Por algunos problemas internos dentro del esquema del Ejecutivo municipal y con el Legislativo, el intendente Carlos Fernández realizó una convocatoria a ex candidatos a intendentes y a concejales, convocatoria a la que no asistieron varios de los invitados. Lo más llamativo fue la ausencia del presidente del Concejo Deliberante Ariel Chávez, con quien es bien sabido, mantiene diferencias de tipo metodológicos en torno a la forma de gobernar.
La convocatoria fue con el propósito de explicar los alcances de los seis meses de gestión y el porqué de algunas decisiones, como es el caso del nuevo armado del organigrama municipal que reduce a tres secretarías; y algunas direcciones se las transformo en departamentos. Nuevamente se habló de la herencia recibida y de los ahorros en gastos que lograron durante estos seis meses de gestión. En esta cuestión del ahorro se debería evaluar y observar de qué forma se dio el mismo, si se mantuvo o no el nivel de prestación de los servicios y obras públicas, porque se dio como ejemplo de austeridad, que se disminuyó notablemente el nivel de consumo de combustibles. Sería bueno que se explique cómo se dio esa disminución en el consumo. También si se mantienen los mismos niveles de asistencia desde la Secretaría de Desarrollo Humano en la provisión de alimentos y medicamentos, entre otras cosas, teniendo en cuenta que las secretaria de obras públicas y la que atiende las cuestiones sociales son las que mayor parte del presupuesto consumen.
Para varios de los participantes de la reunión realizada en el Pabellón Argentino del Parque de las Naciones el martes por la noche, Fernández tuvo más bien la intención y necesidad de ratificar que está dentro del proyecto político renovador, y alineado a Carlos Rovira como conductor político y a la gestión de gobierno de Hugo Passalacqua, reivindicando en todo momento de la reunión que se sigue los lineamientos del proyecto político misionerista a la cual siempre hacen mención los dos máximos líderes políticos provinciales.
La convocatoria podría haber tenido también la necesidad de la actual gestión municipal de que al tener su interna propia dentro de la gestión, evitar tener otro frente de conflicto político, que se convierta en opositor dentro de la misma renovación, seguramente fue por ello la convocatoria a ex candidatos del frente renovador, incluso con la intención de formar una mesa renovadora local, que en definitiva no se concretó.
Algunos insisten en que la convocatoria dejó esa sensación, de explicar lo que se hizo, pero fundamentalmente ratificar que se sigue dentro del esquema renovador, esto atendiendo a un sinnúmero de comentarios de dirigentes que buscan ubicar a Fernández en otra dirección política.
La ausencia del presidente del Concejo Deliberante Ariel Chávez, también deja un mensaje claro y contundente, sumado a los ex candidatos a intendentes y concejales que no fueron a la reunión, seguramente con el propósito de marcar diferencias y distancias. En ese sentido, un rumor indica que Chávez habría adelantado que él haría próximamente una convocatoria similar para explicar no solo su gestión como presidente del Concejo Deliberante, sino también marcar algunos de sus puntos de vista y diferencias sobre la actual administración que encabeza el intendente Carlos Fernández.
Mirando la fiambrera
Es claro y notorio que el radicalismo quedó como furgón de cola dentro de la alianza Cambiemos, perdieron la interna con el Macrismo, y al seguir sumando dentro de Cambiemos, entre las expectativas electorales de un triunfo, también figuraba la intención de ocupar cargos y formar parte del poder, y hoy la sensación es que están al margen del poder y únicamente siguen estando y acompañando la gestión del Presidente Mauricio Macri.
Esto se nota con mayor claridad en el ámbito provincial y en particular en el ámbito local, en donde el radicalismo tenía la expectativa de que los sublemas identificados con el PRO, dentro del lema de Cambiemos les sumaran votos para lograr algunas bancas en el Concejo Deliberante, teniendo en cuenta el antecedente inmediato, que fueron las elecciones legislativas del 2013, en donde el radicalismo por escaso margen logró triunfar en Oberá y obtener un muy buen resultado electoral a nivel provincial. Y por aquel entonces se hablaba de la recuperación de la UCR, pero posteriormente se fracturaron por problemas internos, como bien es sabido. Ahora, está la mirada puesta al 2017, año en que serán las elecciones legislativas y el primer examen político electoral de la gestión de Macri, y los dirigentes radicales no quieren seguir mirando la fiambrera vacía, por lo que se comienzan a preguntar como jugarán política y electoralmente el próximo año ¿ir solos con lista propia o dentro de la Alianza Cambiemos?
El próximo 21 volverá el presidente Mauricio Macri a la provincia de Misiones con todo su gabinete nacional. La visita también tiene su implicancia política, más allá de los intereses económicos propios de la provincia, donde se esperan anuncios y soluciones a los reclamos provinciales como lo son: la tarifa eléctrica, el ITC diferenciado en los combustibles, el anuncio de la reactivación de obras públicas y también soluciones para el sector productivo yerbatero y forestal, entre otras cuestiones.
El gobierno provincial se presenta como un aliado al gobierno de Cambiemos, con sus diferencias, pero no como opositor, más allá de haber sido aliado estratégico del kirchnerismo en su momento. El oficialismo provincial acompañó en diputados y senadores las leyes enviadas por el Ejecutivo, no cuestiona ni critica las medidas nacionales, solamente habla de tiempos difíciles en donde se deben buscar las mejores estrategias para el cumplimiento del rol del Estado. Dentro de una premisa que siempre la destacó Carlos Rovira, es que el espacio político del Frente Renovador, es un proyecto misionerista y autónomo en su autodeterminación, y que no depende de los designios de los partidos centralistas. Además Rovira siempre aclaro que definirían los apoyos y acompañamiento político en función al interés de los misioneros.
Este accionar político tiene dos ventajas, la primera de ellas es que el gobierno nacional tiene a la provincia de Misiones como una aliada y no como opositora. Lo que permite un buen diálogo y un amplio margen de negociaciones, que de estar enfrentados, sería difícil. Y por otro lado, el gobierno provincial capitaliza las gestiones y acciones que le corresponden solucionar al gobierno nacional y de paso, al ser el gobierno provincial el que ocupa el centro de la agenda y la escena política con el gobierno de Marista, le resta margen y protagonismo de crecimiento a la gente de Cambiemos en la provincia de Misiones.
Seguramente esta estrategia política que encabeza el gobernador Hugo Passalacqua y que la vienen desarrollando desde hace unos años le permitirán que los misioneros no nos quedemos mirando la fiambrera vacía.