuestro suplemento «50 aniversario» a editarse el próximo 8 de julio.
Y a ese marco emocional, otro se le agregaba de tiempos de juventud el recuerdo de aquel Círculo de Periodistas al que ingresamos allá por los años sesenta y que cobró tantas alas -único en la provincia- y tal relevancia que hasta se dio el lujo de elegir al periodista provincial del año, e invitar a funcionarios provinciales a exponer sobre su gestión, así como emitir comunicados referentes a situaciones límite en el país (Caso Malvinas).
Sin duda que fue un resultado que se produjo a partir del «boom» mediático de los ’60 que entregó al todavía entonces pueblo de Oberá TV. Canal 2, L.T.13 Radio Oberá y Pregón Misionero y que se debió al ingreso de los periodistas de esos medios que se sumaron a los miembros del Círculo de Prensa de 1949, pasando a ser sus sucesores y que en 1968 agregó el nombre de Ignacio Ezcurra, identificándose hoy como Círculo de Periodistas «Ignacio Ezcurra», que ahora nos homenajeaba.
Toda una introspección al pasado y a un pasado cincuentenario fue más, mucho más que una simple mirada al ayer, para programar el mañana y equilibrar el presente, por ello el agradecimiento profundo y sincero a quienes nos regalaron la oportunidad de revivir sentimientos y emociones que calan hondo en la vida del periodista como lo fue este homenaje al cincuenta aniversario de nuestro «Pregón Misionero».
¡Gracias, Círculo de Periodistas «Ignacio Ezcurra»!
¡Gracias, colegas periodistas obereños!
Aportes para el Bicentenario – De Emilio Ravignani – Congreso de las Provincias Unidas (Congreso de Tucumán de 1816)
La situación política en el momento de nuestra Independencia
El Congreso de las Provincias Unidas, que como es sabido se reunió en Tucumán en marzo de 1816, tuvo su origen en el movimiento de 1815 y en la resolución del Estatuto Provisional del mismo año.
Desde Buenos Aires se dio impulso a la iniciativa, y a pesar de la resistencia de Artigas en el Litoral, de la ocupación española en el Alto Perú y de la situación un tanto crítica en casi todas las demás provincias, comenzó con una gran decisión cívica sus tareas. Pero es indudable que la base de su existencia residía en Buenos Aires, siendo primordial cuidar su situación para que no se derrumbara todo, máxime si se consideraba el estado del país y qué el mismo Congreso sintetizaba en el fundamental manifiesto dado el 1 de agosto de 1816, escrito por Juan José Paso, o sea, pocos días después de la declaración de la independencia. En él se decía, concretamente lo siguiente: «el germen de la anarquía con la fermentación de cinco años desenvuelve todos sus principios; el contagio de la capital se difunde a las provincias y pueblos; afectandose éstos con sus mismos síntomas; algunas provincias cortaron con aquella sus relaciones; al ejemplo de éstas sus pueblos dependientes rompieron los ligamentos que los unían a ellas, unos con otros, todos con celos y rivalidades, cada cual aspira a constituirse o asoma pretensiones. Jamás situación tan peligrosa y degradante».
En efecto, el país no ofrecía una disciplina muy aceptable. Las provincias de Salta, Rioja, Córdoba, Santiago del Estero obligaron al Congreso, desde las primeras sesiones que celebró, a intervenir para restablecer el orden, según se colige de la lectura de su Redactor. Pero a la par que destacaban expediciones, apresuró la elección de Director Supremo propietario, pues en Buenos Aires, y en un momento de agitación desempeñaba la función Antonio González Balcarce como interino por renuncia de Álvarez Thomas. El 2 de mayo de 1816 se planteó en el Congreso la necesidad urgente de designar el Director, la que se consideró enseguida, y el 3 de mayo a las 11 de la mañana, celebró sesión y designó al Diputado por San Luis, Juan Martín de Pueyrredón, quien en el acto prestó juramento. Todo esto sucedía en Tucumán, a muchas jornadas de distancia de Buenos Aires, y no podía tener una influencia inmediata en los sucesos que se venían gestando.
Buenos Aires revelará más que ninguna un síntoma local que trabajará hondamente, y por muchos años la política argentina, vale decir el localismo y autonomismo provincial. El Director Interino, González Balcarce, el 21 de junio de 1816 informa al Congreso de una gran agitación local, diciéndole, en concreto, que había revivido «unas Representaciones firmadas por más de doscientos ciudadanos, en que se pedía que con la intervención de las Autoridades se ventilase la questión de que si convenía que Buenos Ayres entrase en el sistema de Provincia, deponiendo los títulos de Capital en que según su parecer se fundaban los Zelos y rivalidades funestas de las otras. Me instruyó aquel Gefe (el Gobernador Intendente) de esta extraordinaria ocurrencia- continuaba-, y guiado por la práctica que empezó con nuestra feliz Revolución , y se há renovado en todos los momentos de particular interés,, persuadido además que no era propio me negase a escuchar la opinión del Pueblo, quando éste se proponía darla tranquilamente en una reunión solemne, expedí el vando convocatorio que aparece del Exemplar impreso que es adjunto. Por resultado de aquella pública sesión se acordó que la Junta de Observación y el Cabildo, junto con el Govierno arbitrase el medio de recoger los sufragios, y al efecto se conformó una comisión compuesta de tres individuos, uno por cada autoridad, ante la cual quedan tomándose los votos de los Ciudadanos sobre si debe procederse al examen de la questión por medio de Representantes en la forma que se usó para la elección de Diputados, o por medio de un Cabildo Abierto»